"Fratelli tutti exhorta a las religiones a ser modelos de diálogo (...) para un mundo hambriento, cínico y desarraigado" Parolin: "Proclamarnos hermanos no basta, hacen falta acciones concretas"
Ayuso: "El Papa ha abierto una nueva puerta para que el oxígeno de la fraternidad pueda entrar entre personas de diferentes creencias religiosas, entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad"
Anna Rowlands: “Fratelli tutti deja claro que la fraternidad universal y la amistad social deben ser practicadas juntas”
Andrea Riccardi: “No podemos limitarnos a ser espectadores, es obligación de todos la construcción de la paz”
Mohamed Mahmoud Abdel Salam: "La encíclica es un rayo de luz para el mundo entero”
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Tras la encíclica, las presentaciones. El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, presentó este domingo 'Fratelli Tutti', "un recorrido ascendente determinado de la subsidiariedad que, partiendo de la individualidad, abraza la familia, la sociedad”.
“Es necesario hacer crecer no solo una espiritualidad de la fraternidad, sino una estructura internacional eficaz”, insistió. También destacó que el Papa en la encíclica no es ajeno a los desafíos que plantea la pandemia en curso de coronavirus. De hecho, el Papa emplea como argumento “la experiencia de la pandemia, que ha puesto en evidencia nuestras carencias”.
Parolin puso de relieve que en la carta se muestra la “abierta contradicción entre el bien común y la actitud de dar prioridad a los Estados”. Frente a ello, “la fraternidad se convierte en el instrumento para realizar un bien común verdaderamente universal”. “Se hace un llamado a la responsabilidad individual y colectiva” y se recuerda que “proclamarnos hermanos no basta”, sino que hacen falta acciones concretas.
Asimismo, el Cardenal hizo hincapié en que “por medio de la cultura de la fraternidad, el Papa Francisco llama a amar a los demás pueblos, a las demás naciones como la propia”.
Presentación en el Vaticano
Además de Parolin participaron en la conferencia de prensa el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Cardenal Miguel Ángel Ayuso, el secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana, Mohamed Mahmoud Abdel Salam, la profesora de la universidad de Durham (Reino Unido), Anna Rowlands, y el fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, Andrea Riccardi.
“A los dirigentes de las naciones, a los diplomáticos, a los que trabajan por la paz y el desarrollo, la fraternidad les propone transformar la vida internacional de una simple coexistencia, casi necesaria, a una dimensión basada en ese sentido común de "humanidad" que ya hoy inspira y sostiene tantas normas y estructuras internacionales, promoviendo así una convivencia efectiva.”
Religiones al servicio de la fraternidad
En su presentación, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, destacó que “la invitación del Papa Francisco a las diferentes religiones a ponerse al servicio de la fraternidad para el bien de toda la humanidad anuncia una nueva época”. “Nuestro viaje común –continuó el prelado-se abre a una nueva luz y a una nueva creatividad que desafía el corazón mismo de cada religión, y no sólo eso: la fraternidad se puede convertir también en el camino de las creencias religiosas”.
“La perspectiva y el objetivo del diálogo es trabajar, mediante una auténtica colaboración entre creyentes, para conseguir el bien de todos, luchando contra tantas injusticias que aún afligen a este mundo y condenando todo tipo de violencia.”
Un llamamiento a la concordia
En su intervención, el Cardenal Miguel Ángel Ayuso reflexionó sobre el papel del diálogo interreligioso en la fraternidad. Señaló que “el diálogo interreligioso está en el corazón de las acciones del Papa Francisco” y llamó la atención sobre el hecho de que “el título mismo de la encíclica expresa un claro deseo de dirigirse a todos como hermanos”. “Somos todos hermanos, nadie está excluido”, repitió el Cardenal. “El camino de diálogo entre personas de diversas tradiciones religiones no comienza ahora”, argumentó, “sino que está en los mismos orígenes de la Iglesia y profundiza sus raíces en el Concilio Vaticano II”.
