“Juntos somos más fuertes”: una mañana con los triunfitos y los #Invulnerables Sor Lucía: "Comencemos hoy a construir el mundo que soñamos. Esto si que será una auténtica Operación triunfo"
"La única manera única manera de salir conseguir los sueños, es trabajar, es esforzarse día a día y levantarse con actitud positiva para dar la mejor versión de uno mismo, superando cada día las propias marcas"
"Tenemos el reto de salir de las sacristías, de hablar el lenguaje de nuestra gente, de sintonizar con sus intereses y con sus sueños, y de ponernos a su lado para llevar un mensaje tan potente y tan humano, como el que anima nuestra vida y nuestra fe"
Operación triunfo, el “Talent Show” de TVE que tiene enganchados a miles de adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, se ha convertido en una plataforma, de entrenamiento, trabajo, formación y promoción de jóvenes talentos, chicos y chicas enamorados de la música que quieren hacer de ella y del arte una forma de vivir y de ganarse la vida.
Llegar a “la Academia no es fácil”. Hay un arduo proceso de selección en el que participan miles de jóvenes que sueñan con triunfar en la vida de mano de la música.
Operación Triunfo, no son sólo las galas y el brillo final que les lanza al éxito, o les allana el camino. Operación triunfo es la vida en “la academia” que encierra un tiempo y un espacio de aprender a trabajar en equipo, en solitario y en parejas. Tiempo muy intenso, en el que lejos del ruido mediático, del gran impacto en las redes, en los medios de comunicación y en diversos ámbitos y foros, se forjan los artistas que en unos meses entraran en un ritmo frenético de discográficas, conciertos, composiciones, etc. Tiempo para demostrar de lo que son capaces por ellos mismos y de lo que son capaces de generar en los escenarios y en las personas.
Previo al futuro, más o menos prometedor, mientras son ajenos a lo que suscitan sus logros, fracasos, luchas y su vida cotidiana, viviendo en una especie de “claustro” –de clausura espacial real- sin apenas contacto con el mundo exterior, no sólo físico, sino también virtual, -ya que no tienen acceso a wifi- viven en un tiempo y en un espacio en el que se pueden confrontar con ellos mismos, con sus puntos fuertes y con sus debilidades, etc. y, “viviendo en comunidad” pueden y madurar en la convivencia y crecer como personas.
Vivir en “La Academia” no es pan comido para nadie. Operación Triunfo, nos muestra, cómo el éxito, es muy contrario a los que se vende hoy en nuestra sociedad: No es rápido, fácil ni se regala. Es y necesita tiempo, trabajo, esfuerzo, sacrificio y una gran fuerza para conseguir y hacer realidad los sueños y deseos más profundos.
Tuve la oportunidad de visitar la Academia y de compartir con “los triunfitos”-como les dicen- una charla. Fue en un día lunes, después de una Gala en la que hubo muchas nominaciones para “salir de la academia”; un día en el que los ánimos están más bien bajos, y en el que es necesario dar un salto para activarse y luchar por aquello que les ha llevado a la Academia y cambiar de chip porque la meta está cada vez más cercana y se antoja más exigente y a la vez apasionante
Fue una experiencia muy enriquecedora en la que quise transmitirles a ellos, a los jóvenes, la gran responsabilidad que tienen en sus manos. Ellos se han convertido en un referente para miles de personas, fundamentalmente adolescentes y jóvenes, y cada gesto, palabra, actitud, se convierte o puede convertirse en un acicate positivo, o bien en un factor negativo para quienes les ven y oyen, y para quienes de un día para otro les siguen como a “sus referentes”.
Fue un diálogo humano, cercano, sencillo. Rota la primera barrera o superada la sorpresa por ver “una monja” en “la Academia” –de hecho era la primera vez en la historia de OT que alguien de “mi gremio” entraba en la Academia- se creó un ambiente mágico de complicidad en el que pudieron aflorar sentimientos muy humanos, muy bonitos y algunas inquietudes y vivencias profundas.
Valoro positivamente mi encuentro con los chicos y descubro las bondades de su esfuerzo y de la experiencia que están viviendo.
Y valoro más positivamente aun, la sensibilidad que manifestaron en todo momento al poder compartir con ellos la realidad de tantos niños y jóvenes como ellos, que viven sin oportunidades, y que no pueden ser lo que quieren ser, sencillamente porque se les han cerrado las puertas o porque la pobreza les impide crecer y vivir con dignidad.
Les puse el reto de despertar conciencias con sus canciones y de no dejar indiferente a las personas aportando lo bueno y mejor de sus corazones, de sus vidas y de sus experiencias vitales, cada vez que suban a un escenario o en su vida cotidiana. Se comprometieron a ser “embajadores de #Invulnerables” y juntos nos recordamos, que para salir adelante en la vida y para superar las dificultades, “Juntos somos más fuertes”, y que el secreto es amar siempre y soñar juntos el sueño de una sociedad más justa, humana, y solidaria, en la que, si todos nos implicamos, todos, seremos menos vulnerables.
"Lo que nunca nos debemos permitir es perder por falta de fuerza de voluntad. Es importante superarse, sin que importa cómo sea de remota la posibilidad de ganar. La única manera única manera de salir conseguir los sueños, es trabajar, es esforzarse día a día y levantarse con actitud positiva para dar la mejor versión de uno mismo, superando cada día las propias marcas”.
El mensaje llego, y en un areópago como éste, desde un “talent Show”, junto a los jóvenes que hoy son referentes de aquellos que construyen el presente y el futuro, pudo amplificarse.
Tenemos el reto de salir de las sacristías, de hablar el lenguaje de nuestra gente, de sintonizar con sus intereses y con sus sueños, y de ponernos a su lado para llevar un mensaje tan potente y tan humano, como el que anima nuestra vida y nuestra fe. No podemos seguir ocultando la luz, hay que ponerla en lo alto, para que brille e ilumine a todos. Esta luz no es nuestra, la hemos recibido gratuitamente, se trata simplemente de dejar, que a través nuestro, pueda arder en los corazones e iluminar en nuestra sociedad.
“Operación Triunfo!: ojalá todos los niños y adolescentes, todos los jóvenes tenga oportunidades para entrenarse y dar su mejor versión, para que allá donde estén, aportando lo que tienen y son, puedan unirse al gran coro y a la gran orquesta de nuestra humanidad, para entonar juntos la mejor canción del amor que se hace servicio, que se contagia y que nos hace llevar la fiesta en el corazón, amar la vida y compartirla, siendo felices y haciendo felices a los demás.
Os invito como invité a ellos, a uniros a “Invulnerables”, esta lucha por la igualdad de oportunidades de los niños, que estamos promoviendo con el Padre Ángel y mensajeros de la paz, con la Fundació del Convent de santa Clara y con el apoyo de la Fundación La Caixa.
Choquemos nuestras manos, y comencemos hoy a construir el mundo que soñamos. Esto si que será una auténtica “Operación triunfo".