Presentados por el Instituto Pablo VI de Brescia y el Archivo Apostólico Vaticano en Roma Dos nuevas publicaciones revelan rasgos inéditos de la personalidad del joven Montini
El Instituto de Brescia que lleva el nombre del Papa Montini y el Archivo Apostólico Vaticano presentaron en Roma las publicaciones que recogen la correspondencia del Pontífice de los años 1928-1929, periodo en el que, como joven sacerdote, estuvo implicado en la FUCI, y las hojas de audiencia en las que tomaba notas como sustituto en la Secretaría de Estado
| Tiziana Campisi
(Vatican News).- Nuevas fuentes históricas para el estudio de la personalidad y el pensamiento de Giovanni Battista Montini, iluminación de momentos poco conocidos de su vida, revelación de la densa red tejida con estudiantes, intelectuales, sacerdotes y políticos: así se pueden definir los dos libros presentados ayer por la tarde en Roma, en la Universidad Libre Maria Santissima Assunta, Lumsa, por iniciativa del Instituto Pablo VI de Brescia y del Archivo Apostólico Vaticano.
Se trata de "Carteggio, II: 1924-1933, tomo 3: 1928-1929" - tercer volumen del itinerario editorial que prevé la publicación de las cartas de Montini y de sus corresponsales de 1914 a 1933 - de Xenio Toscani, Cesare Repossi, Maria Pia Sacchi, con la colaboración de Caterina Vianelli, Giovanna Fiorani, Chiara Montini y Lino Albertelli, ediciones Studium, que recoge las 880 misivas del decenio 1924-1933, de las cuales 151 fueron escritas por el futuro Papa cuando era asistente eclesiástico de Fuci, la Federación Universitaria Católica Italiana, y dedicadas a la formación de los estudiantes, y la transcripción de las conversaciones entre el Papa Pío XII y Montini cuando éste era adjunto de la Secretaría de Estado editada por el Prefecto del Archivo Apostólico Vaticano monseñor Sergio Pagano, "En conversación cotidiana. G.B. Montini en la escuela de Pío XII (de las hojas de audiencia, 1945-1954)", publicado por Archivio Segreto Vaticano.
Actividad en la Federación Universitaria Católica Italiana
Don Angelo Maffeis, presidente del Instituto Pablo VI, introdujo los informes sobre los dos volúmenes. Destacó la propensión de Montini al diálogo y su extrema atención, cuando era sustituto en la Secretaría de Estado, dedicada a las directrices recibidas de Pío XII.
Piero Doria, del Archivo Apostólico Vaticano, recorrió los años en los que Montini, implicado en la Fuci, propuso y puso en práctica una sólida formación intelectual, teológica y filosófica para los universitarios, con el objetivo de tender puentes entre la cultura secular y la de los creyentes. Fue un periodo en el que se relacionó con muchos estudiantes, bastantes profesores e intelectuales, cristianos y no cristianos, y con importantes exponentes de la Iglesia y de la política italiana. A los estudiantes de Fuci, en particular, supo darles directrices e instrumentos rigurosos y eficaces que formaron la futura clase dirigente católica del país.
"Carteggio, II: 1924-1933, tomo 3: 1928-1929" es lo que se conoce como "correspondencia Fuci", considerada de gran importancia para la historia religiosa, civil y cultural de Italia y Europa en los años del fascismo y el nazismo, así como una rica y valiosa fuente para el conocimiento de la espiritualidad de Montini y de las difíciles condiciones materiales del estudio universitario para muchos.
Entre las cartas recogidas en el libro, se encuentran también las dirigidas a sacerdotes que más tarde tuvieron papeles destacados en la Iglesia, y a influyentes intelectuales y científicos.
En total, la correspondencia de Giovanni Battista Montini incluye unas 5.800 cartas. El volumen 1 recoge 1.621 de ellas, los tres volúmenes del volumen 2 publicados hasta ahora ofrecen otras 2.312, para un total de 3.933 misivas publicadas.
Próximamente se publicarán otros dos tomos de correspondencia correspondientes a los años 1930-1933.
Los años al lado de Pío XII
A propósito de las hojas de audiencia de los años en que Montini era sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Pagano señaló que de ellas se desprende la transposición de los valores de Pío XII, mientras que el profesor Jean-Dominique Durand, miembro del Comité Científico del Instituto Pablo VI, señaló que son documentos muy importantes para los estudiosos. A menudo concisos, reducidos a unas pocas palabras, nombres de personas o lugares, también se refieren a informes de libros, partículas de oficinas actuales, o se pueden leer bendiciones, condolencias o ayudas concedidas a algún párroco.
Para comprenderlas, hay que compararlas con otras fuentes, observó el profesor Durand, y los temas tratados dan una idea de la amplitud de los temas abordados por Pío XII: las audiencias, la difusión del Magisterio, el cine, la radio, la televisión, el caso Galileo, la moral pública, la música. Entre esas hojas se encuentran también recomendaciones para evitar gastos inútiles. Y luego las preocupaciones de Pío XII sobre la situación política italiana, la democracia cristiana y la lucha contra el partido comunista, y después sobre el catolicismo francés y ciertas iniciativas consideradas demasiado audaces.
Las notas de Montini muestran a un Papa Pacelli atento al compromiso de los católicos, a las peregrinaciones, a los santos populares. Pero esas hojas de audiencia no nos dan mucha idea de la personalidad de Montini, explicó el profesor Durand, porque el sustituto apenas se revela en ellas. En general, las notas no permiten comprender sus sentimientos, pero es posible leer en ellas una relación de devoción a Pío XII, de servicio fiel, de abnegación, de acción honesta al servicio del Pontífice que era muy exigente. Montini tomó fielmente nota de las órdenes y argumentos del Papa Pacelli y fue estrictamente fiel a las directrices que recibió y nunca dejó que prevalecieran sus sentimientos.