Convoca a su Círculo número 100, el 5 de abril de la Puerta del Sol El Círculo de Silencio de Madrid se solidariza con los inmigrantes, "esclavos del siglo XXI"
"Para no quejarnos sin hacer nada frente a los viajes migratorios infernales, las muertes en las fronteras, las redadas, los encierros en los centros de internamiento, las deportaciones..."
| Círculo de Silencio de Madrid
El próximo día 5 de abril se llevará a cabo el Círculo de Silencio número 100 de Madrid. Se trata de una acción noviolenta en solidaridad con las personas inmigrantes, que en Madrid se lleva a cabo desde hace más de 8 años, cada primer viernes de mes, y concretamente desde el 7 de enero del 2011. No se trata de una moda pasajera, sino que la permanencia es nuestra seña de identidad.
Durante el 2010, un grupo de personas del colectivo A Desalambrar, realizamos varias vigilias y concentraciones frente al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en la Avenida de los Poblados y en la misma plaza de Aluche. Pero ya que los propios internos del CIE, durante aquellas vigilias y concentraciones, nos pedían que diéramos a conocer su situación, nos pareció que debíamos trasladar nuestra acción a un lugar más visible. Tras un periodo de investigación, decidimos copiar la experiencia de los Círculos de Silencio que se llevaban a cabo desde 2007 de la mano de un grupo de Franciscanos de Toulouse, y que se reunían una vez al mes en la plaza más importante de la ciudad.
Así surgió el 7 de enero del 2011 el primer Círculo de Silencio de Madrid, en la Puerta del Sol. Una concentración en silencio que ha supuesto un pequeño grano de arena frente a la situación que vivían las personas inmigrantes en su ruta migratoria y nuestros propios vecinos. Para no quejarnos sin hacer nada frente a los viajes migratorios infernales, las muertes en las fronteras, las redadas, los encierros en los centros de internamiento, las deportaciones, etc. Nos pareció que podíamos unirnos con otros colectivos y personas particulares para denunciar todas estas vulneraciones de derechos humanos y sumarnos así a una red de solidaridad nacional e internacional. Por ello y progresivamente, el círculo pasó de ser una acción organizada por un colectivo concreto, a ser de aquellos que se iban sumando y permaneciendo en su organización y asistencia.
Se trata de una acción NOVIOLENTA. Con esta acción queremos sumarnos a una corriente de noviolencia, como el camino a seguir y a descubrir, que ponga siempre la conciencia por encima de la ley. Apelamos a la conciencia de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de aquellos en cuyo nombre son hechas. Creemos que todas las leyes están contra las personas más vulnerables y en España y en el siglo XXI, contra las personas inmigrantes. La ley de extranjería, de sanidad, de seguridad social, etc.
El círculo de silencio ha permanecido en la Puerta del Sol (o en las plazas aledañas) mientras pasaba el movimiento del 15M, las manifestaciones o concentraciones puntuales en solidaridad con las personas inmigrantes, e incluso hemos compartido espacio con la fiesta del Orgullo Gay. También ha sido muy emotivo y muy tenso compartir la plaza con las oleadas de personas que pasaban por allí en fechas señaladas (puentes de la Constitución y la Inmaculada, Reyes Magos, Semana Santa…), poniendo de relieve la solidaridad frente al consumismo. Nunca nos hemos rendido, a pesar de los años, porque como decimos, la situación que viven las personas inmigrantes no mejora, y el círculo no es una moda reivindicativa pasajera. Además, los círculos han ido creciendo año a año, unos desde antes del círculo de Madrid, otros después, llevándose a cabo actualmente en más de 20 ciudades de España, como Burgos, Málaga, Almería, Ceuta, etc.
El círculo transforma fuera y dentro. Una hora en silencio cambia por un rato la actividad de la Puerta del Sol, permite dar a conocer las situaciones de injusticia que hemos comentado y conocer muchas otras, que nos cuentan las personas (de distintos países, tanto turistas como vecinos) que pasan por allí . Y transforma a la persona que decide sumarse, aunque sea durante cinco minutos. Supone un tiempo y espacio para reflexionar, para poner en el centro a las personas que creemos que más sufren en nuestra sociedad occidental, los esclavos del siglo XXI. Y para pensar en lo que hacemos o podemos hacer para poner un granito de arena ante tanta injusticia.
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