La Compañía de Jesús recuerda la peregrinación desde Loyola a Manresa Camino Ignaciano: historia, cultura y espiritualidad
(Julio Sandoval, enviado especial de RD al camino ignaciano).- La Compañía de Jesús lleva desde el año 2012 promoviendo el camino que realizó San Ignacio desde su casa-torreón en Loyola hasta una pequeña cueva en Manresa, donde su vida cambiará para siempre.
Aunque el camino comenzó en 2012 este año ha aumentado el número de peregrinos al ser año jubilar y se espera que vaya creciendo hasta el año 2022, cuando se cumplirán 500 años de la peregrinación que lo llevó a Jerusalén y a la fundación de los Jesuitas.
Debemos tener en cuenta que el origen de este camino viene marcado por una herida, en el caso del Santo, causada en el sitio de Pamplona. Tras este golpe es llevado a Loyola donde sufrirá una larga convalecencia y se producirá una conversión que le hará emprender el camino hacia la Ciudad Santa. Tras tener algunas aventuras por el camino, consiguió llegar a Montserrat donde entregó sus ropas a un mendigo y vistió un sayal, además de ofrecer su espada a la Virgen dejando de lado, por lo tanto, su anterior vida. Tras pasar un tiempo en la abadía benedictina emprendió camino hacia Barcelona pero deteniéndose por un tiempo en Manresa, la ciudad en la que vivió las experiencias místicas que darán lugar a la espiritualidad de la Compañía.
A lo largo de este viaje, Ignacio experimentó dos caminos: el espiritual y el geográfico. El primer camino lo realiza tras conocer las vidas de los santos y con el propósito de convertirse en un caballero cristiano, mientras que el segundo camino, el físico, lo realiza por el camino cantábrico y el camino real.
El peregrino también partirá de la casa de familiar, donde obtendrá la credencial, y comenzar a seguir los pasos de Íñigo. A lo largo de este camino podremos imaginar el mundo en el que vivió y mantener una conversación constante con el que pasó hace ya quinientos años por el mismo lugar. El camino se convierte en una oportunidad para caminar al ritmo de nuestros pensamientos y disfrutar del paisaje y de los monumentos que nos vamos encontrando a nuestro paso. Podemos sentir algo especial contemplando las verdes montañas del País Vasco, paseando por Arantzazu o La Guardia, admirando Montserrat o guardando silencio en la cueva en la que nuestro guía pasó tantos momentos a solas con sus pensamientos.
Ya hemos hablado del camino físico, pero también tenemos la oportunidad de realizar un camino espiritual que podemos encontrar tanto en la web como en la guía del José Luís Iriberri, jesuita promotor y director del Camino Ignaciano. Estas meditaciones aparecen detalladas y siguen el hilo de los Ejercicios Espirituales, de modo que cualquier viajero puede organizarlos como experiencia auto-dirigida dependiendo de su proceso personal y del tiempo que disponga.
La oferta actual del camino no es comparable a la del Camino de Santiago, pero poco a poco irá creciendo y es una oportunidad para aquellos peregrinos que han hecho el camino del apóstol o que ven que éste está muy masificado. Los principales peregrinos que realizan este camino son principalmente grupos vinculados a la Compañía, aunque poco a poco esto va cambiando. Además es destacable que desde que fue promovido han ido aumentando los alojamientos y se espera que siga así para que todo culmine en el aniversario de 2022.
"Al final del camino me dirán:
¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres"
Pedro Casaldáliga.