El cardenal y secretario de Estado vaticano visitó Jordania, donde presidió la misa de consagración de la nueva iglesia del Bautismo de Jesús Parolin: "Los cristianos son una presencia esencial en Oriente Medio"

Parolin en Jordania
Parolin en Jordania

Conversación con el cardenal Secretario de Estado tras la dedicación de la Iglesia del Bautismo de Jesús en Jordania acerca de las señales positivas de Siria, la elección del nuevo presidente libanés, las palabras del Papa al Cuerpo Diplomático, el "espíritu de Helsinki", la dificultad de iniciar negociaciones para alcanzar la paz, el acuerdo provisional con el gobierno chino para el nombramiento de obispos

(Vatican News).- «Quisiera reafirmar esta dimensión constitutiva de la presencia cristiana...». El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, de visita en Jordania, presidió recientemente la larga y solemne liturgia de la dedicación de la nueva iglesia del Patriarcado Latino, que se levanta en el lugar del Bautismo de Jesús.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

Participaron más de seis mil fieles, muchos de ellos no pudieron encontrar lugar dentro de la iglesia. Un signo de vitalidad y esperanza. Es una oportunidad para reflexionar sobre lo que sucede en el mundo a partir de las palabras dirigidas por el Papa Francisco al Cuerpo Diplomático el pasado 9 de enero.

Misa de la dedicación de la nueva iglesia del Patriarcado Latino

-Estamos en Jordania, en Tierra Santa, en el lugar del bautismo de Jesús, que hasta hace unas décadas era un campo minado. No muy lejos de aquí se libra una guerra, desencadenada por ataques de Hamás, cuyo precio se paga en sangre y destrucción, especialmente por parte de los civiles, y en particular en Gaza. ¿Qué mensaje le gustaría expresar?

-Fue una celebración muy bonita y bien organizada, pero sobre todo de mucha esperanza. Y no es que la esperanza se haya convertido en algo común en este Año Jubilar dedicado a este tema. Creo que el mensaje que puede salir de este día es precisamente este: en una región atormentada por tantos conflictos, desgarrada por tantas tensiones, esto una vez estuvo minado y ahora es una extensión de tierra bien cultivada. Esto en sí mismo es ya un signo de esperanza: verdaderamente, como dice el profeta, las lanzas pueden transformarse en hoces, las armas pueden convertirse en instrumentos de paz. La amplia y viva participación del pueblo es también motivo de esperanza. Hay fuerzas vivas y el cristianismo puede ayudar con la gracia de Dios a encontrar caminos para solucionar los conflictos actuales.

-Jordania es una nación donde la minoría cristiana vive asimilada y se siente parte del país. En otros casos, lamentablemente, no es así. ¿Cuál es el papel de los cristianos en Oriente Medio hoy?

-Los cristianos están presentes en estos países desde tiempos inmemoriales, siguen siendo parte plena de los Estados y de las sociedades del Oriente Medio, aunque lamentablemente su presencia después de todos los acontecimientos del pasado remoto y reciente, y del presente, favorecen desgraciadamente su salida y por eso, numéricamente, las comunidades cristianas de todos los países están disminuyendo.

Quisiera reiterar esta dimensión constitutiva de la presencia cristiana: árabe significa también cristiano porque en estas tierras hay una comunidad cristiana que tiene raíces en el pasado. Quisiera subrayar, pues, esta dimensión fundamental y constitutiva de la presencia cristiana. Los cristianos, siendo parte constituyente, pueden contribuir en todos los ámbitos. Como ha dicho muchas veces el Papa, un Oriente Medio sin cristianos sería un Oriente Medio más pobre, faltaría una expresión fundamental en la realidad misma de esta Región.

El cardenal Pietro Parolin

-¿Está usted preocupado por la evolución de la situación en Siria?

-He leído las declaraciones positivas que se han hecho y que van en la dirección esperada por el Papa en su discurso al Cuerpo Diplomático: esperamos que pueda comenzar una nueva era para Siria, donde todos los ciudadanos tengan los mismos derechos y las mismas prerrogativas. Éste es también el concepto de ciudadanía que la Santa Sede propone para todos los países: todos los ciudadanos son iguales, tienen iguales derechos y tienen iguales deberes ante la ley. Esperamos sinceramente que estas declaraciones tengan seguimiento y que se protejan los derechos de las minorías y de los cristianos.

