¿Qué es lo que en el fondo de cada uno de nosotros esperamos?

Desde que tenemos uso de razón y conciencia, nuestra cultura nos va incrustando lentamente, pero intensamente, a vivir el mañana más que el hoy.
Cuando éramos pequeños e íbamos al colegio, ya nos decían: “si apruebas el curso te compro una bici, o hacemos un viaje, o no se qué… crecemos con la idea de que ese “luego” será mejor que el ahora, vamos quitando hojas del calendario hasta que llega ese mañana que en el fondo nunca llegará. Nos empiezan a “convencer” de que merece más la pena el “luego” que el ahora, pero ¿convencer de qué? ¿Seremos más felices mañana que hoy?
Según vamos creciendo, seguimos pensando que la felicidad está en el mañana. Como no tengo una estabilidad laboral, no me caso, cuando la encuentro, espero afianzarla, cuando la tengo, espero una subida de sueldo, cuando tengo la subida, espero para poder comprar un chalet en lugar de una casa y así sucesivamente, pero al final ¿hiciste algo? ¿Fuiste feliz en tu vida, viviste? No.
Siempre pensabas en futuro sin saber vivir el presente. No sabemos saborear la vida, dar gracias y aprovechar el momento, porque esperamos convencidos la llegada de un mañana que nunca acabará de llegar. Supongo que todos somos concientes de esto, pero ¿lo llevamos a la práctica? Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y es verdad, porque sabiéndolo, seguimos actuando igual.
La vida es un momento y tenemos que aprender a ser felices con lo que tenemos y somos hoy, porque la felicidad no llega cuando conseguimos lo que queremos, sino cuando disfrutamos lo que tenemos, cuando somos capaces de no soñar con el mañana y vivir el hoy. ¡Vive, disfruta, aprovecha cada momento de la vida! porque el tiempo no espera por nada ni por nadie. Vive hoy como si fuera el último día de tu vida porque no existe mejor momento para ser feliz que el actual, sino lo haces ahora ¿Cuándo lo harás?
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