Eleva al episcopado a dos de sus colaboradores: Joseph Kennedy y Philippe Curbelié El Papa refuerza a su amigo, el cardenal Fernández, en Doctrina de la Fe

Papa y Tucho Fernández
Papa y Tucho Fernández

El cardenal Fernández se ha convertido en el enemigo público número dos (el 1 es, lógicamente, el Papa) del sector rigorista de la Iglesia y de la propia curia romana

Francisco relanza el mensaje de lucha total y tolerancia cero contra los abusos en la Iglesia, porque ambos nuevos prelados forman parte de la sección disciplinaria de Doctrina de la Fe

Consiguientemente, el cardenal Fernández puede seguir disponiendo de tiempo para plasmar la teología de Francisco en normas, decretos y decisiones pastorales

En un año al frente de Doctrina de la Fe (DDF), el cardenal Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández le ha dado la vuelta como un calcetín a uno de los dicasterios más inmóviles de la Curia romana. Para eso, le ha implicado en cuestiones pastorales, como las bendiciones a las parejas gays o el discernimiento sobre las apariciones. Como consecuencia, se ha convertido en el enemigo público número dos (el 1 es, lógicamente, el Papa) del sector rigorista de la Iglesia y de la propia curia romana.

El Papa lo sabe y, además de felicitar a su amigo por su labor, le da muestras públicas de apoyo. La última, la elevación al episcopado de dos de sus más cercanos colaboradores: John Joseph Kennedy, secretario para la Sección Disciplinaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, confiriéndole el título personal de arzobispo, y a Philippe Curbelié, subsecretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, nombrándole obispo titular de Utica.

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Kennedy y Curbelié
Kennedy y Curbelié

De esta forma, el Papa no sólo hace un guiño de confianza a su amigo cardenal, sino que, además, relanza el mensaje de lucha total y tolerancia cero contra los abusos en la Iglesia, porque ambos nuevos prelados forman parte de la sección disciplinaria de Doctrina de la Fe, que es precisamente el departamento que se ocupa de la espinosa cuestión de los abusos sexuales del clero.

Con sus nombramientos episcopales, el Papa les dota de una mayor categoría tanto a nivel internacional (ante los obispos implicados por acción u omisión en el encubrimiento de los abusos), como a nivel curial, ante los diversos organismos de la Curia romana, que también se ocupan del tema, como la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.

Y, consiguientemente, el cardenal Fernández puede seguir disponiendo de tiempo para plasmar la teología de Francisco en normas, decretos y decisiones pastorales, como las que afectan, por ejemplo, a las apariciones y similares, sobre las que la Iglesia no se había pronunciado oficialmente. Y de paso, ejercer de chivo expiatorio y diana preferida de los rigoristas. Mientras se ensañan con él, dejan en paz a Francisco.

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