-Hace apenas dos días, después de dos años, finalmente se celebró la elección del presidente del Líbano. ¿Qué señal es ésta?

-Pienso que esto es una señal positiva. Siempre hemos sostenido en estos dos años que era importante para la continuidad y la subsistencia misma del país tal como está configurado, es decir -para usar la famosa frase de San Juan Pablo II "un país mensaje"- un país donde la diversidad coexiste junta, diversidad social, diversidad política, diversidad religiosa. Siempre hemos sostenido que lo primero que hay que hacer es afianzar la Presidencia, es decir, fortalecer las instituciones. Es por tanto un signo de esperanza. Esperamos sinceramente que estas elecciones marquen una nueva etapa para el Líbano en la que todas las fuerzas políticas se unan para encontrar un terreno común y trabajar por el bien del país y, especialmente, por aquellas reformas que el país absolutamente necesita.

-.¿Puede recordar alguno?

-Por ejemplo, hacer justicia a las víctimas y familiares de la explosión en el puerto de Beirut y encontrar la estabilidad económica que se ha perdido y que ha causado mucha pobreza y mucho sufrimiento en el país. Es positivo que se haya logrado llegar a la elección del Presidente.

-Durante su reciente viaje a Luxemburgo y Bélgica, el Papa Francisco, refiriéndose a situaciones de guerra, pidió “negociaciones honestas” y “compromisos honorables”. ¿Por qué ha resultado tan difícil negociar un compromiso hoy en día? ¿Por qué la diplomacia parece silenciosa? Me refiero en particular al conflicto que se está desarrollando actualmente en el corazón de la Europa cristiana, el que enfrenta a Rusia con Ucrania...

-Es verdaderamente muy triste que ya no seamos capaces de negociar y que, como se dice, prevalezca el "derecho a la fuerza" sobre la "fuerza de la ley". Incluso el Papa, en su discurso al Cuerpo Diplomático, evocó diversas causas de esta situación, explicando que existe un clima de desconfianza y de miedo mutuo, que crea una polarización cada vez mayor entre los Estados y las comunidades e impide encontrar soluciones comunes. Insistiría precisamente en esto: falta un mínimo de confianza.

Un momento de la celebración Eucarística

Para negociar, para dialogar, se necesita un mínimo de confianza en el otro. Y es necesario también otro aspecto que subrayó el Papa: la capacidad de ir más allá de uno mismo, de entrar en el punto de vista del interlocutor que en este caso podría ser el adversario o el enemigo. Lo que se necesita es la capacidad de encontrarnos con el otro, de comprender o al menos de considerar seriamente las razones del otro. Éstas son las razones por las que hoy en día se ha vuelto muy difícil negociar. A esto se suma -y esto también lo mencionó el Papa- la crisis de las instituciones que tienen a su cargo el diálogo y que fueron creadas precisamente para favorecerlo, es decir, los organismos internacionales: hoy les resulta difícil seguir ejerciendo ese papel que habían logrado alcanzar inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Hay muchas otras causas, pero diría que para mí ésta es la básica.

"Para negociar, para dialogar, se necesita un mínimo de confianza en el otro"

-De hecho, en su discurso al Cuerpo Diplomático, el Papa denunció el riesgo de que avance una mentalidad de “club” que nos haga preferir hablar sólo con quien ya piensa como nosotros. Francisco ha evocado repetidamente el espíritu de Helsinki: ¿qué puede significar hoy?

-El espíritu de Helsinki es precisamente la superación de esta mentalidad. Estábamos en un mundo dividido, un mundo opuesto, dividido en dos bloques. Quizás hoy estos “clubs” se hayan fragmentado y multiplicado. Y en cierto modo quizá era más fácil cuando sólo había dos bloques. El espíritu de Helsinki es precisamente el espíritu de quien superó la categoría de enemigo y logró encontrar puntos en común incluso con aquellos que no pensaban como él. Helsinki representa esta capacidad de ir más allá del propio punto de vista o de considerarlo como único y exclusivo, aceptando también que hay otros puntos de vista legítimos que también pueden conciliarse con el mío, evidentemente renunciando también a algo por mi parte. He aquí el compromiso saludable. Otra característica de la negociación también debe ser la capacidad de avanzar hacia un compromiso para superar el conflicto.

