Reportaje de la revista Proceso revela la difícil situación de la familia de sacerdote asesinado La mitad de los sacerdotes mexicanos “con esposa e hijos”

La mitad de los sacerdotes mexicanos “con esposa e hijos”
La mitad de los sacerdotes mexicanos “con esposa e hijos”

“Mis tres hijos y yo hemos quedado en la desprotección. Para las autoridades eclesiásticas no existimos ni tenemos algún derecho. Nos quieren ocultar, negar...

“De los 14 mil sacerdotes mexicanos que están en funciones, 50% tiene mujer y familia. Es una realidad que la Iglesia en México trata de ocultar para no afectar su imagen. Que yo recuerde, el único obispo que públicamente reconoció esta realidad fue don Bartolomé Carrasco cuando fue arzobispo de Oaxaca”. Lo anterior son declaraciones de Lauro Macías, dirigente de Ministrare, movimiento que aglutina a sacerdotes casados y que aparece en el reportaje de los periodistas Gabriela Hernández y Rodrigo Vera en la revista Proceso No. 2241 “Hijos del error” en el que se da cuenta de la difícil situación de la familia del sacerdote asesinado en catedral metropolitana de la arquidiócesis de México, José Miguel Machorro Alcalá, el 15 de mayo de 2017.

Machorro dejó a tres hijos huérfanos. Su viuda ha intentado obtener de la arquidiócesis de México una pensión que permita seguir adelante; sin embargo, ni en el tiempo posterior a su muerte ni hoy bajo el gobierno del arzobispo Carlos Aguiar Retes se le ha dado atención.

Patricia León Acosta, vida de Machorro Alcalá, de 50 años, explica en el reportaje: “Mis tres hijos y yo hemos quedado en la desprotección. Para las autoridades eclesiásticas no existimos ni tenemos algún derecho. Nos quieren ocultar, negar. Dicen que somos producto de un ‘error’. Pero lo cierto es que existimos y estamos atravesando por una situación muy difícil”.

Machorro Alcalá provenía de la diócesis de Papantla y fue aceptado en la arquidiócesis de México para desarrollar su labor pastoral sin ser incardinado. Su última parroquia, en la demarcación de la alcaldía de Venustiano Carranza de la Ciudad de México, fue también hogar del domicilio conyugal en donde estaban su mujer e hijos. Según la esposa de Machorro, ellos habrían contraído matrimonio privado sin testigos y frente el altar cuando hicieron un intercambio de votos esponsales. Se conocieron en 1993 en Nautla, Veracruz cuando Patricia León fue a solicitar empleo de secretaria. Después de ese juramento privado de fidelidad, comenzó la vida como concubinos donde se guardaban las apariencias de la “doble vida” de la pareja quien procreó tres hijos.

Familia Machorro León. Foto: Proceso
Familia Machorro León. Foto: Proceso

El atentado contra el sacerdote en el Altar del Perdón de catedral que después le provocó la muerte tras prolongada agonía, obligó a la familia Machorro León a guardar toda distancia de los medios de comunicación. Así cuenta: “En ese momento, me pidieron que ya no regresara a la casa parroquial, aunque ahí teníamos todas nuestras pertenencias. Me quitaron las llaves de la casa y algunos objetos de José Miguel que traía conmigo como su celular y su cartera. Durante tres días, a escondidas, tuvimos que dormir en el hospital evitando todo contacto con los medios”.

En el reportaje puede leerse el entramado de dificultades que la familia pasa sin que nadie tenga una respuesta sobre su seguridad económica. Ni siquiera se les invitó, cuenta Patricia, a las honras exequiales de Machorro presididas por el entonces obispo auxiliar de México, Antonio Ortega Franco, y en el sepelio en Puebla, “la familia tuvo que mantener muy bajo perfil para no llamar la atención”.

 Tras la muerte del padre-sacerdote, ninguna respuesta han tenido de la Iglesia: “Quedamos en el desamparo. La Iglesia nos abandonó. Me sorprende mucho la frialdad con la que nos han tratado, pero sobre todo su hipocresía, somos como una mancha que trata de ocultar”.

El reportaje completo puede leerse en: https://www.proceso.com.mx/602929/la-iglesia-y-los-hijos-del-error

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