El dispensario médico “Madre de la Misericordia”, en el Vaticano El amor, la receta más valiosa en el ambulatorio del papa Francisco
El dispensario médico, iniciativa directa del Papa, atiende a las personas sin hogar desde el 2015, cuatro días a la semana y en él trabajan unas cuarenta personas, entre médicos y voluntarios
| Benedetta Capelli/Vatican News
(Vatican News). Es un polo de la caridad que se encuentra bajo la columnata de San Pedro. Junto a las duchas y la barbería, el dispensario médico “Madre de la Misericordia” atiende a las personas sin hogar desde el 2015. Las instalaciones fueron renovadas completamente y ahora están abiertas cuatro días a la semana: lunes, martes, jueves y sábado de 8.30 a 12.00. En agosto, época de vacaciones, sólo se podrá acceder los jueves. "No dejamos solos a nuestros pobres", dice el director del ambulatorio, el Dr. Massimo Ralli, quien añade:
"En este lugar, encrucijada de dolor y de atención médica, trabajan unas cuarenta personas, entre ellas veintiséis médicos, cuatro enfermeras, cuatro dentistas, un técnico de laboratorio, un farmacéutico de la Farmacia Vaticana, un podólogo y otros tres operadores que ayudan en la recepción y otras cosas"
El doctor Ralli añade: "La ocasión de conocer al responsable del ambulatorio "Madre de la Misericordia" nos la ofrece el informe de mayo que reporta ochocientos seis, entre los cuales trescientos dos visitas de especialistas y veintiuna pruebas de laboratorio". "Podemos decir –añade– que es una tendencia constante, llegamos a asistir a unas cinco mil personas. Un río de bien gratuito".
- Doctor Ralli, teniendo en cuenta los ochocientos seis servicios del ambulatorio, sólo en mayo, que demuestran la gran cantidad de trabajo, ¿qué significan estas cifras para el dispensario del Vaticano?
- Nos dicen que hay tanta necesidad por parte de las personas a las que asistimos a diario y que viven en situaciones de indigencia, marginación, pobreza, y que acuden a este ambulatorio fuertemente deseado por el Santo Padre en el 2015 y llevado a cabo por el cardenal Krajewski, por el Dicasterio para el servicio de la caridad precisamente para atender a estas personas, para ofrecerles la posibilidad de ser curados, de recibir sus terapias, diagnósticos y tratamientos.
- ¿Cuáles son las mayores necesidades de las personas que viven en la calle, también en tiempos de pandemia como la que hemos vivido y estamos viviendo?
- Las necesidades son las de una evaluación de su salud, por lo que desde la simple medición de la presión arterial hasta la medición de la glucosa en su sangre, o la atención de nuestros médicos a la salud general de la persona. Pero también hay diagnósticos de patologías especializadas. Tenemos muchos médicos de cabecera, pero también muchos especialistas. En el momento de la pandemia, ofrecimos hisopos moleculares y rápidos, hicimos unos siete mil en el ambulatorio en estos dos años.
- ¿Qué significa para un médico la experiencia de una clínica dedicada a los sin techo?
Es una experiencia muy importante porque permite ofrecerse al servicio de los pobres y seguir el Evangelio, tal como nos recuerda a menudo el Santo Padre. Así que lo que hacemos aquí, lo que hacen los médicos y todos los voluntarios en el ambulatorio, es poner en práctica el Evangelio. Es decir, ofrecerse y ofrecer la propia experiencia y tiempo por Jesús, a quien vemos en los pobres que vienen a nosotros cada día.
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