El observador vaticano a la Comisión de Mantenimiento de la Paz de la Asamblea General de Naciones Unidas Caccia, en Nueva York: "Los Estados miembros deben volver a garantizar las operaciones de paz de la ONU"

Cascos azules
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El arzobispo Caccia, representante permanente ante las Naciones Unidas en Nueva York, se dirigió a la Comisión de Mantenimiento de la Paz de la Asamblea General

"Los recientes ataques contra el personal de mantenimiento de la paz ponen en peligro la seguridad de quienes prestan servicio y socavan los esfuerzos por promover la estabilidad y proteger a las poblaciones vulnerables"

"Es lamentable constatar que estas misiones se enfrentan a dificultades para conseguir un apoyo coherente y unificado de los Estados miembros"

(Vatican News).- «La importancia de las misiones de mantenimiento de la paz, en el contexto actual de crecientes tensiones geopolíticas, crisis medioambientales y aumento de las violaciones de los derechos humanos, es más valiosa que nunca»; sin embargo, «es lamentable constatar que estas misiones se enfrentan a dificultades para conseguir un apoyo coherente y unificado de los Estados miembros».

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Así se expresó el arzobispo Gabriele Caccia, representante permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, con ocasión de una comisión de la Asamblea General de la ONU dedicada a las operaciones de mantenimiento de la paz.

Mons. Gabriele Caccia, ONU

Ataques contra el personal de mantenimiento de la paz

Caccia expresó su «profunda preocupación por los recientes ataques contra el personal de mantenimiento de la paz», como los registrados en la guerra entre Israel y Hezbolá en la Operación Unifil en el Líbano, que «no sólo ponen en peligro la seguridad de quienes prestan servicio, sino que también socavan los esfuerzos más amplios para promover la estabilidad y proteger a las poblaciones vulnerables».

Hay que recordar, dijo el arzobispo en su intervención, que estas operaciones de la ONU «constituyen una poderosa demostración de la solidaridad de los Estados miembros para restaurar la paz en las regiones afectadas por conflictos».

Trabajando juntos, los Estados miembros allanan el camino hacia sociedades estables y seguras, encarnando su responsabilidad compartida de «proteger» a los más débiles y tratar de promover una paz que no sea sólo temporal, sino duradera.

Apoyo a operaciones "vitales"

Por ello, se hace un llamamiento a toda la comunidad internacional para que «renueve su compromiso de fomentar un entorno en el que pueda florecer la paz», y los Estados miembros deben volver a «garantizar la seguridad del personal de mantenimiento de la paz y unirse en apoyo de estas operaciones vitales» para la estabilidad en el mundo.

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