Y añadió que “es una gran obra que responde a un gran regalo”, puesto que “son demasiados los que no pueden gozar del don de la paz de Dios, o al menos no se les permite vivir de acuerdo con su dignidad”.
Del proyecto “Hacer teología desde las periferias existenciales”, el purpurado dijo, además, que “tiene el mérito de haber escuchado a quienes permanecen en los márgenes de la sociedad y, no pocas veces, de la propia Iglesia, viendo cómo el Resucitado nos precede allí donde no llegamos, o no queremos llegar”.
"Los pobres nos evangelizan"
El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral afirmó asimismo que “esta conciencia, que se ha convertido en experiencia, es de especial importancia”, porque les permite “concebir de manera diferente nuestro servicio al Papa y a las Iglesias locales”. Y, “como el mismo Papa insiste en enseñarnos, descubrimos en aquellos a quienes queremos servir nuestra fuerza”.
“El nuestro no es un compromiso humanitario, o al menos está en un nivel diferente al de otras organizaciones: los pobres –como nos dijo el cardenal Tagle– nos evangelizan. Allí donde hay problemas que afrontar, injusticias que denunciar, crisis humanitarias en las que intervenir, allí el Resucitado nos visita en las hermanas y hermanos que sufren”.
Por esta razón “es bueno para la teología –dijo el purpurado– dejar a veces las cátedras y los libros e ir a la escuela de las periferias. Un discurso sobre Dios nace siempre de la escucha, del encuentro. Por supuesto, pensar es fundamental y no se opone a hacer. El pensamiento, sin embargo, debe alimentarse de la realidad”.
Con el papa Francisco
"Y la realidad se entiende mejor –nos enseña el papa Francisco– desde los márgenes. También es bueno para el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral que exista esta teología. Por eso creímos e impulsamos, a través de la Sección de Migrantes y Refugiados, el proyecto de investigación que ahora se hace público tras un año de trabajo oculto", añadió.
El cardenal Czerny explicó que en su Dicasterio escriben mucho, sin embargo, para apoyar al Papa y a los obispos en su servicio al desarrollo humano integral, necesitamos sobre todo escuchar. Escuchar y discernir. En esto, la teología ocupa un lugar fundamental.
De ahí que, al concluir, haya puesto de manifiesto que lo que iban a escuchar era “un importante experimento para el servicio que nuestro Dicasterio pretende llevar a cabo. Y para la teología es quizás una sacudida, para repensarse más en relación con las otras disciplinas y especialmente con los desafíos que nos exige la sinodalidad. Sobre estos retos, el sensus fidei periférico tiene mucho que instruir a nuestros pensamientos y a nuestra misión”.
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