El arte ha inmortalizado los rasgos de la vejez y debilidades de algunos pontífices Benedicto XVI, el más anciano de los papas de la historia
Elegido papa con una edad elevada (a los 78 años), Benedicto no obstante tuvo un pontificado corto, de 8 años, mientras que León XIII -el siguiente más longevo- estuvo en el trono de San Pedro durante 25 años
El Pontificado más largo de la historia del Vaticano continúa siendo el de Pío IX, que lo protagonizó durante más de 31 años. Lo sigue de cerca el de Juan Pablo II, de más de 26 años
Cuando iba a morir, el Papa Julio II reconoció haber sido “el más grande de los pecadores” (encarnó un papado abundante en placeres terrenales) y lamentó “no haber regido la Iglesia como debía”
Cuando iba a morir, el Papa Julio II reconoció haber sido “el más grande de los pecadores” (encarnó un papado abundante en placeres terrenales) y lamentó “no haber regido la Iglesia como debía”
Nacido en 1927, el actual papa emérito, Benedicto XVI, ha superado a León XIII ocupando el puesto del pontífice más anciano de la historia. Elegido papa con una edad elevada (a los 78 años), Benedicto no obstante tuvo un pontificado corto, de 8 años, mientras que León XIII estuvo en el trono de San Pedro durante un cuarto de siglo.
Por su parte, el Pontificado más largo de la historia del Vaticano continúa siendo el de Pío IX, que lo protagonizó durante más de 31 años. Lo sigue de cerca el más reciente San Juan Pablo II, que fue pontífice más de 26 años. El espacio opuesto de la lista le corresponde al Papa Urbano VII, que tan solo permaneció sentado en la silla de San Pedro 13 días, en el año 1590.
Papas con la edad al descubierto
Entre declaraciones de guerra, mecenazgos y procesos inquisitoriales, los papas del Renacimiento han dejado en la Historia del Arte las huellas de su vejez y debilidades, sin ocultarlas. Por ejemplo, el retrato que Rafael hizo a Julio II resulta enternecedor, por la profunda humanidad con que se representa a un papa anciano, preocupado y arrepentido.
Llamado ‘el papa guerrero’ por su beligerancia y territorialismo, la expresión del viejo Julio II parece recordar que, cuando iba a morir (21 de febrero de 1513), este pontífice reconoció haber sido “el más grande de los pecadores” (encarnó un papado abundante en placeres y confrontación) y lamentó “no haber regido la Iglesia como debía”. Sin disimular las arrugas de una mirada dura, el mismo pintor retrataría a León X, con dos cardenales. El Pontífice que, permaneciendo en el poder durante 8 años (hasta 1521), excomulgó a Martín Lutero.
Pero si hay un retrato que ha pasado a la historia como símbolo de la autenticidad, es el de Inocencio X, de Velázquez. Con una perspicacia impresionante, el artista español mostró a un Pontífice avejentado pero astuto y soberbio, sobre su trono. Con un papel en la mano, sobre el que Velázquez firmó, se dice que el propio papa, al ver su imagen, exclamó: "Troppo vero!".
Etiquetas