"Me gustaría reiterar un llamamiento del Papa Francisco pidiendo a las naciones más ricas que reconozcan la gravedad de las acciones del pasado cancelando la deuda del pasado. Sería una decisión justa". Así, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, insistió hoy ante los líderes reunidos en la cumbre ambiental Cop29 para que el año Jubilar que inicia el mes que viene pueda significar una oportunidad para la condonación de las pesadas obligaciones que pesan sobre los países en desarrollo. 

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Según el purpurado, " existe una verdadera deuda ecológica, sobre todo entre el sur y el norte del mundo, y está ligada a los desequilibrios comerciales".

El reclamo que Parolin llevó a Bakú en nombre del pontífice no es novedoso para la Santa Sede, y no solo retoma los postulados de san Juan Pablo II para el Jubileo del año 2000, sino que condensa buena parte de la doctrina bergogliana ya plasmada en sus encíclicas y muchos de sus discursos económicos.

"Es necesario crear una nueva arquitectura financiera para que los países más pobres y vulnerables puedan luchar contra una crisis medioambiental", añadió Parolin.

Se trata, precisó el purpurado, de un diseño "que pueda realmente garantizar a todos los países, especialmente a los más pobres y a los más vulnerables a los desastres climáticos, vías de desarrollo con bajas emisiones de carbono y un alto nivel de participación que permitan a todos alcanzar su máximo potencial y ver respetada su dignidad". 

"Contamos con los recursos humanos y tecnológicos para revertir el rumbo y perseguir el círculo virtuoso de un desarrollo integral, verdaderamente humano e inclusivo", desarrolló Parolin. 

Así, haciéndose eco de las palabras del Papa y de lo que definió como una postura de la Santa Sede, Parolin convocó al resto de los Estados a trabajar " juntos para garantizar que la COP29 también fortalezca la voluntad política para dirigir estos recursos hacia este noble objetivo para el bien común de la humanidad hoy y mañana".

Frente al auge de discursos que ponen en duda la validez de la responsabilidad del ser humano en el calentamiento global, Parolin enmarcó su participación en un marco en el que "los datos científicos de que disponemos no permiten más demoras y dejan claro que la preservación de la creación es una de las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo". 

"También tenemos que reconocer que está estrechamente relacionado con la preservación de la paz", avanzó, en línea con la "ecología integral" planteada por el Papa en Laudat si' y otros escritos.