El acuerdo, de amistad y cooperación, salvaguarda la independencia de ambos estados La Santa Sede ratifica el Acuerdo con la República de Santo Tomé y Príncipe
En un comunicado de prensa hecho público este 30 de enero, se informa acerca del intercambio de los instrumentos de ratificación del Acuerdo entre la Santa Sede y la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe
El Acuerdo, redactado en italiano y portugués y compuesto por 28 artículos, establece el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de las instituciones eclesiásticas y define el marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estad
Comunicado de prensa
En el comunicado de prensa se lee que el lunes 29 de enero se intercambiaron en el Palacio Apostólico Vaticano los instrumentos de ratificación del Acuerdo entre la Santa Sede y la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe.
Realizaron este acto solemne, por parte de la Santa Sede, Su Excelencia Reverendísima monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y, por parte de la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe, Su Excelencia Gareth Haddad do Espírito Santo Guadalupe, Ministro de Asuntos Exteriores, de la Cooperación y de las Comunidades.
Mientras los testigos de este acto solemne fueron, por la Santa Sede, Monseñor Simón Kassas y Monseñor Carlos Fernando Díaz Paniagua, Funcionarios de la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Secretaría de Estado.
Y por parte de la República de Santo Tomé y Príncipe, la Excma. Sra. Embajadora Esterline Gonçalves Genero, Ministra Plenipotenciaria, Directora General de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Cooperación y de las Comunidades de la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe
Marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado
El Acuerdo, redactado en italiano y portugués y compuesto por 28 artículos, entró en vigor con el intercambio de los instrumentos de ratificación. Establece el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia católica y de las instituciones eclesiásticas y define el marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
El Acuerdo consolida aún más los lazos de amistad y cooperación existentes entre las dos partes, que, salvaguardando su independencia y autonomía, se comprometen a trabajar juntas por el bienestar espiritual y material de la persona humana, así como por la promoción del bien común.
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