Compartiendo un buen café y rodeada de buenos amigos, de pronto alguien saca la consabida conversación diaria y cotidiana por todos los medios de comunicación y ¡cómo no!, también en reuniones de amigos. ¿Os imagináis qué puede ser? Pues sí, la palabra ¡¡¡crisis!!! Un buen amigo que se dedica a todo el follón éste de la bolsa, nos hablaba de la prima de riesgo, del Euribor, de mercados, del Íbex 35, de eurozona… todo números, leyes, reuniones etc, etc. Según platicaba e informaba, aún más de lo que estamos, que no es poco, le corté y le dije: ¡Un momento!: En medio de todo esto ¿dónde dejáis a las personas, rostros y vidas concretas, familias con la angustia de poder sacar adelante a sus pequeños?... tras este vocabulario que antes desconocíamos y que ahora conocemos a la perfección, hay vidas, personas, demasiado dolor… pero si pensamos un poco, Europa se queja ¡y con razón! Pero una razón solo a medias, puesto que todos sabemos que hay países que nacen y mueren en crisis porque no conocen otra forma de vida, y todo ello, gracias a nuestra “querida Europa” y es que, aunque parezca contradictorio, no hay mayor desgracia que tener riqueza, y sino, decidme de dónde sacamos el petróleo, el oro, el coltán, los diamantes y tantas otras cosas… pues de los países más pobres que tienen las mayores riquezas y que nosotros robamos para luego decir ¡que estamos en crisis!, ¿qué podrían decir entonces ellos y qué pensarán de nosotros? De los que nos damos golpes de pecho porque nuestros gobiernos “destinan dinero”, por cierto, cada vez menos. La verdad es que nos debería de dar vergüenza… Permitimos el hambre, el trabajo de menores, la venta de armas y tantas cosas. Seguimos optando en este llamado primer mundo por el egoísmo que cada vez nos corrompe más, sin permitirnos en ocasiones, ni siquiera el poder tener mala conciencia porque les “mandamos dinero”…yo y mis necesidades… Así somos las personas.