Y pide a las suegras "tener cuidado con la lengua, que es uno de los pecados de vuestros pecados" El Papa aconseja: "Cuidad las relaciones con las suegras. A veces, son especiales, pero te lo dieron todo. Hacerlas felices"
"¡Os invito a redescubrir el libro de Rut! Especialmente en la meditación sobre el amor y en la catequesis sobre la familia"
"Si los jóvenes se abren a la gratitud por lo recibido y los ancianos toman la iniciativa de relanzar su futuro, ¡nada podrá detener el florecimiento de las bendiciones de Dios entre los pueblos!"
"Que el Señor nos ayude a crecer en la armonía que va de los viejos a los jóvenes, el puente que tenemos que custodiar y conservar"
“Que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad”
"Que el Señor nos ayude a crecer en la armonía que va de los viejos a los jóvenes, el puente que tenemos que custodiar y conservar"
“Que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad”
El Papa Francisco, que, como él mismo dice, sigue sufriendo “el mal de la monja” en su rodilla, no quiere dejar de estar presente en la multitudinaria audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro. En su ciclo de catequesis sobre la vejez, el Papa aborda el tema de la “alianza entre generaciones, que abre al futuro”. Y aboga por cuidar el puente entre las generaciones de jóvenes y ancianos y pide una atención especial a las suegras. “Cuidad las relaciones con las suegras. A veces, son especiales, pero te lo dieron todo. Hacerlas felices. A las suegras, tened cuidado con la lengua, que es uno de los pecados de las suegras”.
Con una plaza repleta de gente (aunque los rígidos profetizaban que el Papa estaba acabado y que la gente había huido de San Pedro). Y, como suele ser habitual desde que se desencadenó la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el Papa aprovechó su saludo a los portugueses para pedir al mundo que “persevere en la oración incesante por la paz. Para que silencien sus armas y para que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad”.
Catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy nos dejaremos inspirar por el espléndido libro de Rut, una joya de la Biblia. La parábola de Rut ilumina la belleza de los vínculos familiares: generados por la relación de pareja, pero que van más allá del vínculo de pareja. Vínculos de amor capaces de ser igualmente fuertes, en los cuales se irradia la perfección de ese poliedro de los afectos fundamentales que forman la gramática familiar del amor. Esta gramática lleva savia vital y sabiduría generativa en el conjunto de las relaciones que edifican la comunidad. Respecto al Cantar de los Cantares, el libro de Rut es como la otra cara del díptico del amor nupcial. Igualmente importante, igualmente esencial, celebra el poder y la poesía que deben habitar los vínculos de generación, parentesco, entrega, fidelidad que envuelven a toda la constelación familiar. Y que se vuelven incluso capaces, en las coyunturas dramáticas de la vida de pareja, de llevar una fuerza de amor inimaginable, capaz de relanzar la esperanza y el futuro.
Sabemos que los lugares comunes sobre vínculos de parentela creados por el matrimonio, sobre todo entre suegra y nuera, hablan contra esta perspectiva. Pero, precisamente por esto, la palabra de Dios se vuelve valiosa. La inspiración de la fe sabe abrir un horizonte de testimonio contra los prejuicios más comunes, un horizonte valioso para toda la comunidad humana. ¡Os invito a redescubrir el libro de Rut! Especialmente en la meditación sobre el amor y en la catequesis sobre la familia.
Este pequeño libro contiene también una valiosa enseñanza sobre la alianza de las generaciones: donde la juventud se revela capaz de dar de nuevo entusiasmo a la edad madura, la vejez se descubre capaz de reabrir el futuro para la juventud herida. En un primer momento, la anciana Noemí, incluso conmovida por el afecto de las nueras, que quedan viudas de sus dos hijos, se muestra pesimista sobre su destino dentro de un pueblo que no es el de ellas. Por eso anima afectuosamente a las jóvenes mujeres a volver a sus familias para rehacerse una vida.
Dice: “No puedo hacer nada por vosotras”. Ya esto se muestra como un acto de amor: la mujer anciana, sin marido y ya sin hijos, insiste para que las nueras la abandonen. Pero también es una especie de resignación: no hay futuro posible para las viudas extranjeras, privadas de la protección del marido. Rut resiste a esta oferta generosa. El vínculo que se ha establecido ha sido bendecido por Dios: Noemí no puede pedir ser abandonada. En un primer momento, Noemí aparece más resignada que feliz de esta oferta: quizá piensa que este extraño vínculo agravará el riesgo para ambas. En ciertos casos, la tendencia de los ancianos al pesimismo necesita ser contrarrestado por la presión afectuosa de los jóvenes.
