La Iglesia en República Dominicana desea caminar junto a su gente y acompañar sus desafíos diarios, por eso ha elegido como meta para el año 2023 “ser un pueblo que testimonia los valores del Reino en la sociedad dominicana actual”.  Guiados por el equipo ejecutivo del Instituto Nacional de Pastoral (INP), cada uno de los vicarios de pastoral de las 12 diócesis del país y los secretarios ejecutivos de las comisiones nacionales, han podido elaborar, publicar y difundir una Programación Nacional de Pastoral para el 2023.

El lema pastoral para este año es: “Con Jesucristo en comunidad, practiquemos la honestidad”. La iniciativa busca impulsar la honestidad como modo de proceder de todos los actores que articulan el tejido social dominicano, teniendo presente que es un valor básico, universal e imprescindible para construir la sana convivencia humana y establecer una buena relación entre las personas, gobiernos, grupos e instituciones. Por eso se ha invitado a los dominicanos de buena voluntad en todo el país a que se esfuercen en descubrir las manifestaciones de corrupción que hieren tanto la confianza del pueblo en un mejor futuro y aprovechen estos doce meses para fomentar la honestidad en todos los niveles de la sociedad: economía, política, cultura, iglesia, en la persona, en la comunidad y en la familia.

En el documento guía emitido se reconoce entre los problemas fundamentales a superar “que la acción evangelizadora de la Iglesia no está generando el impacto deseado en la sociedad dominicana”, además, “se hace evidente que la sociedad dominicana sufre degradaciones sistemáticas de la vida o en contra de la dignidad humana, y sobre esos males la Iglesia desea actuar instalando la honestidad en cada acción a ejecutar”.

Mons. Freddy Bretón, arzobispo de Santiago de los Caballeros y presidente de la Conferencia Episcopal Dominicana, comunicó que “hace tiempo, con honestidad, la Iglesia dominicana está caminando en sinodalidad. Sinodalidad es caminar juntos, pero hay que aclarar algo: no solo es caminar juntos, sino también en comunión. Trabajar juntos, con Dios y en presencia del Espíritu Santo”.

En medio de un pueblo que sufre con sistematicidad los embates de una corrupción tangible en cada esfera de la vida cotidiana, el sentir a la Iglesia luchando por enfrentar ese mal con honestidad, abre una puerta hacia un futuro esperanzador.  De ahí que cobre total vigencia el llamado de Mons. Santiago Rodríguez Rodríguez, obispo de San Pedro de Macorís y presidente del INP a los católicos dominicanos: “Seamos valientes y dispuestos como la Virgen María, que con su honesto SÍ se hizo visible el Reino Dios. Que María de Altagracia, Madre nuestra, nos acompañe en todo el transcurso del itinerario de nuestra acción pastoral anual”.