Desde que el magnate estadounidense compró hace unos meses Twitter, una de las redes sociales más usadas en el mundo, el desconcierto ha llegado a no pocos de sus usuarios, a los que ha cambiado algunos procesos en aras de un mayor beneficio económico.
Por ejemplo, con la característica verificación azul de la que disfrutan, como señal de que esa cuenta era fiable y no una fake, políticos, celebrities, influencers varios, periodistas…
Y, ahora, esa verificación azul se ha ‘caído’ hasta de la cuenta del papa Francisco, @Pontifex, cuyos millones de usuarios en distintas lenguas ya no podrán saber a ciencia cierta si ese perfil de Twitter es el auténtico del Obispo de Roma.
¿Pagará finalmente el Papa los 8 dólares mensuales que Musk pide por devolver a este tipo de perfiles la marca que verifica la autenticidad de la cuenta? No pocos de quienes fueron ‘degradados’ con la retirada de la verificación se han negado a pasar por la caja del multimillonario. ¿Servirá de algo la audiencia que Francisco concedió a Musk y a sus hijos hace unos meses?
De momento, quien sigue con su ‘verificación azul’ es el Dalai Lama, no así el patriarca Kiril o el líder iraní Jamenei.
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