El Papa recuerda a los misioneros del mundo durante el rezo del Angelus Francisco: "Todos los discípulos de Jesús estamos llamados a ser testigos del Evangelio"
El Papa invita a "superar la tentación de cualquier cierre autorreferencial y cualquier forma de pesimismo pastoral"
"¡La oración es la primera fuerza del anuncio!”
Una auténtica multitud quiso acompañar al Papa Francisco en el rezo del Angelus con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones. En un Angelus en el que el Papa invitó a los fieles a “sentirse responsables de la proclamación de la Palabra, asumiendo un compromiso amplio, que no excluye ninguna esfera existencial”.
Y es que, añadió Bergoglio, “todos los discípulos de Jesús estamos llamados a ser testigos del Evangelio en nuestro tiempo, dentro de esta humanidad que a veces es contradictoria pero infinitamente amada por Dios”.
Recordando el día del Domund, el Papa insistió en que “es una oportunidad favorable para que cada persona bautizada sea más consciente de la necesidad de cooperar en la proclamación del Reino de Dios a través de un compromiso renovado”.
Una globalización que debería ser solidaria
Francisco recordó la carta proclamada por Benedicto XV, hace ahora cien años, para dar un nuevo impulso misionero en un mundo que acababa de vivir su Primera Guerra Mundial y el neocolonialismo europeo.
“En el contexto cambiante de hoy, el mensaje de Benedicto XV sigue siendo relevante y nos anima a superar la tentación de cualquier cierre autorreferencial y cualquier forma de pesimismo pastoral, para abrirnos a la alegre novedad del Evangelio”, subrayó el Papa.
“En nuestro tiempo, marcado por una globalización que debería ser solidaria y respetuosa de la particularidad de los pueblos, y en cambio todavía sufre de homologación y los viejos conflictos de poder que alimentan las guerras y arruinan el planeta, los creyentes están llamados a llevar a todas partes, con nuevos ímpetus, la buena noticia de que la misericordia vence al pecado en Jesús, la esperanza vence al miedo, la fraternidad vence a la hostilidad”, proclamó Francisco, que añadió que “Cristo es nuestra paz y en Él se supera toda división, solo en Él está la salvación de cada hombre y de cada pueblo”.
Para vivir la misión, recordó, sólo hay una condición indispensable: la oración, “una oración ferviente e incesante”. “¡La oración es la primera fuerza del anuncio!”, subrayó, apuntando cómo “los misioneros son, ante todo, hombres y mujeres de oración, que nutren la fe en el vínculo constante con el Señor, para enfrentar las dificultades que conlleva la evangelización”.
“María, Madre de todos los pueblos, acompaña y protege a los misioneros del Evangelio todos los días”
Tras el rezo del Angelus, Bergoglio recordó la beatificación, ayer, de Alfredo Cremonesi, misionero asesinado en Birmania en 1953. “Fue un incansable apóstol de la paz y un celoso testigo del Evangelio, hasta el derramamiento de sangre”, subrayó. “Su ejemplo nos insta a ser trabajadores valientes y misioneros valientes en todos los entornos”, añadió el Papa, pidiendo un aplauso para el nuevo beato.