El agotamiento y el hambre se ceban con la población ucraniana Krajewski en Ucrania: "Mil personas esperan desde las 5 de la mañana la distribución de ayuda alimentaria"

Distribución de ayuda en Zaporizhzhia
Distribución de ayuda en Zaporizhzhia

El cardenal Limosnero del Papa llegó al país del este de Europa con las cuatro ambulancias donadas por el Papa y entregadas a los lugares a los que estaban destinadas

Esta mañana, en Zaporiyia, distribuyó ayuda alimentaria junto con los franciscanos albertinos que durante la semana elaboran pan para donarlo a la población

(Vatican News).- Es una humanidad sufriente, quizá agotada por tres años de guerra, la que encuentra el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, en su décima misión en Ucrania.

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En Zaporiyia, donde fueron entregadas tres ambulancias donadas por Francisco mientras que la cuarta llegó a Járkov, mil personas esperan desde las 5 de la mañana la distribución de ayuda alimentaria que fue adquirida gracias a las donaciones recibidas por la Limosnería Apostólica.

Krajewski
Krajewski

La gente tiene hambre

En la plaza frente a la Concatedral de Dios Padre Misericordioso, muchas personas, especialmente mujeres, llegaron con una bolsa de plástico en la mano para llenarla de comida. La fila está ordenada, nadie empuja porque sabe que no se irá a casa con las manos vacías. También el cardenal Krajewski trabaja duro, al igual que los voluntarios, que siempre están ocupados distribuyendo lo que pueden para apoyar a esta población probada por la guerra. Mucha gente dice gracias estrechando la mano o asintiendo.

Recibieron pan, latas de carne y sopa. Junto al limosnero están también los hermanos de la Tercera Orden de San Francisco Siervos de los Pobres que, explica el cardenal a Vatican News, "distribuyen un poco de comida tres o cuatro veces por semana pero esto significa que la gente tiene hambre, hay pobreza en esta zona de guerra".

Personas haciendo cola para recibir ayuda alimentaria

Un nuevo horno

Los frailes recibieron ayuda del Papa para poder llevar a cabo su misión, preparando el pan durante la semana y luego distribuyéndolo. “Fui a la panadería donde trabajan”, añade Krajewski. “Tienen un horno de unos 15 años y, por lo tanto, deberían cambiarlo. Les prometí que el Papa se encargaría de esto y que podrían seguir horneando con seguridad”.

"Tienen un horno de quince años… Les prometí que el Papa se encargaría de esto y que podrían seguir horneando con seguridad"

Ambulancias entregadas

Las ambulancias donadas por el Papa, anunciadas ayer a través de un comunicado del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, llegaron a su destino tras cuatro días de viaje. Además del cardenal, los conducían otros tres conductores procedentes de Ucrania, entre ellos monseñorJan Sobilo, obispo auxiliar de la diócesis latina de Járkov-Zaporizhzhya, el padre Tomasz Nadbereżny, sacerdote que antes de la guerra sirvió en Melitopol, y el padre Wojciech Stasiewicz, director de Cáritas-Spes de la diócesis de Járkov-Zaporizhzhya.

“Gracias a Dios”, dice el limosnero, “llegamos después de 3.300 km de viaje. No tuvimos mayores dificultades, salvo las debidas a la nieve; tuvimos que ir más despacio porque la carretera estaba helada”. Tras la entrega de los medios, el cardenal expresó su intención de estar cerca de los que sufren, visitando algunas estructuras, donando lo necesario, llevando así el consuelo del Papa a la "atormentada Ucrania".

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