La madurez, indispensable para una familia “perfecta”

El dato: seis de diez matrimonios terminan en separación-divorcio. Y una da las causas es la deficiente personalidad de sus protagonistas.
Por lo tanto, si la inmadurez es un obstáculo para la permanencia-estabilidad de la familia “perfecta”, la madurez de novios y padres deberá garantizar la solidez, estabilidad, permanencia del matrimonio y de la familia. Si la faltas éticas, morales y religiosas, son un factor decisivo para la el divorcio y la ruptura de la familia; el respeto, la responsabilidad, la fidelidad, el amor y la coherencia con la fe, serán los ingredientes de la madurez, segunda columna que sostiene a la comunidad familiar.
Preguntamos: ¿en qué consiste la madurez de la persona, necesaria para la vida familiar? ¿Cómo se manifiesta la persona madura como padre o como madre?


En qué consiste la madurez de la persona, necesaria para la vida familiar
Como la madurez de la persona, o bien, la persona madura, es un concepto muy complejo, conviene concretar sus rasgos más importantes. Como referencia general, valga este concepto sobre persona madura: la recta independencia en el pensar, sentir, obrar y relacionarse. Incluye la madurez intelectual, afectiva, impulsiva, de voluntad y social.
Una persona goza de plenitud en su personalidad cuando alcanza un grado aceptable de desarrollo integral en las cualidades. Por ejemplo: la estabilidad en su manera de pensar, la armonía en los valores, la capacidad para tomar prudentes decisiones, la rectitud en su obrar, la fidelidad en los compromisos contraídos
y la coherencia entre el pensar y el actuar.
Otros valores y actitudes.
Esta plenitud o madurez incluye otros valores y actitudes como: la seguridad en lo que hace, el pensar por cuenta propia, la serenidad ante el peligro, la sinceridad en las palabras y gestos, el no aprovecharse del prójimo, el poder dominarse a sí mismo, la adaptación a sí mismo y a los demás, la capacidad para soportar el esfuerzo y el riesgo, el saber aguantar en las contrariedades externas e internas, la superación del egoísmo mediante la entrega generosa a los demás y la capacidad para colaborar con otros.
Adviértase que describimos la madurez plena o perfecta que admite grados y que necesita concretarse en los rasgos que más significativos para la familia feliz que aspira a la perfección. Y la madurez en la persona puede ser máxima, normal o mínima.


La madurez, meta para los esposos y padres de familia De las múltiples exigencias de la persona madura, ahora seleccionamos algunas de las más significativas y con breve aplicación a la vida familiar.
La persona madura se manifiesta cuando el padre o la madre:
1-enfoca su libertad con responsabilidad. De ordinario domina sus impulsos en el comer, beber, fumar, descansar y vida sexual. Nunca merece el calificativo de responsable la persona alcohólica, perezosa, obsesionada sexual, libertina en sus diversiones con amigos, etc.
2-sabe amar y sabe odiar. Tal persona es alegre y optimista, con valor para superar obstáculos y riesgos; domina la ira, la agresividad, y el mal humor. No presenta “rarezas”, ni es rebelde, neurótico, acomplejado, orgulloso, tímido, cobarde, tristón o pesimista. Posee también un sentimiento moderado del propio valer y poder; muestra confianza en el actuar con seguridad, serenidad y sin miedo.
3-Fortalece su voluntad. Goza de gran energía y prontitud para tomar decisiones y de fortaleza para decir un “sí” coherente a las convicciones, sean cuales fueren los obstáculos. ¿Dónde radica el secreto de la fortaleza paciente y constante? En el amor al ideal de vida o a las personas concretas.
4-Es persona fiel y honrada. Gracias a su conciencia bien formada, honesta, éticamente intachable. Y al gran sentimiento del deber y del honor personal.
5-Coherente con su opción fundamental asumida. Que es su familia, pareja e hijos, como el gran valor, ideal de vida. Su tesoro, lo más importante, lo principal de la existencia personal, la fuente de un comportamiento coherente. Es el centro de valores, motor de opciones parciales, la raíz profunda de las decisiones concretas, motivación decisiva para el trabajo y el secreto que explica los sacrificios, esperanzas, alegrías y sufrimientos.
6-Tiene el amor como el motor de su vida. Es la clave y el gran secreto, especialmente de la madre para vibrar por los hijos y por su pareja. Y con la misma fuerza sintoniza con sus intereses y alegrías de hijos y de su marido. Ella desea la unión permanente y está dispuesta a sacrificarse hasta dar la vida si fuera necesario.
7-Vive con muchas ilusiones. Padre y madre polarizan en el futuro de sus hijos todas sus ilusiones. Ellos son su esperanza, ideal que viven con amor, entusiasmo y alegría; y que les motiva la conducta y da sentido a su vidas. Sin duda alguna: los hijos son un factor decisivo para su felicidad de los padres.
8-Manifiesta su entusiasmo. Los dos, hombre y mujer, reflejan un amor desbordante a modo de pasión ardiente que experimentan y comunican a todos los de su familia. Así se explica que esta persona entusiasmada manifieste un dinamismo exuberante, una ganas extraordinarias de vivir y de hacer cosas para conseguir la felicidad de los suyos.
9-Actúa con firmeza y fortaleza ante las dificultades. Posee energía de carácter que capacita a la voluntad para no desistir ante el peligro, la adversidad o las dificultades de cualquier nivel. Y testimonia la fortaleza, mezcla de valor y prudencia, para moderar el miedo por una parte y frenar la temeridad-audacia por el otro extremo. Atacar y resistir, avanzar y no retroceder, son manifestaciones en la vida familiar para mantenerse firmes en las convicciones personales de padre-madre.
10-Responde con radicalidad en algunas ocasiones. Así puede responder con entusiasmo ('mística') a los valores aceptados. El amor a la familia se identifica con su misma opción fundamental. Y así coloca en el centro de su vida al objeto prioritario, (valor o valores) y decide que su conducta se ajuste al ideal de su vida..
11- Puede llegar a la entrega total. Es un padre o una madre que actúa con donaci ón plena, sin límites. Sus respuestas reflejan el “sí” profundo que les motiva para obrar con facilidad, prontitud, gusto y abnegación. Este “sí” profundo empuja para actuar de un modo superior al ordinario..
13-Incansable sirviendo al prójimo. El amor (sobre todo en la madre) es incansable y se manifiesta en la permanente preocupación y servicio. Sin horarios y sin descanso, con tal de conseguir la felicidad de las personas amadas.
14-Amor paciente al máximo. Es muy necesaria esta expresión de la fortaleza para aceptar las adversidades de la vida sin dejarse llevar por el pesimismo, el desaliento o la tristeza. Y consigue el ideal de pasar de la simple resignación sin quejas a la paz en el sufrimiento, a la aceptación gozosa por compartir el misterio redentor de la cruz y la suerte adversa de quienes lo pasan peor.
15-Coherente con sus convicciones religiosas. La fe coherente ayuda a superar las dificultades de la convivencia. No olvidemos que la familia que reza unida, permanece unida.
Los 15 rasgos enumerados integran una meta, un ideal a conseguir. En la vida real, la personalidad de cualquier padre-madre de familia incluye rasgos de inmadurez y algunos de madurez. Es necesario conocerlos para una evaluación completa y para las sugerencias que de la familia feliz y “perfecta”.
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