(Vatican News).- Teología y espiritualidad del rito celebrado en las diócesis de Zaire, la actual República Democrática del Congo. Este es el tema central del libro publicado por la Librería Editora Vaticana, que salió a la venta en diciembre de 2020, titulado "El Papa Francisco y el 'Misal Romano para las diócesis de Zaire'", que es presentado hoy, en la sede de nuestra emisora, en su traducción en francés ("Le Pape François et le Missel Romain pour les Diocèses du Zaïre"), bajo la dirección de sor Rita Mboshu Kongo, teóloga congoleña de la Congregación de las Hijas de María Santísima Corredentora.
“El rito zaireño del Misal Romano es hasta ahora el único rito inculturado de la Iglesia latina aprobado después del Concilio Vaticano II y este proceso de inculturación litúrgica en el Congo es una invitación a aprovechar los diferentes dones del Espíritu Santo, que son una riqueza para toda la humanidad”
Así se lee en el prefacio firmado por el Papa Francisco y así el Pontífice lo reitera hoy en un mensaje, firmado el pasado 4 de junio, que acompaña la presentación de la obra en francés, concebida como parte de la preparación del viaje apostólico, previsto y luego aplazado, en los primeros días de julio, a este país africano.
La importancia de una cultura marcada por la fe
Este volumen ha sido redactado con la intención de dar a conocer en profundidad los distintos aspectos del "Misal Romano para las diócesis de Zaire", aprobado y confirmado en el Ordinario de la Misa en francés el 30 de abril de 1988 por la Congregación para el Culto Divino. En el mensaje de hoy, el Papa lo recuerda, no sin antes subrayar, citando la Exhortación Apostólica Ecclesia in Africa de San Juan Pablo II, el papel del Espíritu Santo en la acción evangelizadora que comenzó en la desembocadura del río Zaire, en Pinda, dando inicio a una "epopeya misionera".
“¿Y qué tiene el cristiano – se pregunta el Pontífice – que sea más precioso que su fe en Jesucristo?”. ¿El "gran tesoro" heredado y que debe transmitirse intacto a las generaciones futuras? En esto la liturgia – explica – ofrece una contribución fundamental. Y así, como ya se dijo en el mensaje que acompañó la publicación del volumen en italiano, Francisco relanza la importancia del rito congoleño "fruto de la predicación misionera bajo el sol de África" en su triple fidelidad "a la fe y a la tradición apostólica, a la naturaleza íntima de la propia liturgia católica y, finalmente, al genio religioso y al patrimonio cultural africano y congoleño".
Este Misal Romano "inculturado" – escribe también el Papa – es "el fruto de largos años de investigación, de experiencia in situ y de una fructífera cooperación entre la Santa Sede y la Iglesia en el Congo".
“Se podría afirmar con razón, que este misal ha alcanzado perfectamente los objetivos asignados. De hecho, permite a los congoleños rezar en su propia lengua, con su propio cuerpo y alma, y utilizar símbolos que les son familiares”
Por lo tanto, en palabras del Papa, este misal es el "modelo para las demás Iglesias que buscan una expresión litúrgica adecuada para hacer madurar los frutos de la empresa misionera de la evangelización de las culturas y de la inculturación del Evangelio". Es la cultura popular evangelizada la que – según Francisco – tiene muchos recursos y una "sabiduría peculiar" para responder a los ataques del "secularismo actual", con sus valores de fe y solidaridad.
Es bello, concluye el Papa Francisco, "celebrar juntos las misericordias de Dios", por lo que su exhortación es a seguir – como dijo San Juan Pablo II el 23 de abril de 1988 a los obispos del Congo en su visita ad limina Apostolorum – "comprometiéndose con todo el ritual de los sacramentos y sacramentales" en preparación para completar este rito.
El Santo Padre concluye su mensaje con estas palabras: “Los exhorto – como dijo San Juan Pablo II el 23 de abril de 1988 a los obispos del Congo en su visita ad limina Apostolorum – a comprometeros de la misma manera con todo el ritual de los sacramentos y de los sacramentales que están preparando para completar este rito”.
“Les deseo una lectura fructífera de este libro, para comprender que es bueno celebrar juntos las maravillas de nuestro Dios en su Hijo Jesucristo, nuestro Señor”
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