Juan Amunátegui: La grave crisis que vive Venezuela ha hecho que volvamos a trabajar en el país Manos Unidas regresa a Venezuela
Junto a la Fundación Populorum Progressio y otras organizaciones, la ONG de la Iglesia católica acompaña a alguno de los colectivos más vulnerables del país suramericano
La FPP apoya proyectos de desarrollo con un máximo de 25.000 dólares cada uno; iniciativas que son presentadas directamente por los obispos de las distintas diócesis latinoamericanas
Cada año, Manos Unidas selecciona varios proyectos en Venezuela. Así, en los tres últimos años, se han llevado a cabo nueve proyectos y, de cara a 2023, ya se han seleccionado otros cuatro
Sin embargo, el impacto de la crisis política y social que sufre Venezuela empobreció seriamente al país y comenzamos a recibir múltiples solicitudes de volver a apoyar al pueblo venezolano, lo cual venimos haciendo desde 2019 por dos vías: ayudando a migrantes venezolanos en terceros países y, de la mano de la Fundación Populorum Progressio (FPP), apoyando directamente a personas que continúan en el país.
Solidaridad con las familias campesinas empobrecidas
La Fundación, que en 2022 cumplió 30 años, depende del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y fue creada por el papa San Juan Pablo II en 1992 con la finalidad de ayudar económicamente a la promoción integral de las comunidades más pobres de América Latina, como muestra de la solidaridad de la Iglesia con los pueblos más abandonados y desprotegidos, tanto campesinos como indígenas y afroamericanos. Además de Manos Unidas, sus financiadores son, principalmente, la Conferencia Episcopal Italiana y Cross Catholic Outreach.
La FPP apoya proyectos de desarrollo con un máximo de 25.000 dólares cada uno; iniciativas que son presentadas directamente por los obispos de las distintas diócesis latinoamericanas. Cada año, Manos Unidasselecciona varios proyectos en Venezuela. Así, en los tres últimos años, se han llevado a cabo nueve proyectos y, de cara a 2023, ya se han seleccionado otros cuatro.
"Estas intervenciones, cuyo importe total alcanza los 236.000 euros, están destinadas principalmente al sector de Alimentación y medios de vida' si bien hay alguno de Salud y Educación"
Entre estos proyectos, merecen especial atención los destinados a comunidades indígenas desatendidas y discriminadas. Es el caso, por ejemplo, de la etnia wayuu, que habita en la Guajira —una zona transfronteriza entre Venezuela y Colombia— y cuya población se ve afectada en un 77 % por la desnutrición. Junto a organizaciones locales tratamos de que se reconozcan sus derechos básicos y propiciamos la economía solidaria mediante la creación de unidades productivas, agrarias y fuentes de trabajo.
El pasado año, una comisión formada por representantes de la FPP, del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de las entidades financiadoras —entre ellas, Manos Unidas—, fue recibida en audiencia privada por el papa Francisco, que alabó el trabajo realizado en estos años y nos animó a seguir trabajando como Iglesia samaritana que está al lado de las poblaciones más empobrecidas. Dentro de este ruego nos recordó la importancia de hacer realidad los cuatro sueños de la exhortación Querida Amazonía: el sueño social, el cultural, el ecológico y el eclesial.
Puedes encontrar este artículo y muchos más en el número 220 de nuestra revista oficial.
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