25 y 26 de diciembre, jornadas nacionales de oración Navidad solidaria con las víctimas del tifón Odette en Filipinas
La agencia Fides informa que la Iglesia católica en Filipinas se está movilizando para ayudar a los millones de personas afectadas por el reciente tifón "Rai", llamado localmente "Odette", y está preparando una Navidad de plena y profunda solidaridad
Al menos 208 personas habían muerto a causa del tifón y más de 239 personas resultaron heridas, mientras 52 están desaparecidas
Monseñor Pablo Virgilio David, Presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP), explica que la Iglesia en esta nación, tal como informa la agencia Fides, ha decidido que los días 25 y 26 de diciembre se vivan como jornadas nacionales de oración por las familias afectadas por el tifón "Odette", según lo comunica la Conferencia Episcopal a todas las diócesis. Afirma monseñor David:
“En este tiempo de tragedias como los desastres causados por el tifón Odette en Visayas y Mindanao, necesitamos mantener vivo en nuestra conciencia el espíritu de amor, el espíritu de solidaridad con los que sufren”
El obispo David, que guía la diócesis de Kalookan, afirma además que el Fondo de Solidaridad “Alay Kapwa” se utilizará para la respuesta de emergencia en las comunidades católicas. Y añade:
Ofrenda de sí mismos
“Animamos a todo el mundo a remitir todas las colectas a Cáritas, que se encargará de planificar y ejecutar nuestra respuesta global. Que esta temporada nos proporcione más oportunidades para realizar actos coherentes de “Alay Kapwa” (ofrenda de sí mismos)”
Por su parte, el Secretariado Nacional de Acción Social (NASSA), que es la Cáritas de Filipinas, está movilizando actualmente los esfuerzos de ayuda para las diócesis más devastadas, informa también monseñor David, quien manifiesta la esperanza de que se responda “con generosidad".
“Respondamos con generosidad”
Daños en diversas diócesis
Varias diócesis de las islas Visayas sufrieron graves daños por el tifón Odette. Entre ellas se encuentra la de Tagbilaran. En una declaración recibida por la agencia Fides, su obispo Alberto Sy Uy, declaró:
“Nuestra provincia de Bohol está muy devastada por el supertifón Odette. Según los primeros informes, los techos de las casas y las infraestructuras han sufrido graves daños, incluidas nuestras iglesias y conventos; los cultivos han sido arrancados; las conexiones eléctricas han sido interrumpidas, así como el suministro de agua. El número de posibles víctimas está aún por determinar”
Alerta humanitaria
De hecho, se lanzó una alerta humanitaria, en la que se explica: “Muchas de las personas afectadas por esta catástrofe se encuentran en condiciones miserables y necesitan desesperadamente alimentos, agua, ropa, refugio temporal y medicamentos. Están confinados en sus ciudades y pueblos, ya que la mayoría de las redes de carreteras están cortadas. Además, las líneas de comunicación son muy difíciles en este momento y la gente tiene dificultades para llegar a las comunidades afectadas”. El obispo Alberto Sy Uy añade:
“Les pedimos que sigan rezando por nosotros”
“Dada nuestra grave situación, les pedimos humildemente que hagan donaciones monetarias, incluyendo bienes de socorro de diversos tipos. Con un número creciente de víctimas, muertos, heridos y desplazados, necesitamos ayuda urgente”
Solidaridad concreta
También el arzobispo de Cebú, monseñor José S. Palma, pidió a todos que den muestras de “solidaridad concreta” con las personas afectadas gravemente por el tifón Odette. En algunas parroquias del sur de Cebú, los postes eléctricos y los restos de los árboles siguen tirados en las carreteras.
“La gente hace largas colas para conseguir agua y gasolina. En el sur de Cebú faltan electricidad y comunicaciones. La mayoría de las familias están afectadas por el tifón: la gente necesita alimentos, agua potable y kits de higiene”
Por su parte, el padre Antonio Labiao, Secretario Ejecutivo de Cáritas de Filipinas, dijo a la agencia Fides que varias diócesis de las regiones de Visayas y Mindanao (en el sur de Filipinas) están gravemente afectadas por el tifón y que "necesitan urgentemente refugio, alimentos, agua y medicamentos". Según una primera y rápida evaluación, diez diócesis están devastadas, entre las cuales Cebú, Tagbilaran, Maasin y Surigao.
"Celebremos el nacimiento de Cristo con nuestra caridad, misericordia, compasión y generosidad", dijo el padre Labiao, dirigiendo el llamamiento a la solidaridad a todos los fieles, para recordar "a las familias y en particular a los niños afectados por el tifón Odette". En efecto, ya el 19 de diciembre, varias diócesis realizaron una colecta especial durante las misas dominicales para aumentar la respuesta de la Iglesia.
El Consejo nacional para la reducción y gestión del riesgo de desastres (NDRMMC) dijo que más de un millón ochocientas mil personas se vieron afectadas por Odette. Mientras gasta el 20 de diciembre, la Policía Nacional de Filipinas dijo que al menos 208 personas habían muerto a causa del tifón y más de 239 personas resultaron heridas, mientras 52 están desaparecidas.
Además, según la Cruz Roja filipina, las secuelas del tifón son de "destrucción total" en las zonas costeras, con "casas, hospitales, escuelas y edificios comunitarios destrozados".
Decimoquinto tifón de 2021
Odette se intensificó hasta convertirse en un "súper tifón" antes de tocar tierra en la isla de Siargao, en Surigao del Norte, el 16 de diciembre, obligando a una evacuación masiva en las zonas bajas. Con vientos máximos sostenidos de hasta 195 km por hora, el decimoquinto tifón de este año entró en territorio filipino, desplazando a miles de familias e interrumpiendo también las líneas eléctricas y de comunicación.
Los observadores lo comparan con el súper tifón Haiyan, que causpo la muerte de a más de 7.300 personas en el año 2013. Filipinas, que figura entre las naciones más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático, sufre un promedio de 20 tormentas y tifones al año.