De hecho, Noemí, conmovida por la entrega de Rut, saldrá de su pesimismo e incluso tomará la iniciativa, abriendo para Rut un nuevo futuro. Instruye y anima a Rut, viuda de su hijo, a conquistar un nuevo marido en Israel. Booz, el candidato, muestra su nobleza, defendiendo a Rut de los hombres que trabajan para él. Lamentablemente, es un riesgo que se verifica también hoy.
El nuevo matrimonio de Rut se celebra y los mundos son de nuevo pacificados. Las mujeres de Israel dicen a Noemí que Rut, la extranjera, vale “más que siete hijos” y que ese matrimonio será una “bendición del Señor”. Noemí, en su vejez conocerá la alegría de tener una parte en la generación de un nuevo nacimiento. ¡Mirad cuántos “milagros” acompañan la conversión de esta anciana mujer! Ella se convierte al compromiso de hacerse disponible, con amor, por el futuro de una generación herida por la pérdida y con el riesgo de abandono.
Los frentes de la recomposición son los mismos que, en base a las probabilidades trazadas por los prejuicios del sentido común, deberían generar fracturas insuperables. Sin embargo, la fe y el amor consienten superarlos: la suegra supera los celos por el propio hijo, amando el nuevo vínculo de Rut; las mujeres de Israel superan la desconfianza por el extranjero (y si lo hacen las mujeres, todos lo harán); la vulnerabilidad de la mujer sola, frente al poder del hombre, es reconciliada con un vínculo lleno de amor y de respeto.
Y todo ello porque la joven Rut se ha empeñado en ser fiel a un vínculo expuesto al prejuicio étnico y religioso. Hoy la suegra e sun personaje mítico. Siempre se la piensa casi como el diablo. Y la suegra es la madre de tu marido. Es madre, es anciana. Los nietos la hacen revivir. Cuidad las relaciones con las suegras. A veces, son especiales, pero te lo dieron todo. Hacerlas felices. A las suegras, tened cuidado con la lengua, que es uno de los pecados de las suegras. Todo porque la anciana Noemí asume la iniciativa de reabrir el futuro para Rut, en lugar de limitarse a disfrutar de su apoyo. Si los jóvenes se abren a la gratitud por lo recibido y los ancianos toman la iniciativa de relanzar su futuro, ¡nada podrá detener el florecimiento de las bendiciones de Dios entre los pueblos! ¡Dios nos conceda ser testigos y mediadores de esta bendición! Que los jóvenes hablen con los viejos. Que el Señor nos ayude a crecer en la armonía que va de los viejos a los jóvenes, el puente que tenemos que custodiar y conservar.
Saludo en español
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy encontramos inspiración para nuestra catequesis en el libro de Rut y en la enseñanza que nos da sobre la alianza entre las generaciones. En él, la joven Rut demuestra ser capaz de volver a entusiasmar a la anciana Noemí, y esta recupera la fuerza para hacer que en la joven renazca una nueva esperanza de futuro.
Noemí, cuando mueren sus hijos, se siente incapaz de aportar algo a las jóvenes nueras que han quedado viudas y, de forma generosa y altruista, las invita a volver a sus hogares para rehacer sus vidas con los suyos. Pero Rut se niega a abandonarla. De ese modo, el inicial pesimismo de Noemí es vencido por la fidelidad de Rut, hasta el punto de que Noemí toma la iniciativa y la anima a encontrar marido en Israel.
En esta historia vemos muchos elementos de conflicto que se van pacificando: el hecho de ser mujeres y estar solas, además de su condición de extranjeras las hace vulnerables, pero el amor y el valor que se dan recíprocamente supera las dificultades. Y es así que Noemí, cuando nace el hijo de Rut y Booz, puede ver el futuro con esperanza.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Los animo a ver los milagros que se producen en este breve episodio y a intentar sacar una lección para nuestra vida. Aprendamos de Noemí a recuperar el ánimo y a estar disponibles para recomponer las heridas de los jóvenes que necesitan nuestro apoyo. De ese modo, superaremos las barreras de la desconfianza y reconstruiremos vínculos de amor y respeto en la sociedad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.
Saludo en portugués
Queridos peregrinos de lengua portuguesa: os pido que perseveréis en la oración incesante por la paz. Silencien sus armas, para que los que tienen el poder de detener la guerra escuchen el grito de paz de toda la humanidad. ¡Que Dios te bendiga!
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