Un santo para cada día: 4 de mayo San Godofredo de Hildesheim: uno de los santos de la Edad Media
La santidad se alcanza ajustándose a las circunstancias que cada cual tiene que vivir
Godofredo es uno de los santos más representativos de la Edad Media. Nace el año960 en la ciudad de Reichersdorf ( Babiera). Su padre Ratmund, trabajaba para los monjes de Niederaltaich y allí mismo habría de educarse su hijo, aprendiendo humanidades y teología. Al acabar sus estudios pasa a trabajar como administrador al servicio del arzobispo de Salzburgo.
En el año 990 le vemos en Nieder Altaich vistiendo el hábito benedictino, tres años más tarde sería ordenado sacerdote encargándose de la dirección de los novicios, hasta llegar a ser poco tiempo después abad de Altaich, localidad próxima a su lugar de nacimiento. En la consagración como abad estuvo presente, el por entonces duque de Baviera, Enrique, que después sería emperador, siendo la emperatriz Cunegunda quien tejiera para él un cíngulo que fue tenido mucho tiempo como reliquia. Desempeñando este cargo llevaría a cabo una importante labor reformadora destinada a acabar con el relajamiento de las costumbres y recuperar el espíritu del fundador de los benedictinos. El éxito obtenido le sirvió para que estas reformas se extendieran a otras abadías como las de Tegernsee, Hersfeld y Kremsmünster bajo el patronazgo del emperador Enrique II.
Godofredo, imbuido del espíritu reformador, recorrió diversos monasterios enclavados en la comarca del Rhin, devolviéndoles aquellas esencias perdidas de que S. Benito les había dotado. Su labor fue reconocida por lo que con toda justicia ha pasado a la historia como uno de los reformadores más señalados de la época que le tocó vivir. Lejos ya de su ciudad natal acabaría sucediendo como obispo a Bernardo de Hildesheim, ciudad de la Baja Sajonia que pasaba por ser en aquel entonces una de las ciudades más antigua e importantes de Alemania.
A su condición de reformador habría que añadir su talante de promotor- constructor de edificaciones sagradas que pudo llevar a cabo con la ayuda inestimable del emperador Enrique, quien le proveyó de fondos para construir unas treinta capillas e iglesias en la zona, con su ayuda pudo continuar los planes artísticos bernardinos, dando por acabadas la catedral y la iglesia de San Miguel de Hildesheim. Es por esto que al título de reformador se le ha añadido el título de constructor, razón por la cual los albañiles y constructores tienen en Godofredo a su santo protector, al que pueden encomendarse confiadamente
En el curriculum de Godofredo habría que añadir por fin un capítulo más, cual es su labor pastoral a favor de los jóvenes, de quienes se preocupó, creando los medios necesarios para que pudieran ser educados convenientemente, a tal efecto creó escuelas catedralicias. Objeto de su predilección fueron también los pobres y los enfermos, para cuya asistencia fundó asilos y construyó un hospital en un terreno pantanoso cedido por las autoridades, en las afueras de Hildesheim; seguramente ésta es la razón por la que Godofredo es considerado como el santo protector de los enfermos de gota y los pacientes de reumatismos, sobre todo en los países de Austria y Prusia. Nota curiosa y reseñable, suceptible también de interpretación, es que no veía con buenos ojos a los vagabondism profesionales, a los que él, un tanto despectivamente, llamaba peripatéticos y a quienes no permitía hospedarse más de dos o tres días.
El activo obispo de Hildesheim, después de haber sufrido una breve enfermedad y a consecuencia de ella, moría el 5 de mayo de 1038.
Reflexión desde el contexto actual
La vida de Godofredo dede Hildesheim viene a decirnos que la santidad se alcanza ajustándose a las circunstancias que cada cual tiene que vivir. Todos somos hijos de la época y de la sociedad en que nos ha tocado vivir y estamos dotados de especiales carismas, que tendremos primero que descubrir y luego sacarles el partido pasible para la mayor gloria de Dios