La vida es un caminar constante

Caminar no es solo recorrer un trayecto. Cuando uno decide ponerse en camino, siempre tiene previsto un itinerario para poder alcanzar la meta que se propone. Pero en ese camino nos encontramos con inmensos desiertos y tierras de vergel, tenemos cruz y Pascua.
Las personas no dejamos de caminar a lo largo de nuestra más o menos corta o larga vida. Es una travesía no siempre fácil porque hay momentos en los que las fuerzas flaquean y el ánimo decae, pero como creyentes, el camino se hace más fácil si sabemos donde nos tenemos que agarrar. Se hace camino al andar, nos decía nuestro querido Machado.
Vivimos momentos de desilusión, de desaliento, los medios de comunicación no paran de recordarnos como está todo, por si a alguien se le había olvidado mientras dormía… pero tenemos que seguir caminando con paso firme, confiados de que en cualquier esquina encontraremos esa deseada fuente en medio de nuestro desierto donde saciar nuestra sed, otearemos horizontes que nos animen y lleven a la confianza.
Todos vamos por la misma senda, caminamos hacia el otro. Ahora más que nunca estamos en tiempo de ello, abiertos a la esperanza y a la libertad, dejando a un lado los miedos y añoranzas.
Quizá la Cuaresma sea el tiempo Litúrgico que mejor define este camino…
¿En qué parte del camino te encuentras? Sea cual sea, no dejes de fijar tu mirada en
Él, en el Señor. Seguro que tu desierto si lo hubiese, será menos árido…
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