Problemas para Bergoglio. La guerra interna prospera Domenico Giani, jefe de seguridad del Papa, salpicado por los escándalos, podría presentar su renuncia
El titular de la Gendarmería Pontificia, Domenico Giani, sería desplazado por Francisco. Es el encargado de supervisar las investigaciones sobre manejos turbios de las finanzas de la Iglesia
El último gran escándalo, que está en desarrollo, parece haberse convertido en un epílogo para Giani, un personaje por el que los periodistas vaticanistas sienten un gran respeto. Nadie niega su integridad personal
Domenico Giani, un ex agente secreto y policía de 57 años, entró al Vaticano en 2009 y se convirtió en el hombre imprescindible de la seguridad
La decisión concordada sería destinar a Giani a un encargo prestigioso en el exterior de la Santa Sede, probablemente en un organismo internacional
Domenico Giani, un ex agente secreto y policía de 57 años, entró al Vaticano en 2009 y se convirtió en el hombre imprescindible de la seguridad
La decisión concordada sería destinar a Giani a un encargo prestigioso en el exterior de la Santa Sede, probablemente en un organismo internacional
| Julio Agañaraz
(Clarín).- El último escándalo de corrupción en el Vaticano se cobra una víctima ilustre: el Papa Francisco “está listo para sustituir al jefe de la Gendarmería Pontificia, Domenico Giani”, afirma el bien informado Corriere della Sera en una información a toda página con la firma de Fiorenza Zarzanini, uno de los columnistas que firman los artículos más importantes del principal diario de Italia. Otra bomba de combustión permanente mantiene tambaleantes los equilibrios en la interna vaticana y demuestra que la guerra interna prospera.
¿Hace falta recordar que los conflictos de poder dentro del Vaticano, entre los grupos que se reparten el control oculto sofocando la iniciativa del Papa Francisco, son muy peligrosos para la autoridad del pontífice? En 2012 estalló el Vatileaks 2, el escándalo mayúsculo por las filtraciones de documentos internos que debían permanecer secretos, pasados ilegalmente a la prensa por el mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabrieli.
El ex brazo derecho de Juan Pablo II y guardián de la ortodoxia católica durante muchos años, el cardenal más poderoso de la Curia, Joseph Ratzinger, primer teólogo de la Iglesia, había sido elegido Papa en 2005 y con el Vatileaks de 2012 terminó de convencerse de que debía renunciar como pontífice, un hecho tan extraordinario que no ocurría desde hacía 700 años.
El 11 febrero de ese año el Papa Ratzinger concretó la dimisión y salvó así de una muerte estresada su propia vida. Sobrevive, a los 92 años, haciando una vidda serena como Papa emérito.
Pese a la gravedad de las peleas de poder interna, a la corrupción y los excesos más o menos tapados, la indómita interna vaticana ha seguido con Francisco, pese a los esfuerzos del Papa argentino de domar el aparato interno de la Curia Romana.
El ex espía que maneja la seguridad vaticana
Domenico Giani, un ex agente secreto y policía de 57 años, entró al Vaticano en 2009 y se convirtió en el hombre imprescindible de la seguridad. Profesionalizó a los 130 gendarmes pontificios, hasta convertirlos en un cuerpo de alto nivel, integrado por muchos ex policías y ex agentes de los servicios de inteligencia italianos.
Su poder se ha extendido notablemente, hasta convertirse en el gran referente como Director del Servicio de Seguridad y Protección Civil del Vaticano. No se mueve una mosca sin que el Inspector General Giani lo sepa. Dirige no solo la seguridad pontificia y de los grandes personajes vaticanos. Sus hombres controlan hasta los movimientos en los jardines vaticanos.
Domenico Giani tiene un rol muy importante, casi hegemónico, en las investigaciones de corrupción y de manejos “non sanctos” en el Vaticano.
“Demasiado poder”, rezongan por lo bajo sus enemigos.
