Escalada y desescalada en el poder de un abusador, durante tres papados Las cinco claves del informe McCarrick según el New York Times
La caída en desgracia del cardenal McCarrick por abusos sexuales ha puesto a tambalearse a la Iglesia católica universal, debido a la relevancia que el cardenal acusado y finalmente apartado llegó a poseer en el Vaticano
En los noventa se empezaron a conocer las "malas conductas sexuales" que muchos observaban y O'Connor transmitió. "Lamento tener que recomendar muy fuertemente que no se realice tal promoción", decía la carta que el Papa Juan Pablo II desoyó
Benedicto, al fin, le destituyó de su cargo de arzobispo, pero siguió a su predecesor desestimando una investigación
Benedicto, al fin, le destituyó de su cargo de arzobispo, pero siguió a su predecesor desestimando una investigación
La caída en desgracia del cardenal McCarrick por abusos sexuales ha puesto a tambalearse a la Iglesia católica universal, debido a la relevancia que el cardenal acusado y finalmente apartado llegó a poseer en el Vaticano. El New York Times repasa las cinco claves del caso del que fuera arzobispo de Washington, que ha pasado de ser poderoso y cercano al papado durante décadas, a un ex cardenal cascado.
Juan Pablo II creyó a McCarrick
El informe que ha publicado la Santa Sede, tras una rigurosa investigación de los hechos, plantea que Juan Pablo II decidió ascender a McCarrick a arzobispo de Washington a pesar de las advertencias recibidas.
Quien dio la voz de alarma fue el estadounidense O'Connor, en una larga carta que dirigió al nuncio en USA en 1999. En ella se hacía eco de los rumores que circulaban por la Iglesia del país. McCarrick había pedido a jóvenes adultos que durmieran en su cama con él, por ejemplo. "Malas conductas sexuales" que muchos observaban y O'Connor transmitió. "Lamento tener que recomendar muy fuertemente que no se realice tal promoción", decía la carta. El Papa polaco recibió esta petición, pero también una misiva de McCarrick negándolo todo. Decidió creer a McCarrick.
El Vaticano ahora sugiere que fue engañado
El documento del caso McCarrik dice, por otra parte, que la equivocada decisión de Juan Pablo II se debió a la intervención de tres obispos estadounidenses, que le proporcionaron información engañosa. Esa inexactitud "parece haber impactado las conclusiones de los asesores de Juan Pablo II" y, por ende, del mismo Papa, explica el texto. ¿El Papa Wojtyla creyó a McCarrick porque sus asesores creyeron a los obispos estadounidenses que creyeron a McCarrick? El reparto de culpas se dispara.
Benedicto XVI: destitución sin investigación
Llegó la década de los 2000 y el Papado de Benedicto XVI. Cargada la atmósfera clerical estadounidense de acusaciones, en 2006 y después en 2008 el arzobispo Carlo Maria Viganò, funcionario de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, escribió sendas cartas al Vaticano instando a que se investigaran las sospechas sobre McCarrick. Benedicto, al fin, le destituyó de su cargo de arzobispo, pero siguió a su predecesor desestimando una investigación. No hubo medidas más serias que la recomendación informal de que McCarrick mantuviese "un perfil bajo" y minimizase "los viajes".
Francisco creyó a los anteriores
Tras las evasiones de los dos papados anteriores, el Papa Francisco no se vio de entrada obligado a investigar al presunto abusador: creyó en Juan Pablo II y Benedicto XVI y dio por hecho que habrían revisado el asunto detalladamente. Eso alega el informe realizado, que sigue explicando que hasta 2017 nadie proporcionó ninguna documentación al papa argentino. Entonces llegó la llamada de atención sobre la realidad: la arquidiócesis de Nueva York se enteró de una acusación de abuso sexual por parte de McCarrick a un menor de edad décadas antes, y lo remitió al Vaticano. Francisco solicitó la renuncia del ex arzobispo al Colegio Cardenalicio y encargó el "profundo estudio" que ha visto la luz estos días.
El Papa que lo sabía, santificado
Como concluye el New York Times, el caso McCarrick promete seguir escandalizando a la comunidad eclesiástica por implicar nada menos que a los tres últimos papados. Si durante el de Juan Pablo II escaló asombrosamente en el poder, en el del papa alemán dejó de ser arzobispo pero en la práctica mantuvo toda su influencia y dignidad. Con Francisco, el ahora anciano se ha convertido en ex cardenal y se ha destapado el impactante relato, "altamente inusual, de abusos y encubrimientos que abarcan décadas", dice el medio. Sin olvidar una clave muy peliaguda, que compromete no solo la credibilidad de la institución en la tierra, sino de su santoral: el papa que supo y miró para otro lado, Juan Pablo II, ha sido santificado.