"El espíritu de Helsinki es precisamente el espíritu de quien superó la categoría de enemigo y logró encontrar puntos en común incluso con aquellos que no pensaban como él"

-En este sentido, ¿qué significa la expresión “paz justa”?

-Una paz justa, en mi opinión, significa una paz basada en el derecho internacional y en las declaraciones de las Naciones Unidas. Éstas son las herramientas que la comunidad internacional tiene a su disposición para regular las relaciones entre países y entre comunidades de Estados. Luego, desde un punto de vista cristiano sabemos lo que es la justicia en sus diversas facetas, pero yo diría que fundamentalmente “paz justa” significa una paz que está conforme al derecho internacional y sus reglas.

-Juan Pablo II escribió que no hay paz sin justicia y no hay justicia sin perdón...

-En el pensamiento cristiano, la justicia no es simplemente dar a cada uno lo suyo según la justicia distributiva, sino una justicia que el mismo Jesús evoca, una justicia superior, que se convierte en amor y perdón hacia los demás. El Papa Francisco habló al Cuerpo Diplomático sobre la diplomacia del perdón. Ese pasaje es muy bello, precisamente porque evoca la capacidad de ir más allá de las simples exigencias de la justicia.

Momento de la consagración del altar

-El Acuerdo Provisional para el nombramiento de nuevos obispos en China continúa en el centro de la polémica suscitada tanto en el ámbito político internacional como en el eclesial: es presentado por algunos como una rendición. ¿Cuál es su significado más verdadero?

-Es lógico que esto ocurra ante una situación compleja como la china, que surge de una historia particularmente difícil. Las opiniones también pueden ser muy diferentes. Siempre lo he dicho: no me sorprende que haya quienes piensen diferente porque creen que hay otras soluciones. La Santa Sede consideró que ésta era la solución más eficaz: iniciar el diálogo con uno de los temas que estaban sobre la mesa. Uno de los más importantes y también más difíciles fue el nombramiento de obispos.

Creo que el acuerdo sobre el nombramiento de los obispos propone fundamentalmente dos cosas que van avanzando lentamente -a veces incluso hay algún retroceso- en la dirección correcta, y es el hecho de que todos los obispos están en comunión con el Papa. Esto es fundamental para la Iglesia Católica. Es el intento, no siempre exitoso, de crear unidad en la Iglesia superando las diferencias y asegurando una cierta normalización en la vida de la Iglesia. Por supuesto que no existe una solución “mágica”, sino una solución que ofrece un camino. Un camino lento y difícil, que sin embargo me parece que va dando algunos frutos, quizá todavía no visibles, pero que seguramente darán mayores frutos a medida que aumente la confianza y la capacidad de diálogo entre las partes.

-Así que también en este caso hay motivos para tener esperanza...

-Creo que sí, hay motivos para tener esperanza. En su discurso al Cuerpo Diplomático, el Papa habló de la diplomacia de la paciencia. Creo que en este caso más que en otros, pero quizás en general, debemos tener la capacidad de paciencia que ya nos invitaba a tener el apóstol Santiago: miremos al labrador que siembra y luego espera pacientemente que lleguen las lluvias, que la nieve que vendrá y que la semilla dé fruto. Creo que también en este ámbito, y como en muchos otros de la vida, debemos tener esta capacidad de mirar más allá de los resultados inmediatos.

También nosotros somos esclavos de lo inmediato, por desgracia. Creo que muchas de las reacciones que mencionas se deben precisamente a este aplanamiento del presente, sin capacidad de tener siquiera una visión de futuro teniendo presente también el pasado y las dificultades vividas en el pasado. Así pues, sin ilusiones fáciles –creo que nadie se engaña en este sentido–, pero sí con esperanza y compromiso de seguir adelante en este camino y con la gracia de Dios dará los frutos esperados.

"Creo que muchas reacciones en política se deben precisamente a un aplanamiento del presente, sin capacidad de una visión de futuro teniendo en cuenta el pasado y las dificultades vividas"

Gran participación de fieles en la consagración de la nueva iglesia en Jordania

Volver arriba