Víctima del covid-19, fue presidente de la Conferencia episcopal turca Fallece vicario apostólico en Turquía, era originario de Guanajuato, México
*Rubén Tierrablanca González, franciscano, fue elevado a la dignidad episcopal en 2016.
*Al saber de la enfermedad, escribió una carta al Patriarca Bartolomé pidiendo perdón por sus posibles ofensas a los fieles de la Iglesia Ortodoxa Oriental
| Guillermo Gazanini Espinoza
El pasado 14 de diciembre, los informativos vaticanos dieron cuenta de la grave condición del vicario Apostólico de Estambul y presidente de la Conferencia Episcopal Turca, Mons. Rubén Tierrablanca González, franciscano, originario de Cortázar, Guanajuato.
Fue a finales de noviembre cuando el prelado dio positivo al covid-19, sin embargo, su salud tuvo un rápido deterioro de su salud hasta que fue ingresado a los servicios del Hospital Universitario de Koç en Estambul, el 4 de diciembre. Intubado, luchó por su vida: desafortunadamente se dio a conocer el lamentable deceso, el 22 de diciembre.
Rubén Tierrablanca fue nombrado vicario apostólico en Turquía, el 16 de abril de 2016. Era administrador apostólico del exarcado para los fieles de rito bizantino. Nació en 1952 en Cortázar, Guanajuato, y pronunció votos solemnes en la Orden de los Frailes Menores en 1977. Ordenado sacerdote en 1978 tuvo una especialización en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Su ministerio destacó por haber sido formador de seminario, párroco, vicemaestro y rector de los estudiantes en el Antonianum de Roma, además de profesor en el Seminario de San Antonio en El Paso, Texas. Fue nombrado Guardian de los Frailes Menores en Estambul y de la Fraternidad Internacional para el Diálogo Ecuménico e Interreligioso en Turquía. Se desempeñó como párroco de Santa María Draperis en Estambul y antes de su nombramiento como vicario apostólico, era delegado del Vicariato apostólico de Estambul. Sucedió al obispo Louis Pelâtre A.A, quien presentó su renuncia por límites de edad. Rubén Tierrablanca fue elevado a la dignidad episcopal el 11 de junio de 2016 por la imposición de manos del cardenal Leonardo Sandri y fueron co-consagrantes Lorenzo Piretto, OP, arzobispo de Esmirna y Paolo Bizetti, SJ, arzobispo de Tabe.
En el sitio del Ordo Minorum Franciscanum, Frailes Franciscanos, se da cuenta de las últimas actividades que Tierrablanca González realizó, ya con el covid-19 que estaba minando su salud:
“En la fiesta de San Andrés, el 30 de noviembre de 2020, ya debilitado por CoVid19, Mons. Rubén dirigió una carta al Patriarca Ecuménico de Constantinopla de la Iglesia Ortodoxa Oriental, Su Santidad el Patriarca Bartolomé, pidiendo perdón si en el transcurso de su servicio como fraile, pastor, maestro u obispo pudo haber dicho o hecho algo que ofendiera a su Santidad o a los miembros de la Iglesia Ortodoxa Oriental.
El ministro general, Fr. Michael A. Perry, invitando a todos los frailes de la Orden a recordar a Mons. Rubén en la misa y en sus oraciones, escribe:
Que su ejemplo de servicio humilde y gentil y su celo por promover el diálogo y la fraternidad universal entre todos los hombres y mujeres nos inspire y desafíe a todos a seguir su ejemplo. El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, sobre la Fraternidad y la Amistad Social, escribe las siguientes palabras que, creo, expresan el espíritu que animaba a nuestro querido difunto Hermano Monseñor Rubén: «[San Francisco] comprendió que ‘Dios es amor y los que permanecen en el amor permanecen en Dios’ (1 Jn 4,16). De esta manera, se convirtió en un padre para todos e inspiró la visión de una sociedad fraterna. En efecto, «sólo el hombre que se acerca a los demás, no para atraerlos a su vida, sino para ayudarlos a ser cada vez más plenamente ellos mismos, puede ser llamado verdaderamente padre».
Que nuestro querido hermano Rubén Tierrablanca González descanse en paz del Señor”.