Junto con otras cuatro personas, dos de ellas asesinadas en Albania por odio a la fe El Papa aprueba el primer paso para beatificar a Ascensión Sánchez y a Vicenta Guilarte
El papa Francisco aprobó este jueves el decreto que aprueba las “virtudes heroicas”, el primer paso en el proceso de beatificación de dos españolas, la laica Ascensión Sacramento Sánchez Sánchez (1911-1946) y la religiosa Vicenta Guilarte Alonso (1879-1960)
Igualmente, el Papa, durante la audiencia concedida esta mañana al cardenal Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizó la promulgación de los decretos sobre el martirio de los padres Luigi Palić, de la Orden de los Frailes Menores, y Gjon Gazulli, sacerdote diocesano, asesinados en Albania el siglo pasado
Además de autorizar la promulgación de los decretos de reconocimiento de su martirio y los relativos a las virtudes heroicas de Isaia Columbro, fraile menor y María Costanza Zauli, fundadora de las Siervas adoratrices del Santísimo Sacramento, según informa Vatican News
Además de autorizar la promulgación de los decretos de reconocimiento de su martirio y los relativos a las virtudes heroicas de Isaia Columbro, fraile menor y María Costanza Zauli, fundadora de las Siervas adoratrices del Santísimo Sacramento, según informa Vatican News
| RD/Agencias
El papa Francisco aprobó este jueves el decreto que aprueba las “virtudes heroicas”, el primer paso en el proceso de beatificación de dos españolas, la laica Ascensión Sacramento Sánchez Sánchez (1911-1946) y la religiosa Vicenta Guilarte Alonso (1879-1960).
Ascensión Sánchez fue una laica consagrada fundadora del instituto secular Cruzada Evangélica, nacida el 15 de junio de 1911 en Sonseca y fallecida en Madrid el 18 de agosto de 1946. Mientras que Vicenta Guilarte fue religiosa en la Congregación de las Hijas de Jesús, nacida el 21 de enero de 1879 en Rojas de Bureba (España) y fallecida en Leopoldina (Brasil) el 6 de julio de 1960, informa la agencia EFE.
Igualmente, el Papa, durante la audiencia concedida esta mañana al cardenal Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizó la promulgación de los decretos sobre el martirio de los padres Luigi Palić, de la Orden de los Frailes Menores, y Gjon Gazulli, sacerdote diocesano, asesinados en Albania el siglo pasado, además de autorizar la promulgación de los decretos de reconocimiento de su martirio y los relativos a las virtudes heroicas de Isaia Columbro, fraile menor y María Costanza Zauli, fundadora de las Siervas adoratrices del Santísimo Sacramento, según informa Vatican News.
El padre Luigi Palić, de la Orden de los Frailes Menores, detenido, golpeado, torturado y luego asesinado por soldados montenegrinos por oponerse a los abusos perpetrados contra la población y a la campaña de conversiones forzadas a la ortodoxia a la que fueron obligados católicos y musulmanes montenegrinos.
Y el padre Gjon Gazulli, sacerdote diocesano, condenado sobre la base de falsas acusaciones y ahorcado porque el gobierno consideraba que su actividad era un obstáculo para la realización del plan de unidad de la población, a la que quería, con fines políticos, liberar de toda pertenencia confesional.
Ascensión Sacramento Sánchez
Séptima de diez hermanos, Ascensión Sacramento Sánchez Sánchez nació el 15 de junio de 1911 en Sonseca (España), en el seno de una familia acomodada y muy religiosa. Su vida cambió hacia los dieciocho años, tras leer la vida de Santa Teresa del Niño Jesús, cuyo ejemplo la llevó a esforzarse por llevar a cabo una labor evangelizadora, sobre todo implicándose en la Acción Católica. Más tarde conoció en Santander al padre Doroteo Hernández Vera, quien, ante la propagación del odio religioso, fundó el 8 de diciembre de 1937 una Obra religiosa llamada Cruzada evangélica.
Ascensión trabajó junto al sacerdote en el apostolado realizado en las cárceles, continuando con la difusión del carisma de la Cruzada evangélica. Más tarde le pidieron que colaborara en la gestión de una casa en Madrid que acogería durante un año a mujeres liberadas de la cárcel que lo necesitaran, por lo que se convirtió en su directora y acogió a cientos de mujeres de distintas procedencias sociales, culturales y políticas. En 1946, Ascensión enfermó de fiebre tifoidea y, tras emitir los votos perpetuos, falleció en Madrid el 18 de agosto a los 35 años.
Ascensión Sánchez y Vincenza Guilarte, más cerca de ser beatas: estas fueron sus virtudes heroicas@Pontifex ha aprobado este jueves el decreto que aprueba sus "virtudes heroicas"
— COPE (@COPE) June 20, 2024
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El carácter heroico de las virtudes se reconoce en ese «apostolado del perdón» practicado en particular en la acogida generosa y el servicio prestado a las mujeres necesitadas, en la dirección prudente, sabia y sensata de la obra que le fue confiada, y en su resistencia con paciencia cristiana a la enfermedad que la llevó a la muerte.
Vicenta Guilarte Alonso
Vicenta Guilarte Alonso nació el 21 de enero de 1879 en Rojas de Bureba, ingresó en el convento de las Hijas de Jesús de Burgos, congregación recién fundada en Salamanca por Cándida María de Jesús y dedicada principalmente a la educación de la juventud. Hecha la profesión religiosa en 1909, fue enviada, junto con cinco hermanas, a Brasil para fundar una comunidad. Destinada a establecerse en Pirenópolis, un lugar incómodo en la selva, fue bien recibida por la comunidad local, a la que se dedicó con amor, dando clases en la escuela pública.
En 1927, partió para Leopoldina, en el estado de Minas Gerais, donde, a pesar de haber desempeñado el papel de vice-superiora, le fue confiada la función de portera y sacristana, que aceptó con humildad, sin protestar ni manifestar pesar y sorprendiendo, por esto, a muchas hermanas. En este papel, Vicenta se hizo querer por las diferentes visitas, a las que acogía con serenidad y disponibilidad.
Así pasó el resto de su vida hasta su muerte, el 6 de julio de 1960, tras una caída que le provocó la rotura del fémur. Ya en vida, algunos fieles atribuían a sus oraciones la solución de muchos de sus problemas, y cuando la noticia de su muerte llegó a todo el pueblo de Leopoldina, hubo una gran efusión de condolencias por ella, que era considerada la santinha del colegio.
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