8M: Avances y desajustes para acabar con el 'techo de cristal' en la Santa Sede El lamento oculto de las mujeres en la Curia vaticana: "A veces tenemos la sensación de ser tratadas como becarias"
Sólo son el 3% de los cargos responsables, pero su presencia cada vez es mayor: en 2022 representaban el 26,1% de la población activa, frente a solo el 19,3% en 2013
"Algunas creen que hay que decir la verdad y denunciar los comportamientos, otras piensan que es contraproductivo y que hay que estar satisfechas con los pequeños avances"
"Son pequeños gestos, una mano en el hombro, una falta de consideración, comentarios casi diarios sobre el físico o la ropa"
"Son pequeños gestos, una mano en el hombro, una falta de consideración, comentarios casi diarios sobre el físico o la ropa"
| RD/Agencias
Son pocas, muy pocas, apenas el 3% de los cargos de la Curia. Y es que el 'techo de cristal' en la ciudad del Vaticano es muy difícil de romper, pese a los gestos, y decisiones, del Papa Francisco, cuyas reformas se topan con las mentalidades d eun sistema intrínsecamente patriarcal.
Tal y como señala Afp, la figura femenina no es la que más destaca entre los uniformes abigarrados de la Guardia Suiza y las filas de cardenales en la plaza de San Pedro. Pero las mujeres que trabajan en la administración del gobierno de la Iglesia son cada vez más numerosas.
En 2022 representaban el 26,1% de la población activa, frente a solo el 19,3% en 2013, según una investigación de la periodista austriaca Gudrun Sailer, publicada el martes por Vatican News. Pese a todo, una decena de empleadas lamentan, bajo el anonimato, las actitudes condescendientes las que se enfrentan, particularmente entre los clérigos.
Una visión paternalista
"Aún queda mucho camino por recorrer", subraya una de ellas, que trabaja desde hace 10 años en la Santa Sede. Otra denuncia una actitud globalmente paternalista, con una visión antigua de la "mujer sensible, dulce, que encontramos reflejada en los discursos del papa".
"A veces tenemos la sensación de ser consideradas como becarias. Son pequeños gestos, una mano en el hombro, una falta de consideración, comentarios casi diarios sobre el físico o la ropa", añade. Otras mujeres, a veces madres, lamentan ser relegadas a papeles secundarios. También denuncian un mandato implícito de silencio y docilidad.
Para aumentar su visibilidad, las mujeres unieron sus fuerzas con la creación en 2016 de la asociación "Donne in Vaticano" [Mujeres en el Vaticano, en italiano]. Sus miembros, unas cien, se reúnen cada mes. "El objetivo es crear una red de intercambio y valorizar el papel de las mujeres", explica su presidenta, Margherita Romanelli, a AFP.
La creación en 2012 del suplemento femenino del Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, fue el primer paso. Pero no duró mucho. En 2019, su fundadora Lucetta Scaraffia terminó por abandonar el proyecto al denunciar un "clima de desconfianza".
Reformas "cosméticas"
Para Scaraffia, las reformas del papa son esencialmente "cosméticas" y esconden en realidad una "mentalidad machista", según la cual "las mujeres deber servir sin pedir nada a cambio".
Scaraffia denuncia la "esclavitud moderna" que sufren las religiosas empleadas en el Vaticano y en otros lugares dirigidos por curas, obispos o cardinales, muchas de las cuales deben "cocinar, limpiar, lavar la ropa".
A pesar de las críticas, un amplio sector aplaude la presencia cada vez mayor de mujeres en las estructuras eclesiásticas, con un número creciente de laicas empleadas para tareas específicas.
Pasos adelante
Desde la elección de Francisco hace 10 años, el número de mujeres con puestos de responsabilidad se multiplicó por tres.
El pontífice argentino sigue avanzando paso a paso. Las mujeres pueden participar en el nombramiento de obispos y la laicización de los puestos de "ministro" les abre nuevas perspectivas. "Hace apenas 10 años, no habría sido posible imaginar una evolución de este calado", señala Gudrun Sailer.
"Algunas creen que hay que decir la verdad y denunciar los comportamientos, otras piensan que es contraproductivo y que hay que estar satisfechas con los pequeños avances", comenta una de ellas. "Cambiar las mentalidades es un proceso largo", recuerda Romilda Ferrauto, miembro de "Donne In Vaticano". "El método de Francisco consiste en hacer gestos y esperar a que se muevan los cimientos", señala.
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