El capitalismo y sus consecuencias
Nuestro sistema capitalista en el que nos encontramos, está haciendo que los pobres sean aún más pobres y los ricos más ricos con la desaparición de la clase media a pasos agigantados. Nuestros gobiernos nos están conduciendo por un túnel en el que parece no haber demasiada salida y lo peor de todo, es que ni ellos son conscientes de donde nos están llevando.
Tenemos que pensar en cómo vivimos porque puede que en Occidente lo que llamamos pobreza, podríamos cambiarlo por “ausencia de confort”. Ahora no tenemos las letrinas en la calle, ni falta de agua caliente, bañera, nevera o microondas. Sin embargo las personas que antes vivían sin ello, no lo percibían como indigencia o pobreza. La pobreza sólo aparecía cuando se comparaba con la abundancia urbana moderna y es que nuestra dependencia al confort, es lo que llega a crear un nuevo tipo de empobrecimiento donde en otro momento quizá hubiera sido visto como enriquecimiento.
También es verdad que por desgracia siguen existiendo las desigualdades entre lo que llamamos pobreza de los países del tercer mundo y nuestra, sociedad, en la que de momento, todavía podemos contar con algún subsidio social, aunque ¿hasta cuando?
Vivimos un momento difícil y duro provocado por una pésima gestión, ahora la incógnita es ¿A dónde nos va a conducir todo esto? ¿Será peor que la crisis del 29?, se comenta que ya lo está siendo…
Lo que está claro es que los que tenemos que tender la mano al hermano somos los ciudadanos, no esperemos que lo hagan los gobiernos porque eso no llegará.
Gracias a todas aquellas personas y organizaciones, entre ellas Cáritas, que están presentes ante necesidades que se están dando constantemente como desahucios, paro, enfermedad etc…
El Señor siempre se fija en los detalles más pequeños que a nosotros nos pasan desapercibidos, no lo olvidemos…
Quiero confiar en que de todo esto saldremos más reforzados, con otros valores que quizá habíamos olvidados, sintiéndonos una verdadera humanidad porque la unión hace la fuerza.