"¡Qué la bondad infinita del Señor conceda frutos abundantes de paz y de todo bien al querido pueblo maltés!" El Papa denuncia: "En la actual guerra en Ucrania, asistimos a la impotencia de las Organizaciones Internacionales"

Zelenski en la ONU
Zelenski en la ONU

El Papa, a los polacos: "Habéis dado muestras de una extraordinaria y ejemplar generosidad con nuestros hermanos ucranianos, a los que habéis abierto vuestros corazones y las puertas de vuestras casas. Que el Señor bendiga a su patria por esta solidaridad y le muestre su rostro"

"Malta es una especie de 'rosa de los vientos', donde se cruzan  pueblos y culturas"

"No hay que cansarse de escuchar los testimonios de los emigrantes, porque solo así se sale de la visión  distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación"

"El fenómeno migratorio es un signo de nuestros tiempos. Como tal debe ser leído e interpretado. Se puede convertir  en un signo de conflicto, o en un signo de paz"

En su catequesis de la audiencia de los miércoles, el Papa Francisco repasa su reciente visita a Malta, el país evangelizado por el propio San Pablo, y lo califica de país-clave geográficamente, respecto a la emigración y respecto a la evangelización. Según el Papa, “Malta es una especie de “rosa de los vientos”, donde se cruzan  pueblos y culturas” y, por eso, puede enseñar al mundo otra lógica diferente de la del poder: “la del  respeto y de la libertad, de la convivialidad de las diferencias, opuesta a la colonización de los más  poderosos”.

En segundo lugar, el Papa habla de Malta como lugar-clave para la emigración, invita a escuchar a los emigrantes, porque “solo así se sale de la visión  distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación”, recuerda que los emigrantes aportan infinitamente más de lo que cuesta su acogida y asegura que las migraciones son “un signo de los tiempos”, que “Se puede convertir  en un signo de conflicto, o en un signo de paz”.

El Papa abraza a Daniel
El Papa abraza a Daniel

Y, como no podía faltar su alusión, a Ucrania, el Papa denuncia la impotencia de la ONU: “En la  actual guerra en Ucrania, asistimos a la impotencia de las Organizaciones Internacionales” y realza la acogida a los rfeugiados por parte del pueblo polaco. “Habéis dado muestras de una extraordinaria y ejemplar generosidad con nuestros hermanos ucranianos, a los que habéis abierto vuestros corazones y las puertas de vuestras casas. Que el Señor bendiga a vuestra patria por esta solidaridad y le muestre su rostro”

Texto íntgero de la catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!  

El sábado y domingo pasados estuve en Malta: un viaje apostólico que estaba programado desde  hace tiempo. Pocos saben que Malta, incluso siendo una isla en medio del Mediterráneo, recibió muy  pronto el Evangelio, porque el apóstol Pablo naufragó cerca de su costa y prodigiosamente se salvó con  todos los que estaban en el barco, más de doscientas setenta personas. Cuenta el libro de los Hechos de  los Apóstoles que los malteses les acogieron a todos con «una humanidad poco común» (28,2). He  elegido precisamente estas palabras: con una humanidad poco común, como lema de mi viaje, porque  indican el camino a seguir no solo para afrontar el fenómeno de los migrantes, sino más en general para  que el mundo se vuelva más fraterno, más vivible, y se salve de un “naufragio” que nos amenaza a todos  nosotros, que estamos – como hemos aprendido – en la misma barca. Malta es, en este horizonte, un  lugar-clave.  

Lo es sobre todo geográficamente, por su posición en el centro del Mar que está entre Europa y  África, pero que baña también Asia. Malta es una especie de “rosa de los vientos”, donde se cruzan  pueblos y culturas; es un punto privilegiado para observar a 360 grados la zona mediterránea. Hoy se  habla a menudo de “geopolítica”, pero lamentablemente la lógica dominante es la de las estrategias de los  Estados más poderosos para afirmar los propios intereses extendiendo el área de influencia económica,  ideológica y militar. Lo estamos viendo con la guerra.

Francisco se despide de Malta
Francisco se despide de Malta

Malta representa, en ese cuadro, el derecho y la fuerza de los “pequeños”, de las  Naciones pequeñas pero ricas de historia y de civilización, que deberían llevar adelante otra lógica: la del  respeto y de la libertad, de la convivialidad de las diferencias, opuesta a la colonización de los más  poderosos. Lo estamso viendo. Después de la segunda guerra mundial se ha intentando poner las bases de una nueva historia  de paz, pero lamentablemente ha ido adelante la vieja historia de grandes potencias competidoras. Y, en la  actual guerra en Ucrania, asistimos a la impotencia de las Organizaciones Internacionales.  

Segundo aspecto: Malta es un lugar-clave en lo que se refiere al fenómeno de las migraciones. En  el Centro de acogida Juan XXIII encontré numerosos migrantes, que desembarcaron en la isla después de  viajes terribles. No hay que cansarse de escuchar sus testimonios, porque solo así se sale de la visión  distorsionada que a menudo circula en los medios de comunicación y se pueden reconocer los rostros, las  historias, las heridas, los sueños y las esperanzas. Cada migrante es único, es una persona con su  dignidad, sus raíces, su cultura. Cada uno de ellos es portador de una riqueza infinitamente más grande  que los problemas que puede implicar su acogida.  Y no olvidenos que Europa ha sido creada por la emigración.

