Mc 4, 35-41. "Vamos a la otra orilla". El evangelio de este domingo, nos hace un llamado a salir de nuestras zonas de confort, para aventurarnos a atravesar a la otra orilla; a lo nuevo y diverso. Las mujeres que caminaban con Jesús, aceptaron el reto, porque este desprendimiento de lo conocido y preestablecido, ya lo estaban experimentando al enfrentarse a la cultura patriarcal, a las costumbres y tradiciones culturales, a prejuicios y riesgos, para ir en pos del Maestro.

Por lo tanto, cuando llega la borrasca y el peligro, aunque lo más seguro es que sintieran miedo, no perdieron la confianza y la fe. La sororidad de la samaritana, la mujer sirofenicia, María de Nazareth, María de Magdala, Marta y María de Betania, la viuda de las moneditas, la viuda de Nahin, Maria de Cleofas, Juana la mujer de Cusa, la niña mujer acusada de adulterio...y, de tantas otras mujeres, junto con Jesús de Nazareth, lograron el milagro de aplacar la tormenta, acallar el viento y serenar las olas embravecidas, para llegar al puerto de la otra orilla.