Con este reconocimiento no es necesaria la constatación de un milagro El papa beatificará a los curas Bernardi y Ghibaudo tras reconocer su martirio a manos de los nazis

Mario Ghibaudo y Giuseppe Bernardi
Mario Ghibaudo y Giuseppe Bernardi

El papa Francisco ha reconocido el "martirio" de los sacerdotes italianos Giuseppe Bernardi y Mario Ghibaudo, asesinados por los invasores nazis en 1943, lo que implicará su futura beatificación, informó hoy la Santa Sede

Los dos sacerdotes fueron asesinados por odio a la fe el 19 de septiembre de 1943 en la localidad italiana de Boves (norte), en el contexto de la II Guerra Mundial

Bernardi medió para lograr un reclamo del asediador alemán, pero después, este no cumplió con su palabra y ordenó atacar el pueblo, obligando al presbítero a asistir al incendio de las casas y a las ejecuciones sumarias. Fue ejecutado al término de la ofensiva

El vicario parroquial Mario Ghibaudo murió en la matanza de Boves, después de haber puesto a salvo a las niñas del orfanato local y a otras personas

Falleció tiroteado cuando acudió a impartir la extrema unción a un hombre que había caído por las balas de las ametralladoras nazis

El papa Francisco ha reconocido el "martirio" de los sacerdotes italianos Giuseppe Bernardi y Mario Ghibaudo, asesinados por los invasores nazis en 1943, lo que implicará su futura beatificación, informó hoy la Santa Sede.

El pontífice argentino ha autorizado los decretos que atestiguan el martirio de ambos curas, en una audiencia con el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, lo que supondrá su beatificación sin necesidad de constatar un milagro.

El Vaticano considera así que los dos sacerdotes fueron asesinados por odio a la fe el 19 de septiembre de 1943 en la localidad italiana de Boves (norte), en el contexto de la II Guerra Mundial.

Por aquel entonces el municipio piamontés era escenario de fuertes batallas entre los soldados de la Alemania nazi y los partisanos italianos.

El 19 de septiembre de 1943, tras un enfrentamiento en el que dos soldados alemanes cayeron cautivos, el coronel alemán Joachim Peiper amenazó con reducir el pueblo a escombros si no recuperaba a sus soldados presos y el cuerpo de uno más que había sido asesinado.

El cura Don Giuseppe Bernardi medió para lograr lo que el asediador reclamaba pero, después, este no cumplió con su palabra y ordenó atacar el pueblo, obligando al presbítero a asistir al incendio de las casas y a las ejecuciones sumarias.

Benardi fue ejecutado también al término de la ofensiva.

Por otro lado, el vicario parroquial Mario Ghibaudo también murió en la matanza de Boves, después de haber puesto a salvo a las niñas del orfanato local y a otras personas.

Falleció tiroteado cuando acudió a impartir la extrema unción a un hombre que había caído por las balas de las ametralladoras nazis.

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