Catequesis en la audiencia general sobre el discernimiento y el examen de conciencia Francisco: "El olvido de la presencia de Dios en nuestra vida va a la par que la ignorancia sobre nosotros mismos"

El Papa, en su recorrido entre los asistentes a la audiencia
El Papa, en su recorrido entre los asistentes a la audiencia

"A menudo no sabemos discernir porque no nos conocemos lo suficiente, y así no sabemos qué queremos realmente. En la base de dudas espirituales y crisis vocacionales suele haber un diálogo insuficiente entre la vida religiosa y nuestra dimensión humana, cognitiva y afectiva", expuso Francisco

"Conocerse a uno mismo no es difícil, sino que es cansado: implica un paciente trabajo de  excavación interior. Requiere la capacidad de detenerse, de 'apagar el piloto automático', para adquirir conciencia sobre nuestra forma de hacer"

"Una ayuda para esto es el examen de conciencia, es decir la buena costumbre de releer con calma lo que sucede en nuestra jornada"

Francisco volvió a pedir que "no nos olvidemos de rezar por la martirizada Ucrania para que Dios le conceda el don de la paz"

Siguiendo con el tema del discernimiento en su audiencia de este miércoles, 5 de septiembre, el papa Francisco señaló ante los 10.000 peregrinos presentes en la plaza de San Pedro que un "buen discernimiento requiere también el conocimiento de uno mismo", lo que involucra, añadió, "a nuestras facultades humanas: memoria, intelecto, voluntad, afectos".

"A menudo no sabemos discernir porque no nos conocemos lo suficiente, y así no sabemos qué queremos realmente. En la base de dudas espirituales y crisis vocacionales suele haber un diálogo insuficiente entre la vida religiosa y nuestra dimensión humana, cognitiva y afectiva", expuso Francisco en una mañana soleada de octubre.

El Papa durante la catequesis
El Papa durante la catequesis

En este sentido, señaló que "el olvido de la presencia de Dios en nuestra vida va a la par que la ignorancia sobre nosotros mismos, sobre las características de nuestra personalidad y sobre nuestros deseos más profundos".

"Conocerse a uno mismo no es difícil, sino que es cansado: implica un paciente trabajo de  excavación interior. Requiere la capacidad de detenerse, de 'apagar el piloto automático', para adquirir conciencia sobre nuestra forma de hacer, sobre los sentimientos que nos habitan, sobre los pensamientos recurrentes que nos condicionan, a menudo sin darnos cuenta", abundó Francisco, salpicando el texto escrito con apostillas sobre la marcha que tratan de clarificar o subrayar aspectos y conceptos.

Audiencia en la plaza de San Pedro
Audiencia en la plaza de San Pedro

"Así se llega a reconocer que la mirada que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la realidad a veces está un poco distorsionada. ¡Darse cuenta de esto es una gracia! De  hecho, muchas veces puede suceder que convicciones erróneas sobre la realidad, basadas en experiencias  del pasado, nos influyen fuertemente, limitando nuestra libertad de jugárnosla por lo que realmente cuenta en nuestra vida", apuntó.

Las 'contraseñas' de la vida espiritual

"Viviendo en la era de la informática, sabemos lo importante que es conocer las 'contraseñas' para poder entrar en los programas donde se encuentran las informaciones más personales y valiosas. También la vida espiritual tiene sus 'contraseñas': hay palabras que tocan el corazón porque remiten a aquello por lo que somos más sensibles", indicó.

Unas contraseñas que hay que saber identificar, prosiguió: "Pueden ser el título de estudio, la carrera, las relaciones, todas cosas en sí loables, pero hacia las cuales, si no somos libres, corremos el riesgo de nutrir expectativas irreales, como por ejemplo la  confirmación de nuestro valor. De este malentendido derivan a menudo los sufrimientos más grandes".

"Por esto -añadió acto seguido- es importante conocerse, conocer las contraseñas de nuestro corazón, aquello a lo que somos más sensibles, para protegernos de quien se presenta con palabras persuasivas para manipularnos, pero también para reconocer lo que es realmente importante para nosotros, distinguiéndolo de las modas del momento o de eslóganes llamativos y superficiales".

Peregrinos en la audiencia
Peregrinos en la audiencia

"Una ayuda para esto es el examen de conciencia, es decir la buena costumbre de releer con calma lo que sucede en nuestra jornada, aprendiendo a notar en las valoraciones y en las elecciones aquello a lo que damos más importancia", sobre todo, añadió,  "aprendiendo a reconocer qué sacia el corazón. Porque solo el Señor puede darnos la confirmación de lo que valemos".

"La oración y el conocimiento de uno mismo consienten crecer en la libertad. Son elementos  básicos de la existencia cristiana, elementos preciosos para encontrar el propio lugar en la vida", concluyó el Papa su reflexión sobre el discernimiento sobre uno mismo. 

"No nos olvidemos de la martirizada Ucrania"

Ya en los saludos a los peregrinos en las distintas lenguas, Francisco volvió a traer al primer plano de sus preocupaciones la situación en la "martirizada Ucrania", para quien pidió que "no nos olvidemos de rezar por ella para que Dios le conceda el don de la paz".

Igualmente, durante el saludo a los peregrinos polacos, recordó su histórica petición durante el ángelus del pasado domingo para que "confiemos en la misericordia de Dios, que puede cambiar los corazones, y en la intercesión maternal de la Reina de la Paz".

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