Misa en memoria de santo Tomás de Aquino Parolin: Contra las "enfermedades espirituales" de los medios, comunicar sin gritar

Parolin celebra la misa en San Pedro
Parolin celebra la misa en San Pedro

El Secretario de Estado presidió ayer una misa en la Basílica Vaticana para los participantes en la conferencia internacional de comunicadores institucionales católicos, en el marco del Jubileo de la Comunicación

El cardenal invitó a los medios a dejar a las comunidades de trabajo libres y creativas, evitando las tentaciones de erigirse en líderes, ser discípulos de los grandes medios de comunicación o exponerse de forma narcisista

"Usando palabras adecuadas, velando por la confidencialidad, la magnanimidad y la discreción, operamos con responsabilidad en la comunicación"

(Vatican News).-Con la voz, con la escritura, con las imágenes, "están llamados a contar", pero sin ignorar nunca "el valor primario" de los demás, valiéndose de palabras "adecuadas y nunca gritadas", velando por la "confidencialidad, la magnanimidad" y la "discreción". Así operamos con responsabilidad en la comunicación, según el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, que ayer, 28 de enero, en memoria de santo Tomás de Aquino, celebró una misa en la basílica vaticana para los participantes en la Conferencia internacional de comunicadores institucionales católicos. Organizado en el marco del Jubileo de la Comunicación, el evento finaliza hoy.

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Dirigiéndose desde el Altar de la Cátedra a aproximadamente 200 obispos, presidentes de las Comisiones Episcopales para la comunicación y directores de las Oficinas de Comunicación de las Conferencias Episcopales y familias religiosas, el cardenal plasmó las ideas del Evangelio del día - Jesús hablando de los escribas y Fariseos - para rastrear los síntomas de algunas "enfermedades espirituales" rampantes y sus respectivas "medicinas". “Creo que a ninguno de nosotros le falta la humilde conciencia de reconocer que nuestro corazón también puede verse afectado por tales enfermedades”, comentó, refiriéndose a la hipocresía citada por Jesús en el pasaje.

Un momento de la misa celebrada ayer por el cardenal Parolin

La tentación de dominar a los demás

En primer lugar, el Evangelio dice: "No te llames rabino: ten cuidado - advirtió - porque quien tiene en su corazón el deseo de tener discípulos y, por tanto, de ser llamado maestro, tiene en su corazón, tal vez incluso oculta por buenas intenciones, el deseo de dominio sobre los demás." En particular, para quienes trabajan dentro del sistema de medios de comunicación e incluso en las redes sociales, este deseo es “no sólo un peligro obvio, sino también un peligro siempre inminente”, dijo Parolin. Cuando se aspira a ser "discípulos de los principales medios de comunicación", podemos utilizarlos como una "autoexposición narcisista", construyendo una percepción de nosotros mismos como maestros, añadió. Pues bien, la "cura" que propone el Secretario de Estado es recordar "siempre que hay un solo Maestro, el interior que es el Espíritu Santo, el que nos guiará a toda la verdad".

Todos somos hijos

El Evangelio continúa diciendo: “A nadie en el mundo llamen Padre". “Todos somos hijos - reflexiona Parolin - y, si lo pensamos bien, nuestros padres también fueron hijos a su vez”. Hijo debe entenderse como "aquel que sabe reconocer que su propio origen no está en sí mismo" y, en este sentido, lo que nos hace "hijos" es el bautismo, que nos sumerge "en el misterio de la muerte y resurrección de Dios". Jesús" al pasar “de la muerte a la vida, de la vida según la naturaleza a la vida de los hijos de Dios”. Es a la luz de esta filiación que todos somos hermanos y hermanas llamados no sólo a "iluminar una realidad determinada" no sólo "de manera veraz", sino a salvaguardar el misterio de la paternidad y de la filiación reconociendo a las personas como hermanos y hermanas. .

Comunidades de trabajo libres y creativas

Finalmente, el Evangelio concluye: “No se dejen llamar tampoco 'doctores'”. Un antídoto contra esta enfermedad espiritual, la conciencia de que sólo Jesús "guía hacia él, el pastor que saca las ovejas del redil, a tierras de libertad". Aunque las acciones realizadas como pastor y guía puedan parecer opuestas. En efecto, primero deja salir a las ovejas del redil y las envía libremente a pastar -temiendo el riesgo de dispersión-, luego, en aparente contradicción, las une a otras ovejas de otros rebaños. Así como Jesús "derriba todos los cercos para dejar libre un rebaño en el pasto, también ustedes -instó el Secretario de Estado- abran a la libertad y a la creatividad a todas las personas que trabajan con ustedes".

Reconocer la voz del Pastor en los pastos de la comunicación

Por el contrario, si quieres ser reconocido como líder, perdiendo de vista que somos "todos hermanos porque todos somos hijos del Padre", entonces experimentas el "miedo a la novedad" y la "patología del control" de todo y todos". Por otra parte, consideró Parolin, "con demasiada frecuencia en nuestros ambientes se afirma con exasperación la defensa de una competencia que se considera propia y exclusiva", mientras que Jesús quiere a todos, "en los pastos de la Iglesia" como en los "de la comunicación", viven "libres y sin miedo a perderse porque reconocen la voz del Pastor".

Bajo la guía del Espíritu Santo

Por tanto, nadie, resumió el cardenal, "tiene que afirmarse como rabino, como padre y como guía: deja que el Espíritu Santo guíe el ministerio y la responsabilidad que estás llamado a vivir en el mundo de la comunicación". De ahí la invitación final a considerar la "competencia única y específica" confiada a cada persona para "hacer crecer y madurar a lo largo de la historia las comunidades que trabajan en los medios de comunicación, para que a partir de sus historias, en palabras e imágenes, podamos afirmar siempre la primacía del Padre" que nos genera día tras día como hijos.

En la misa participaron alrededor de 200 responsables de comunicación de conferencias episcopales y familias religiosas

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