La defenestración de  Becciu por malversación de fondos de la Secretaría de Estado, se suma a otras defenestraciones fulminantes del Papa Francisco que ha dicho tolerancia cero a la corrupción en la Iglesia. Ya hay una lista larga de prelados apartados, y creo que aún faltan muchos más.

No creo que a sus “enemigos”, generalmente jerarcas apoltronados en el poder que ejercían de príncipes omnipotentes, les importe demasiado las medidas de “Amoris Laetitia”, su postura respecto a la homosexualidad, a los divorciados con nuevas uniones, ni lo que ase dijo e hizo en el Sínodo de la Amazonía, etc.etc. Y no lo creo aunque sea esa el arma y el argumento para el ataque. Lo que ha hecho Francisco es muy sencillo, y así lo dijo desde el comienzo: “Pecadores sí, corruptos no”. Francisco es muy indulgente, como Jesús con las debilidades humanas, pero cuando esta se enroca en planes diseñados para estafar, mentir, especular, etc. eso es corrupción en toda regla.

Francisco ha entrado en las finanzas, les ha tocado el bolsillo y ha descubierto que allí había mucha basura acumulada. De tal manera que parece ser que las arcas vaticanas llegaron a ser como un paraíso fiscal con “indulgencia plenaria” para los mitrados y sus séquitos de obsecuentes. Francisco ha escuchado a las víctimas de los abusos y ha visto cuánto daño se ha hecho destrozando la vida de tantos y tantas menores, y ha tomado medidas y no va a dar marcha atrás. Tenemos un Papa que va directo y que es decidido, que es intolerante con la mentira, la corrupción y el ataque a la vida de los menores.

Él, nuestro Papa, no se va con atajos. Sabe muy bien que los problemas de los que le atacan no son teológicos. No, no lo son, por lo visto, tienen la misma altura, y están al mismo nivel: la bragueta y los bolsillos.

Él, nuestro Papa, no se va con atajos. Sabe muy bien que los problemas de los que le atacan no son teológicos. No, no lo son, por lo visto, tienen la misma altura, y están al mismo nivel: la bragueta y los bolsillos.

Lo digo y lo repito #FranciscoNoTeDetengas Sigue con tu reforma. Queremos ver una Iglesia servidora y compasiva. Estoy segura que tienes grandes colaboradores, pastores fieles y prudentes, laicos comprometidos, religiosos entregados. Todos, con nuestros errores y limitaciones queremos contigo construir el Reino querido y soñado por Jesús.