Cuando se usa la ley del embudo Taltavull tiene la piel muy fina
Hay que ver para creer
Estoy muy compungido y preocupado por el obispo de Mallorca Taltavull. En serio. Se siente muy herido porque “alguien” le dirigió insultos por utilizar el catalán en misa. Sin duda una gran ofensa que ha tocado su fina sensibilidad. No tuvo la misma sensibilidad cuando hizo sufrir hasta el extremo a las monjas Jerónimas al mantener su convento de santa Isabel de Mallorca inmatriculado como propiedad del obispado según lo había perpetrado su obispo antecesor, Salinas. Mantuvo su lucha contra ellas, con un clericalismo propio de señores feudales y a tanto ha llegado que, incluso cuando la justicia le ha quitado la razón y ha dicho que la propiedad del convento es de las monjas, su “fina sensibilidad” le ha conducido a recurrir la sentencia. El obispado se encargará de pagar más costas. Que las monjas sigan sufriendo con este tema por su causa es algo que no le preocupa demasiado a Taltavull, pero que “alguien” le haya criticado por usar el catalán en la misa le causa un dolor irreparable. A mí que use el catalán o el Godo en la misa me trae sin cuidado pero que esté haciendo sufrir a mis amigas las monjas Jerónimas -que siguen rezando a diario por él- con la ambición de querer recuperar un convento que no le pertenece, me preocupa más. ¿Qué queréis que os diga? Porque cuando alguien tiene la piel sensible ha de tenerla para todos y para todo no solo para lo que a él le afecta. Este obispo va a pasar a la historia de Mallorca no como un ejemplo de padre, pastor y amigo como sí lo ha hecho otros, como el obispo Vic i Manrique que fue un verdadero padre y protector de las monjas. A este obispo el convento de santa Isabel de Mallorca, que ha celebrado unas jornadas religiosas y culturales y ha abierto sus puertas en la pasada fiesta de la Asunción, le ha dedicado varias conferencias en torno a su figura donde se ha mostrado cómo si ha habido algún obispo, por desgracia pocos, que se han tomado en serio su misión de ser pastores y protectores de la vida contemplativa, como es su obligación. En estos momentos de debilidad vocacional y edades avanzadas, no faltan quienes quieren hacer leña del árbol caído y, además, dárselas de sensibles y finos a otras causas menos religiosas pero más llamativas para provocar titulares. Ver para creer.
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