Parolin: educar a los jóvenes para que elijan, libres de la esclavitud del consumo
Para cerrar la ceremonia, el cardenal Pietro Parolin dio una lección de ética, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente a las nuevas generaciones, cada vez más sometidas a constantes elecciones.
"Ningún progreso tecnológico puede servir como criterio de valor", afirmó. Cuando hay que elegir entre distintos medios para un fin determinado -explicó-, la razón asistida por la tecnología es capaz de desentrañar la situación. Pero hay situaciones en las que tenemos que elegir entre distintos fines, y en esos casos ningún medio tecnológico puede proporcionar un criterio de valor en el que basar la elección. He aquí el escollo puesto de relieve por el Secretario de Estado del Vaticano: hacer creer que el avance de los conocimientos técnicos y científicos es suficiente para resolver cualquier problema de elección. De ahí el peligro de que todo se vuelva indiferente.
A Parolin no le sorprende, por tanto, que muchos jóvenes se lancen a las drogas o al alcohol, que "provocan un desinterés por todo lo que concierne al mundo y sobre un discurso de valores, la búsqueda de un aturdimiento emocional, una pura distracción, un alivio momentáneo". Es en esta dimensión -insiste- donde la contribución de la Doctrina Social de la Iglesia es importante.
La ética del bien común es una morada, cuidando al ser humano
Parolin se detiene entonces en el modelo de "homo oeconomicus" que ha entrado en todos los ámbitos de nuestra vida: la familia, la política, la escuela, incluso en ámbitos que no están constitutivamente equipados para soportar esta mentalidad.
"La lógica del mercado tiende a englobar todas las necesidades humanas en una única forma de pensamiento: la de las relaciones de intercambio entre equivalentes", observa. En consecuencia, el consumo afecta cada vez más a las opciones de vida. "Apenas se piensa en educar a los jóvenes para que se mantengan libres de las trampas del dinero, cuando éste pasa de ser un siervo a ser un amo. Es una lógica que, en lugar de llevar a los jóvenes a tomar decisiones, los lleva a impresionarse", explica.
Por último, Parolin afirma que "la Doctrina Social de la Iglesia puede ser la vía para favorecer la convergencia entre los múltiples enfoques de la cuestión ética tanto en el ámbito económico como en el sociopolítico". En la medida en que es un 'cuidar', un 'estar con', incluso antes de la activación y enunciación de las normas; es una morada, un hogar". Especifica que "el objetivo": el orden social, no sólo justo sino también fraternal.
"Por bien común, entonces, se entiende aquello que se realiza junto con el bien de los demás, no en contra o al margen del interés de los demás. Y así se opone a "propio", como "público" se opone a "privado". La conclusión del discurso se centra en reafirmar la importancia del principio de reciprocidad: yo te doy algo libremente para que tú me des algo según tus posibilidades. No es la lógica del intercambio: te doy algo a condición de que me des algo equivalente a cambio. "La aceptación política de este principio", concluye, "es la garantía de una convivencia armoniosa con futuro".
Patrick Riordan SJ -que no pudo asistir en persona a la ceremonia- enseña Filosofía Política en la Universidad de Oxford. En Recovering Common Goods, explora cómo la enseñanza social católica y el principio del bien común pueden aplicarse con éxito en la esfera pública, ya sea en relación con la educación, la economía, la democracia o los derechos civiles.
"Desde los conflictos mundiales hasta la política nacional y los conflictos laborales, nos bombardean con noticias sobre las divisiones entre las personas -dice la sinopsis del texto- las cuestiones que las separan y la violencia de su lenguaje y sus acciones entre ellas. Sin embargo, al trabajar juntos para defender el bien común, nos ayudamos a nosotros mismos y a nuestro prójimo a alcanzar sus objetivos y, a su vez, a prosperar como personas y como comunidad".
Jaime Tatay Nieto es profesor de la Universidad Pontificia Comillas, donde enseña Ecología, Ética y Doctrina Social de la Iglesia. Imparte la asignatura Cristianismo y Ética Social (grado de Ingeniería) en el ICAI y la asignatura Medio Ambiente y Sostenibilidad en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. El autor analiza el proceso de recepción y formulación de los temas ambientales en la Iglesia católica, desde la Rerum novarum (1891) hasta la Laudato si' (2015) y permite comprender la riqueza de la propuesta católica ante la crisis ecológica actual.
