#advientoenclavedemujer A mi Madre Guadalupe
| Luz Estela (Lucha) Castro
Querida Madre Guadalupe,
En este día que te pertenece, te escribo desde el corazón de nuestras luchas, desde la esperanza que siembras en cada una de nosotras. Eres la madre que nos cobija bajo su manto, la que nos dice con ternura y firmeza:
”¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy la fuente de tu alegría?”
Tus palabras, Madre, son un refugio y un recordatorio de que en ti encontramos fuerza para seguir caminando.
Tú, que elegiste aparecerte a Juan Diego, una persona sencilla y marginada, nos enseñas que tu amor y tu mirada están con quienes el mundo rechaza. En ti reconocemos la fortaleza de las mujeres indígenas, la resistencia de las madres buscadoras, y la dignidad de quienes alzan su voz contra la injusticia.
Eres la misma que proclamó el Magníficat en las colinas de Judea, la que alzó su voz profética diciendo:
“Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes; colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías” (Lucas 1:52-53).
Hoy, en el Tepeyac, vuelves a recordarnos que tu misión es la misma: caminar junto a los y las oprimidas, dignificar a las personas pequeñas, y anunciar un mundo donde reine la justicia.
Eres la Virgen de quienes sueñan con la libertad, de quienes abrazan sus raíces y luchan por un mundo en el que todas las personas podamos caminar sin miedo. Tus palabras en el Magníficat son un himno de revolución pacífica, una llamada urgente a construir un mundo más justo y solidario, donde las hambrientas/ os y lsean saciados y los poderosos reconozcan su humanidad.
Hoy, te celebro como la Guadalupana , la que no teme entrar en nuestras trincheras, la que transforma el dolor en justicia, el silencio en grito, la opresión en libertad. Tú, Madre, eres nuestra compañera en esta lucha por un mundo más digno y humano, donde las promesas de tu cántico se hagan realidad.
A ti, Guadalupe, te pedimos que sigas siendo el manto que nos protege y la estrella que guía nuestro caminar. Que tus palabras sean nuestra fortaleza y que nunca olvidemos que siempre contamos contigo
Con amor, fe y rebeldía,
Lucha Castro