Y me diréis ¡algo tan simple! ¿Y que?, pues es verdad que quizá sea algo simple, tanto que ni somos conscientes de lo que significa cada día el poder abrir los ojos, levantarnos por nuestro propio pie, caminar, tomar un vaso de café, abrir el grifo del agua y que esta salga, etc.. Cosas simples hasta que un día la vida nos para y dejan de serlas…
Si estás leyendo esto es porque se te ha regalado un nuevo día, pero quizá nos hemos levantado tan apresuradamente pensando en todo lo que tenemos programado en nuestra agenda que no nos hemos parado a pensar que HOY ESTOY VIVO, pero ¿Cuál es la diferencia entre vivir inconsciente o conscientemente gozando de ese privilegio? Pues en que no somos capaces de valorar el regalo de la vida sabiendo dar gracias a Dios porque no todo el mundo ha recibido hoy ese regalo.
Dicen que cuando perdemos algo o a alguien es cuando lo valoramos, aunque tardíamente, pero no todo el mundo cae en ese error. No seas tú de los que no saben valorarla…
Imagina como actuaría alguien que fallece y de repente, milagrosamente, se le otorga el regalo de la vida de nuevo…
Tú no tuviste que morir ayer para estar vivo hoy, sin embargo, ese regalo se te ha vuelto a dar y no deja de ser el más maravilloso.
Disfrutas este momento como si fuera el último de tu vida siendo agradecido….