El bien común no discrimina. La cuestión ecológica exige diálogo
Como señaló el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising y presidente del jurado, según Riordan "el bien común, si ha de ser común, no puede excluir a nadie de formar parte de él: un bien común no permite la discriminación. Además, para ser verdaderamente un bien, no puede excluir o denigrar sistemáticamente ninguna dimensión auténtica de la humanidad".
Riordan dedica su último capítulo a la Comunidad Europea y al fenómeno de la Brexit. Ante el crecimiento de los movimientos nacionalistas, la lectura de Riordan es recomendada para entender que los valores y los intereses pueden ser perseguidos en paralelo por las comunidades, no se excluyen mutuamente.
En cuanto al otro autor premiado, Tatay, el Presidente elogia el carácter enciclopédico de su obra. El libro de Tatay, con su visión histórica, pone de manifiesto de forma muy singular la capacidad de la doctrina social católica para dialogar con actores extraeclesiales. "Según Tatay -afirma Marx-, integrar el problema ecológico en la Doctrina Social Católica no es sólo una extensión temática, sino también metodológica: implica el diálogo entre muchos actores dentro y fuera de la Iglesia".
Tomasi: romper los esquemas que protegen los privilegios
El Cardenal Silvano Maria Tomasi, Delegado Especial de la Soberana Orden de Malta, pronunció un amplio discurso de apertura, observando que, en la llamada "cuarta revolución industrial", mientras las consultorías hablan de un "capitalismo más inclusivo", nunca se menciona la necesaria conversión moral.
Tomasi señala la "marginalización de la ética" y la "privatización de la moral" como fenómenos que no deben repetirse; sobre todo, advierte del riesgo de "deshumanización de los modelos anteriores". Teniendo en cuenta que la pandemia ha aumentado la desigualdad dentro de los países y ha alterado los presupuestos de muchas zonas en desarrollo, no bastará -dice Tomasi- con aplicar la iniciativa del G20 y del Club de París de suspender los pagos bilaterales de la deuda de un número selecto de países vulnerables. De ahí el llamamiento a una acción multilateral mucho más ambiciosa en materia de reestructuración y alivio de la deuda, necesaria para generar la estabilidad política y económica necesaria para un desarrollo verdaderamente integral.
Centesimus Annus, una conferencia sobre las "pandemias" de injusticia, guerra y pobreza
Además, el cardenal volvió a hablar del "virus" del individualismo impulsado que aísla y destruye a la persona, y señaló a la doctrina social católica como "antídotocontra la enfermedad del lucro sin conciencia". Por ello, Tomasi pide que se promueva la dignidad, la solidaridad, la subsidiariedad, el cuidado de la familia y de la creación de Dios, el bien común y la opción preferencial por los pobres. Y, al final, recuerda la figura de San José que, con su valor, fue capaz de transformar sus propias convicciones. Mirar este modelo, recordando que hay que proteger los derechos de los trabajadores. "Necesitamos una nueva ética del bien común como base de las decisiones políticas", dijo el cardenal, haciendo hincapié en la necesidad de romper el molde que protege los privilegios y el poder.
Concluyó refiriéndose a la economía actual que "obra con una idolatría que parece pretender anular la Trinidad". Instó a todos los miembros de la Fundación a ser el "signo de la cruz" en el mundo para dar forma a "una economía de conciencia y compasión".
Becas a las italianas Erminia Florio y Sofia Horsfall
En esta edición del Premio, la Fundación ha establecido y concedido por primera vez dos Becas para el estudio y aplicación de nuevos modelos de desarrollo socioeconómico que, en línea con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, deben ser inclusivos, solidarios y sostenibles.
Entre las candidaturas de 5 países, el jurado seleccionó el trabajo de dos becarias italianas: Erminia Florio y Sofia Horsfall.
Florio estudia en el HED de Montreal, donde está realizando un proyecto de investigación titulado "El efecto de las campañas de información en la intención de emigrar de los estudiantes. Datos de Senegal". Forma parte de "Cooperazione Sophia" que, en colaboración con la Fundación Migrantes, trabaja en el desarrollo de programas de sensibilización sobre la migración. Desde 2020, Cooperazione Sophia lleva a cabo un programa en los institutos senegaleses en el que se informa a los estudiantes sobre los peligros de la migración irregular y se explican las oportunidades adecuadas para emigrar.
Sofia Horsfall estudia en la Universidad de la Sapienza de Roma. El título de su proyecto es "El papel de las instituciones financieras en la promoción de la integración de ESG hacia una evaluación de impacto holística". Explorará la conexión entre los aspectos medioambientales, sociales y empresariales en la vida económica.
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