El último gran escándalo, que está en desarrollo, parece haberse convertido en un epílogo para Giani, un personaje por el que los periodistas vaticanistas sienten un gran respeto. Nadie niegasu integridad personal.
Cinco funcionarios de la Secretaría de Estado, el más importante dicasterio vaticano, presidido por el cardenal Pietro Parolín, y de la Autoridad de Financiera del Estado, fueron centrados por una denuncia del IOR, el Instituto para las Obras de Religión, el banco del Papa, que por primera vez pasó de controlado a controlador superando su pésima fama conquistada en muchos de escándalos extraordinarios.
El IOR hizo la denuncia primero al Papa en junio pasado y con su autorizacion presentó las pruebas del caso al Promotor de Justicia (fiscal general vaticano), Gian Pietro Milano.
Los cinco funcionarios todavía no han sido formalmente acusados pero están en la mira por operaciones realizadas sobre todo en edificios de lujo en Londres, paraíso de las maniobras inmobiliarias multimillonarias. Un palazzo en High Street Kensington y otro, el más caro, en Sloan Square, fueron comprados a precio excesivo en medio de un “boom” que costó 350 millones de Euros. Los precios después cayeron y algunos hicieron grandes ganancias. De la Secretaría de Estado se pidió dinero al IOR para contar con el dinero suficiente a tapar el agujero y defender las inversiones.
Entre los cinco señalados como autores del desaguisado hay dos personajes importantes. El monseñor Mario Carlino y Tomasso Di Ruzza director de la Autoridad Financiera. El proceso judicial está en marcha, en su fase instructoria.
Domenico Giani dirigió toda la investigación. Se controlaron las llamadas de los sospechosos, se colocaron micro espías en sus oficinas. Finalmente los investigadores de la Gendarmería Pontificia bajo la dirección de Giani allanaron (primera vez que ocurre) la Secretaría de Estado y las oficinas de la Autoridad Antireciclaje dirigida por Di Ruzza, el 1 de octubre, cuando estalló el escándalo.
Un error clave
Al parecer Giani cometió un error fundamental al hacer imprimir una hoja en la que aparecían los cinco implicados en el escándalo con sus fotografías y se explicaba que no podían acceder al Vaticano sin permiso.
Esa hoja cayó en manos del semanario L’Espresso que la publicó junto con la crónica del escándalo. Clarin obtuvo la autorización y puso la foto de los cinco en su nota sobre el caso.
El problema es que los cinco todavía no han sido formalmente acusados de haber cometido delitos y esa hoja con sus rostros y breves biografías ha sido muy criticada porque los acusa con el escrache. Según el Corriere de la Sera, a Domenico Giani le han pedido formales explicaciones y el propio Papa lo llamó para hacerle un reproche.
El diario de Milán afirma que el Papa está convencido de la necesidad de una sustitución pero no quiere que aparezca como una dimisión forzada del hombre que ha investigado todos los últimos escándalos, como la desaparición de la joven Emmanuela Orlandi desde 1982 y el mismo Vatileaks 2 que fue fatal para Benedicto XVI.
La decisión concordada sería destinar a Giani a un encargo prestigioso en el exterior de la Santa Sede, probablemente en un organismo internacional.
Muchos creen que es cierto que el poder del ex 007 italiano y Mister Seguridad del Vaticano se había extendido quizás demasiado, pero seguramente su salida no calmará las peleas del poder oculto en Vaticano, lo que cuando estalló el caso Vatileaks el cardenal Tarcisio Bertone, que era Secretario de Estado, calificó como “una red de cuervos y víboras”, cuya vigencia se confirma cuando sobreviviene otro inevitable escándalo.
“Como explicar aos fiéis que o Vaticano do Papa Francisco tem um edifício de luxo na Sloane Square, no coração de um dos bairros mais caros de Londres, no qual foram investidos com alto risco duzentos milhões de euros?”https://t.co/8ndj7Z0kve
— IHU (@_ihu) 4 de octubre de 2019
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