Misiones Salesianas alerta de una escalada de violencia en Kivu del Norte La violencia en el norte de RD Congo mantiene a 26.000 personas refugiadas en Don Bosco Ngangi
La reciente visita del Papa Francisco a República Democrática del Congo ha supuesto un impulso y una renovación para la Iglesia africana. El Santo Padre ha denunciado la guerra y las razones económicas que esconde
El conflicto, sin embargo, ha empeorado, y más de 3.500 familias, alrededor de 26.000 personas, viven refugiadas en los campos de fútbol de Don Bosco Ngangi tras haber tenido que abandonar sus hogares por la violencia
El Centro Don Bosco Ngangi no es un asentamiento oficial. Los misioneros salesianos, junto con el VIS, han respondido a la emergencia con diversas iniciativas en diversos ámbitos (nutrición, higiene, salud, seguridad)
Los Salesianos se plantean desarrollar un proyecto más amplio con miras al acompañamiento psicológico y social y, sobre todo, para ofrecer educación a los menores porque el problema no se resolverá pronto
(Misiones Salesianas).- La zona de Kivu del Norte continúa inmersa en una escalada de violencia que ha obligado a huir a miles de personas de sus hogares necesitadas de todo. Los misioneros salesianos intentan dar respuesta y apoyo a esta situación con la ayuda que tienen a su alcance.
“En Goma la situación no ha mejorado, al contrario, después de hablar con mis hermanos y con el responsable del Servicio del Voluntariado Internacional para el Desarrollo (VIS). Les envío un mensaje para que conozcan la situación de los desplazados y lo que los Salesianos hacen por ellos”, explica el padre Piero Gavioli, misionero italiano en RD Congo desde hace casi 50 años.
En su reciente visita a RD Congo, el Papa Francisco denunció en todas las celebraciones y encuentros la locura de esta guerra y la razón económica que la hace perdurar: la explotación de las inmensas riquezas del subsuelo. El Santo Padre siempre invitó a todos los responsables del país a un compromiso más claro y decidido con la justicia y el bien común.
El alto el fuego decretado hace casi tres meses quedó en nada, y en enero pasado los militares rebeldes avanzaron y cortaron el segundo enlace principal por donde la ciudad de Goma se abastecía con diversos productos. Como resultado, la mayor parte de la población de los pueblos de los alrededores huyó y la situación en Kivu del Norte empeoró considerablemente. Se habla de masacres, de abusos sexuales, de tráfico de órganos, de reclutamiento de menores y de secuestros de personas para pedir rescate…
Los misioneros salesianos atienden a la población desplazada con nutrición, higiene, salud y seguridad
“Esta última ola de violencia -continúa el misionero- ha llevado a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares en busca de una relativa seguridad en otras zonas. También ha hecho que las tres canchas de fútbol del Centro Bosco Ngangi se hayan llenado de personas desplazadas. Los últimos datos hablan de alrededor de 3.530 familias, con un total de 26.000 personas, incluidos más de 19.000 menores. Es una situación de emergencia debe llamarnos a todos a asistir a una comunidad en dificultad”.
El Centro Don Bosco Ngangi, sin embargo, no es un asentamiento oficial. Esto significa que no lo atienden los organismos estatales. Los misioneros salesianos, junto con el VIS, han respondido a la emergencia con diversas iniciativas en diversos ámbitos (nutrición, higiene, salud, seguridad).
Han distribuido papilla de soja y maíz para 365 niños desplazados y 357 adultos; han repartido alimentos y utensilios de cocina a 300 familias; han entregado lonas para resguardarse de la lluvia a 120 familias, y casi 2.000 personas han pasado una revisión médica: de ellas, 84 personas han sido hospitalizadas y se han atendido 14 partos.
Además, los misioneros salesianos han proporcionado acceso al agua potable, han iluminado los campos deportivos del centro y han creado un comité de seguridad de 12 personas para prevenir abusos.
Los Salesianos se plantean desarrollar un proyecto más amplio con miras al acompañamiento psicológico y social y, sobre todo, para ofrecer educación a los menores, porque el problema y la situación de las personas desplazadas no se resolverá pronto.
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