Recuerda a los 40 misioneros asesinados este año: "Son misioneros mártires" Francisco urge a "encontrar una solución pacífica" para la crisis en Nicaragua
"La posibilidad de conversión no es ilimitada; por eso hay que intentarlo de inmediato o se perderá para siempre"
"Podemos confiar en la misericordia de Dios, pero sin abusar de ella", subrayó durante el Angelus
Jornada repleta de peregrinos en la plaza de San Pedro. Hacía muchos meses que no se veía un Angelus tan concurrido, para escuchar la reflexión del Papa Francisco sobre “la misericordia de Dios y nuestra conversión”, y en la que aprovechó para instar a “encontrar una solución pacífica para el bien de todos, lo antes posible”, en Nicaragua.
Bergoglio también quiso recordar a los 40 misioneros asesinados a lo largo del año pasado, “casi el doble del año pasado”, en el día de la memoria de los misioneros mártires.
En su reflexión inicial, el Papa reflexionó sobre la parábola de la higuera estéril, cuyos personajes representan a Dios y a Jesús, mientras que la higuera “es símbolo de la humanidad indiferente y árida”.
La higuera “representa una existencia estéril, sin fruto, incapaz de hacer el bien. Es un símbolo de quien vive para sí mismo, satisfecho y tranquilo”, incapaz de “volver sus ojos y su corazón a los que están cerca de él y se encuentran en un estado de sufrimiento, pobreza y dificultad”, subrayó Francisco.
Paciencia frente al egoísmo y la esterilidad espiritual
Frente al “egoísmo y la esterilidad espiritual”, se contrasta con el gran amor del viñador. “Tiene paciencia, sabe esperar, le dedica su tiempo y trabajo”, apuntó. Es una semejanza, añadió el Papa, a “la misericordia de Dios, que nos deja un tiempo a la conversión”, pues “la paciencia de Dios nos acompaña, a pesar de la esterilidad que marca nuestra existencia. Dios tiene paciencia y nos ofrece la posibilidad de cambiar”.
Pero, también, un llamado a la “urgencia de la conversión”. “La posibilidad de conversión no es ilimitada; por eso hay que intentarlo de inmediato o se perderá para siempre”, señaló Bergoglio, quien pidió “no esperar a la próxima Cuaresma. ¿Estaremos vivos para entonces?”
“Podemos confiar en la misericordia de Dios, pero sin abusar de ella. No debemos justificarnos en la pereza espiritual, sino aumentar nuestro compromiso de responder rápidamente a esta misericordia con sinceridad de corazón”, añadió.
Confiar en la paciencia de Dios
“El Señor nos invita a la conversión, cada uno debe sentirse interpelado por esta llamada, corrigiendo algo en su vida”. Al tiempo, señaló, “debemos imitar la paciencia de Dios, que confía en la capacidad de todos para levantarse y retomar e camino”.
“Dios es Padre, y no apaga la llama débil, sino que acompaña y cuida a los débiles para que se fortalezcan”, concluyó.
Nicaragua y mártires
Tras el rezo del Angelus, el Papa recordó cómo “desde el 27 de febrero se están llevando a cabo importantes conversaciones en Nicaragua para resolver la grave crisis socio-política que vive el país”. “Acompaño la iniciativa con oración y animo a las partes a encontrar una solución pacífica para el bien de todos lo antes posible”, añadió.
Del mismo modo, el Papa recordó la beatificación de Mariano Mullerat celebrada ayer en Tarragona, reivindicando el “valor del martirio” como “la primacía de la caridad y del perdón”, a pesar “de las dificultades y tribulaciones".
Finalmente, Bergoglio recordó la celebración del día en memoria de los misioneros mártires. “Durante 2018, muchos obispos, sacerdotes, monjas y fieles laicos han sufrido violencia, y fueron asesinados cuarenta misioneros, casi el doble que el año anterior”. Para el Papa, “recordar a nuestros hermanos perseguidos o asesinados por su fe es un deber para toda la Iglesia pero también un estímulo para testificar nuestra fe con coraje y nuestra esperanza en Aquel que, desde la Cruz, venció el odio y la violencia con su amor”.
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