Ciertamente, la acogida debe ser organizada, debe ser gobernada, y antes, mucho antes, debe ser  proyectada juntos, a nivel internacional. Porque el fenómeno migratorio no puede ser reducido a una  emergencia, es un signo de nuestros tiempos. Como tal debe ser leído e interpretado. Se puede convertir  en un signo de conflicto, o en un signo de paz. Depende de nosotros. Quien en Malta ha dado vida al  Centro Juan XXIII ha hecho la elección cristiana y por eso lo ha llamado “Peace Lab”: laboratorio de paz. Pero yo quisiera decir que ¡Malta en su conjunto es un laboratorio de paz! Y puede realizar esta misión  suya si, desde sus raíces, toma la savia de la fraternidad, de la compasión, de la solidaridad. El pueblo  maltés ha recibido estos valores junto con el Evangelio, y gracias al Evangelio podrá mantenerles vivos.

El Papa reza en la gruta de San Pablo
El Papa reza en la gruta de San Pablo

Por esto, como Obispo de Roma, fui a confirmar a ese pueblo en la fe y en la comunión. De hecho  – tercer aspecto – Malta es un lugar-clave también desde un punto de vista de la evangelización. De Malta  y de Gozo, las dos diócesis del país, han salido muchos sacerdotes y religiosos, pero también fieles laicos,  que han llevado a todo el mundo el testimonio cristiano. ¡Cómo si el paso de san Pablo hubiera dejado la  misión en el ADN de los malteses! Por eso mi visita ha sido sobre todo un acto de reconocimiento,  reconocimiento a Dios y a su santo pueblo fiel que está en Malta y en Gozo.  

Sin embargo, también allí sopla el viento del secularismo y de la pseudocultura globalizada a base  de consumismo, neocapitalismo y relativismo. También allí, por eso, es tiempo de nueva evangelización.  La visita que, como mis predecesores, realicé a la Gruta de San Pablo ha sido como ir a la fuente, para  que el Evangelio pueda brotar en Malta con la frescura de sus orígenes y reavivar su gran patrimonio de  religiosidad popular. Esta es simbolizada en el Santuario mariano nacional de Ta’ Pinu, en la isla de Gozo, donde celebramos un intenso encuentro de oración. Allí sentí latir el corazón del pueblo maltés,  que confía tanto en su Santa Madre. María nos lleva siempre a lo esencial, a Cristo crucificado y  resucitado por nosotros, a su amor misericordioso. María nos ayuda a reavivar la llama de la fe tomando  del fuego del Espíritu Santo, que anima de generación en generación el alegre anuncio del Evangelio,  ¡porque la alegría de la Iglesia es evangelizar! 

Acojo esta ocasión para renovar mi agradecimiento al presidente de la República de Malta y a las  otras autoridades civiles, que me han acogido con tanta gentileza; como también a los obispos y a todos  los miembros de la comunidad eclesial, a los voluntarios y a los que me han acompañado con la oración.  Sin olvidar el centro de emigrantes: un ejemplo de celoi apostólico y de amor a los emigrantes. Nosotros, de hecho, sembramos, pero es el Señor quien hace crecer. ¡Qué su bondad infinita conceda  frutos abundantes de paz y de todo bien al querido pueblo maltés! Gracias por su acogida tan humana y tan cristiana.

Recibimiento multitudinario al Papa antes de la misa en Floriana
Recibimiento multitudinario al Papa antes de la misa en Floriana

Saludo en español

Queridos hermanos y hermanas: 

El sábado y domingo pasados finalmente pude realizar el Viaje apostólico a Malta, país que,  como nos lo recuerda el libro de los Hechos de los Apóstoles, recibió el primer anuncio del Evangelio  del mismo san Pablo. Él, habiendo naufragado cerca de esa isla, encontró, junto con sus compañeros  de viaje, acogida y refugio de parte de los malteses, que les «mostraron una cordialidad fuera de lo  común», una “rara humanidad” (28,2). Estas palabras las escogí como lema de mi viaje porque  indican la vía a seguir para afrontar el fenómeno de los migrantes, pero también para que nuestro  mundo sea más fraterno, más vivible y pueda salvarse de un “naufragio” que nos amenaza a todos,  recordando que “estamos en la misma barca”.  

Malta representa un lugar clave, primero, porque situada en el Mediterráneo, entre Europa y  África, es zona de encuentro de pueblos y culturas. Una nación pequeña, llena de historia y  civilización, que debe animar a las naciones poderosas a seguir la lógica del respeto de la libertad y  la convivialidad de las diferencias. Además, es fundamental para el fenómeno de las migraciones,  pues Malta es un laboratorio de paz, donde se acoge a los migrantes con un espíritu de fraternidad,  compasión y solidaridad. Por eso, como Obispo de Roma quise venir para confirmar a los malteses  en la fe y en la comunión, e invitarlos a emprender una nueva evangelización, esencial para reavivar  su fe y alegría en Jesús. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Agradezco al Señor haberme  permitido realizar este Viaje apostólico a Malta y también por todos los misioneros que desde esa  nación han llevado al mundo el testimonio del Evangelio. Que Dios los bendiga. Muchas gracias. 

Francisco, en el santuario de Gozo
Francisco, en el santuario de Gozo

Saludo en polaco

Saludo cordialmente a los peregrinos polacos. Gracias por acompañarme en la oración durante mi peregrinación a Malta. En este tiempo de Cuaresma, que nos prepara para la celebración de la Resurrección del Señor, habéis dado muestras de una extraordinaria y ejemplar generosidad con nuestros hermanos ucranianos, a los que habéis abierto vuestros corazones y las puertas de vuestras casas. Que el Señor bendiga a vuestra patria por esta solidaridad y le muestre su rostro.

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