Para Mons. Andrew Nkea Fuanya, el Sínodo es como "un consuelo para África" La Asamblea Sinodal cierra el Segundo Módulo llamando a la paz y el diálogo intercultural e interreligioso
Se destacó el tema del diálogo interreligioso e intercultural y más específicamente un mayor diálogo con los pueblos originarios, denunciando el impacto del colonialismo en las comunidades indígenas
Se subrayó la importancia de escuchar a los jóvenes, sus propuestas, apareciendo la preocupación ante la cada vez menor participación de los jóvenes en la formación de la Iglesia
Margaret Karram, árabe católica, defendió la necesidad de que sean respetados los derechos humanos de todos los pueblos y que haya una reconciliación entre todos
La Hermana Caroline Jarjis, de Irak, señaló que “hoy es tranquila, pero siempre tenemos que trabajar en aras de la dignidad, pues somos ciudadanos de esta tierra, no somos sólo una minoría”
Margaret Karram, árabe católica, defendió la necesidad de que sean respetados los derechos humanos de todos los pueblos y que haya una reconciliación entre todos
La Hermana Caroline Jarjis, de Irak, señaló que “hoy es tranquila, pero siempre tenemos que trabajar en aras de la dignidad, pues somos ciudadanos de esta tierra, no somos sólo una minoría”
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
La Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodal finalizó este 12 de octubre su segundo módulo, que tenía como tema fundamental la comunión. Entre los temas destacados de las últimas horas fue referido la paz y el compromiso de los católicos en la búsqueda de la paz, y de que sea promovido el diálogo. Junto con ello fue destacado el tema del diálogo interreligioso e intercultural y más específicamente un mayor diálogo con los pueblos originarios, denunciando el impacto del colonialismo en las comunidades indígenas.
Fue destacada la importancia de escuchar a los jóvenes, sus propuestas, apareciendo la preocupación ante la cada vez menor participación de los jóvenes en la formación de la Iglesia. Del mismo modo se resaltó la necesidad de una mayor inclusión de las mujeres, habiendo sido abordado el necesario impulso de la pastoral de las escucha en las parroquias y comunidades.
Rueda de prensa
Los participantes de la rueda de prensa fueron Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, Mons. Andrew Nkea Fuanya, arzobispo de Bamenda y presidente de la Conferencia Episcopal de Camerún, y la Hna. Caroline Jarjis, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús que trabaja en Bagdad, donde es médica.
La presidenta de los Focolares, árabe católica nacida en Haifa comenzó su intervención mostrando su dolor ante la guerra en Tierra Santa, diciendo haberse preguntado repetidas veces qué podría hacer para promover la paz. En ese sentido destacó el momento de oración profunda de todos los participantes de la Asamblea Sinodal solicitando la paz, resaltando el poder de la oración, la importancia de aumentar la fe, y diciendo estar viviendo una experiencia que le está enseñando lo que significa caminar juntos, algo que no es fácil, pues resulta complicado dejarse interpelar, escuchar, dialogar, llamando a llevar eso a todos los ámbitos, a construir puentes de paz.
Un Sínodo consuelo para África
Un Sínodo que fue definido por Mons. Andrew Nkea Fuanya como un consuelo para África ante los muchos problemas del continente. Para el presidente del episcopado camerunés, es una oportunidad para que la voz de África se escuche, para arrojar luz con su voz. El prelado señaló la importancia de la unión como base del tejido de la Iglesia. El Sínodo también lo ve como oportunidad para trabajar todos en aras de la paz, pues la guerra nunca debería ser la solución, emprender caminos para la paz.
La sinodalidad forma parte de la cultura de África, insistió, porque “nosotros emprendemos caminos de forma conjunta y coral”, diciendo creer mucho en las comunidades cristianas de base, donde cada uno puede expresarse, una estructura que ayuda a la Iglesia africana a ser sinodales, lo que hace que acoger la sinodalidad en África sea fácil, “forma parte de nuestra cultura”, resaltó el arzobispo.
Ser cristianos en Iraq
La hermana Caroline Jarjis que este jueves leyó el Evangelio en árabe en la oración inicial de la Asamblea Sinodal, destacó que el hecho de conocer a los demás sin haberles encontrado antes, eso “nos ayuda a reconocer el papel de Dios, que nos preparó para estar aquí”. En palabras de la religiosa, “cada uno tiene su rol, un papel preparado por Dios y en esta asamblea nos sentimos hermanos y hermanas”. También llamó a unir voces en favor de la paz.
“La experiencia de una asamblea sinodal va más allá de un documento, es la experiencia de los primeros cristianos”, en palabras de la religiosa. Ella compartió la vida de los cristianos en Irak, un país en guerra, de minorías cristianas, ante lo que dijo tener una esperanza, “espero que nuestra Iglesia sea una Iglesia rica, porque los mártires nos dan fuerzas para seguir el camino, viendo en la Asamblea Sinodal, “una Iglesia que me acompaña”.
Sufrimiento y esperanza
Igualmente relató la realidad de sufrimiento y de esperanza, y cómo a eso ayudó la visita del Santo Padre, que ve como una puerta abierta para todos. Sobre el momento actual dijo ser un periodo un poco delicado, reclamando vivir con dignidad. Con relación a la vida de los cristianos en Bagdad señaló que “hoy es tranquila, pero siempre tenemos que trabajar en aras de la dignidad, pues somos ciudadanos de esta tierra, no somos sólo una minoría”.
Para alcanzar la paz en Tierra Santa, Margaret Karram hizo un llamamiento a la ayuda internacional en las negociaciones entre las dos partes, algo que se debería encarar con urgencia por el bien del pueblo y por la causa de la paz. Igualmente defendió la necesidad de que sean respetados los derechos humanos de todos los pueblos y que haya una reconciliación entre todos. Ella relató algunas iniciativas de paz que se están llevando a cabo, entre ellas de los propios Focolares, haciendo un llamamiento en aras de la oración.
Etiquetas