El Papa “ha abierto una nueva puerta para que el oxígeno de la fraternidad pueda entrar entre personas de diferentes creencias religiosas, entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad”. Afirmó que “el creyente es testigo y portador de valores que pueden contribuir en gran parte a la construcción de sociedades más sanas y más justas”. “Se trata de dar pasos concretos junto con los creyentes de otras religiones y las personas de buena voluntad con la esperanza de que todos podamos ser llamados a ser mensajeros de paz y constructores de comunión”.
“Dios es creador de todo y de todos y, por lo tanto, todos somos miembros de una misma familia. Ese debe ser el criterio para pasar de la mera convivencia a una verdadera fraternidad”. Además, aseguró que “la fraternidad puede convertirse en el camino de todo credo religioso”.
En definitiva, “el objetivo del dialogo es trabajar entre la colaboración entre creyentes para obtener el bien de todos luchando contra tantas injusticias que afligen el mundo, y luchando contra todo tipo de injusticia”.
“Espero que esta Encíclica, junto con el Documento sobre la Fraternidad Humana, puedan tener un considerable efecto disuasorio contra la falsedad, con todas sus formas y expresiones, y que puedan ser la base, o el factor más importante, para el nacimiento de un nuevo orden mundial, basado en la sacralidad de la dignidad y de los derechos humanos, como afirmó el Papa, y no en el desprecio, la esclavitud y la explotación del hombre.”
Fraternidad universal y amistad social
Según la profesora Anna Rowlands, “Fratelli tutti deja claro que la fraternidad universal y la amistad social deben ser practicadas juntas”, aunque “el fracaso en esta cuestión es abundante”. La profesora destacó que “la globalización proclama valores universales pero no practica el encuentro y la atención, especialmente en cuanto a los diferentes y a los más vulnerables”.
“Fratelli tutti exhorta a las religiones a ser modelos de diálogo, comerciantes de paz y portadores del mensaje de amor trascendente para un mundo hambriento, cínico y desarraigado.”
La guerra
Por otro lado, Andrea Riccardi destacó que en la encíclica “la fraternidad se mide con la guerra”. También afirmó que “la mirada de la fraternidad no es nunca miope”. El Papa “expresa con claridad la experiencia de humanidad de la Iglesia: toda guerra deja el mundo peor que como lo encontrar. La guerra nunca hace el mundo mejor”. También criticó a los nacionalismos y populismos que “exaltan el valor de un grupo contra los otros”.
Criticó la tendencia “a desacreditar la estructura de diálogo que previenen los conflictos” y destacó que el Papa considera la guerra como “la derrota de la política y de la humanidad”. “La guerra se convierte en madre de toda pobreza, y se convierta en una escuela maléfica para los jóvenes”. Frente a ello, “la encíclica llama a cada uno a su responsabilidad, recuerda que cada uno es responsable de la paz”. “No podemos limitarnos a ser espectadores, es obligación de todos la construcción de la paz”. “Si tantos en el mundo pueden trabajar por la guerra, muchos pueden trabajar como artesanos de la paz”, insistió. “Aquí el papel de las religiones es fundamental”, al diálogo entre religiones porque “las religiones nunca son instrumento de la guerra, y si lo son es por su manipulación”.
Por último, Mohamed Mahmoud Abdel Salam aseguró que la encíclica es “un rayo de luz para el mundo entero” y destacó que se trata de una “encíclica fuerte y valiente” que llama a “afrontar el racismo, la discriminación, el odio”.
“La encíclica muestra que todo el mundo somos guardianes de la paz. Las instituciones tienen la tarea de despertar esta “arquitectura de la paz”. Pero incluso nosotros, la gente común, no podemos ser espectadores. La artesanía de la paz es tarea de todos: hay que atreverse más contra la guerra con una rebelión diaria y creativa. Si muchos pueden hacer la guerra, todos pueden trabajar como artesanos de la paz.”
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