Algunos templos de Zaragoza abren sus puertas a la vacunación masiva Yo me vacuno... en mi parroquia
El proceso arranca fuera, en la rampa. Una vez dentro, a la izquierda, vemos una pequeña capilla donde se administran las vacunas, en mitad de confesionarios, velas y más movimiento del habitual. Después, los responsables de la vacunación acompañan a los pacientes a la zona de bancos de la iglesia, donde aguardan 15 minutos para asegurarse de que no haya ningún efecto secundario
Durante este año largo, muy largo, de pandemia, las parroquias han sido lugares de culto, comedores, roperos…. Y ahora, también, centros de vacunación. A la espera de que llegue la gran remesa de vacunas, que podría obligar a habilitar grandes espacios por todo el país -entre los que podrían encontrarse, sobre todo en la España vaciada, espacios diocesanos-, algunos templos se han puesto a disposición de las autoridades para convertirse en improvisados (o no tanto) espacios de vacunación.
En la diócesis de Zaragoza, tres parroquias han abierto sus salones parroquiales y despachos para acoger a médicos, enfermeros y celadores, que inoculan las dosis de Pfizer, Moderna o AstraZeneca. Una de ellas, la del Carmen, ha ido más allá, abriendo el templo, con muchas posibilidades de mantenimiento de la distancia, accesibilidad y recorridos diferenciados.
Un proceso seguro
¿Cómo es la vacunación en el Carmen? El proceso arranca fuera, en la rampa. Una vez dentro, a la izquierda, vemos una pequeña capilla donde se administran las vacunas, en mitad de confesionarios, velas y más movimiento del habitual. Después, los responsables de la vacunación acompañan a los pacientes a la zona de bancos de la iglesia, donde aguardan 15 minutos para asegurarse de que no haya ningún efecto secundario inmediato. El templo tiene capacidad para 300 personas, lo que facilita que se asegure la distancia de seguridad. La salida está perfectamente señalizada por otra de las puertas de la parroquia.
"Yo estoy encantada. Vengo a vacunarme y de paso aprovecho para rezarle un poco al Señor", cuenta al HeraldoMª Pilar Gayarre, de 97 años. La señora acaba de recibir la segunda dosis de Pfizer en el templo.
Administración de vacunas en la Parroquía del Carmen / Obra Social El Carmen
La inoculación de las vacunas corre a cargo del equipo del centro de salud Puerta del Carmen, ubicado en una de las plantas del cercano centro de especialidades médicas Ramón y Cajal.
"Hay que adaptarse a las necesidades que surgen y encontrar soluciones. Nos pidieron colaboración y esta siempre ha sido una iglesia abierta", explica el sacerdote Ramón Maneu, delegado parroquial para la obra social.
"Colaboración total"
La responsable de vacunación, Carla Martínez, explica que han encontrado una "colaboración total" en la parroquia, ya que les hubiera resultado "imposible" llevar a cabo la campaña en las instalaciones del ambulatorio.
Los pacientes vacunados reposan durante 15 minutos en los bancos de la parroquía / Obra Social El Carmen
La del Carmen no es la única. Así, como informa Heraldo, el salón parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Almudena, o el Sagrado Corazón de Jesús también acogen a unas doscientas personas cada mañana, por templo. “Aquí hemos podido organizar circuitos diferenciados y disponemos de una amplia estancia", relata la coordinadora de enfermería, Yolanda Molero.
Las jeringuillas las traen ya montadas desde el ambulatorio y aquí se preparan las dosis, que al ser de Pzifer necesitan que se mezclen con suero. Dependiendo del suministro, cada día se dedica a un tipo de vacuna.
Tras vacunarse por la mañana, Elena López tenía previsto acudir a misa por la tarde a las 19.00 "como todos los días". "Al principio dudé de si quería ponérmela o no, pero al final me decidí, porque mal no va a hacerme –decía–, ¿no estarán bendecidas, verdad?".
