#MaríaMagdalena2024 Triduo a María de Magdala

Triduo a María de Magdala
Triduo a María de Magdala

Este triduo dedicado a la mujer del alba, a la que anuncia la vida de la vida misma, está escrito para pedir su compañía en tres días de oración, a quien le rogamos imprima en nosotras, el don del acompañamiento al que sufre, el don de la valentía por amor, y el anuncio de la buena nueva sagrada.

Prende tan sólo una vela, y en la quietud de tu corazón femenino, imprégnate del silencio y la quietud, para hablarle a la Apóstola por excelencia, para que marque tu rumbo y el mío, hacia el Amado, para vivir en la verdad del amor infinito y beber de la fuente inagotable.

Oración inicial (para cada día)

Te abrimos la puerta, para que tu María de Magdala entres y permanezcas con nosotras. Permítenos cruzar el puente junto a ti y allí en medio de él, entrar en un diálogo fecundo que nos lleve a conocer tu vida.

Queremos estar con quien caminó entre multitudes tras Jesús, repartiendo a todas pan y pescado, preparando la mesa para la cena bendita, y acompañando al Maestro y a su madre, a los pies de la cruz.

Enséñanos a anunciar su palabra, a darnos a la comunidad y a amar comprometidamente al hijo, que está vivo, al Padre que lo dona al mundo, y a la ruah, que como viento o como brisa, sacude nuestra existencia para y por amor.

Danos fuerza para anunciar, Apóstola de los apóstoles. Amén

Día 1:

Hermana nuestra, que, iluminadas por nuestra fe, podamos anunciar la noticia con esperanza e inquebrantable compromiso en nuestro peregrinar. Así esperamos que nos hables de corazón a corazón, conociendo la grandeza del amor de nuestro Señor, el que ilumina la vida humana con tan solo una palabra. El que nos cura tan solo al tocar su manto, con una caricia que nos limpia de todo pecado. Ayúdanos a aprender la solidaridad en el amor, en la necesidad de la hermana, y en el frío y hambre, cuando no somos tratadas como dignas hijas de Dios Padre y madre. Amén

Día 2:

Tal como lo recuerda el evangelista Juan, todavía oscuro fuiste a ver el sepulcro de nuestro crucificado, y sin mediar reparo alguno, corres a dar la buena noticia a los apóstoles.

Corriste porque aprendiste gracias a la luz del Padre, a dar sentido a la vida. No te paralizaste frente a los acontecimientos que tienes que vivir, té dejaste llamar por tu nombre, y sorprender por lo impensable. Reconoces al Maestro como infinito amor. Nos dices:” hice lo que todo discípulo, toda discípula debe hacer. Me llamaron por mi nombre y reconocí la voz del buen pastor, al llamarme Jesús, respondo: Mi querido Maestro”. Amén

Día 3:

 Querida hermana, ligas tu corazón al mío y entramos a hablar de nuestro hermano Jesús. Estuviste a los pies de la dolorosa cruz. Escuchaste cada una de sus palabras dichas. Recibes del resucitado un mandato, liderando una comunidad primitiva que se vuelve crucial para su existencia. Te conviertes en “la enviada”, al ir al sepulcro vacío, siendo la primera testigo de la resurrección, anunciando así a los hermanos que Jesús vive, convirtiéndote en discípula incondicional que lo acompaña desde Galilea anunciando la vida.

A pesar del entorno de una mentalidad machista, y ante un modelo patriarcal, eres elegida para la tarea del anuncio. Contigo vamos Magdalena. Amén

Oración Final (todos los días)

Agradecida de tu presencia en nuestros días, damos gracias a la luz por traerte al mundo y ser ejemplo femenino de cuanto podemos realizar en bien de aquellos a quienes anunciamos la vida en plenitud. Otórganos, Jesús resucitado la fuerza de la vida y el don del amor, para que cada día sea siembra de una buena y nueva cosecha en medio de María de Magdala, su valentía y consecuencia. Contigo vamos caminando en la evangelización. Amén

Raquel Sepúlveda Silva (Chile).

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