"O estás con Jesús, o estás en contra de Jesús", advierte en Santa Marta Papa: "O tienes un corazón obediente, o has perdido la fidelidad"
"'No, no, estoy con Jesús, pero a cierta distancia, no me acerco demasiado': No, esto no existe", alerta
| Cameron Doody / Vatican News
"O tienes un corazón obediente, o has perdido la fidelidad". El Papa Francisco ha advertido hoy en la homilía de su Misa en la Casa Santa Marta contra el corazón que se ha vuelto "duro", "testarudo", o "sordo", que se ha quedado "como la tierra sin agua", "que se arregla con tres o cuatro cosas y luego hace lo que quiere". ¿El remedio? La conversión, un paso para el cual es especialmente indicada la Cuaresma, el "tiempo de la misericordia", el "tiempo de la compasión del Señor".
El riesgo de perder la fidelidad
Un pueblo sin fidelidad, que ha perdido el sentido de la fidelidad. Y ésta es la pregunta que la Iglesia quiere que nos hagamos hoy, cada uno de nosotros: ‘Yo, ¿he perdido la fidelidad al Señor?’. – ‘No, no, voy a misa todos los domingos...’. – Sí, sí, pero esa fidelidad de corazón: ¿He perdido esa fidelidad, o mi corazón es duro, es testarudo, es sordo, no deja entrar al Señor, se arregla con tres o cuatro cosas y luego hace lo que quiere?’. Esta es una pregunta para cada uno de nosotros: Todos debemos hacérnosla, porque la Cuaresma sirve para esto, para reexaminar nuestro corazón.
‘Escuchar hoy la voz del Señor’ es la invitación de la Iglesia. ‘No endurezcan su corazón’. Cuando uno vive con un corazón duro, que no escucha al Señor, va más allá de no escucharlo y cuando hay algo del Señor que no le gusta, deja de lado al Señor bajo algún pretexto, desacredita al Señor, calumnia al Señor, difama al Señor.
Si no escuchamos la voz del Señor, nuestro corazón se vuelve como la tierra sin agua. Por eso el Señor dice: “No endurezcáis vuestros corazones”. #SantaMarta
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 28 de marzo de 2019
Jesús dice: el que no está conmigo, está contra mí
“Es lo que le sucedió a Jesús con la gente”, afirmó el Papa, refiriéndose a la página del Evangelio de San Lucas, para dejar claro lo que significa desacreditar al Señor. Jesús hizo milagros, sanó a los enfermos “para demostrar que él tenía el poder de sanación, también de las almas, de nuestros corazones”. "¿Y qué dijo esta gente obstinada? Que es a través de Belcebú, la cabeza de los demonios, que Él expulsa a los demonios”, recordó Francisco. Y señaló que “desacreditar al Señor” es “el penúltimo paso de este rechazo del Señor”. Primero, no escucharlo dejando que el corazón se endurezca, y luego desacreditarlo. Sólo falta “el último paso que no tiene vuelta atrás, y que es la blasfemia contra el Espíritu Santo”, dijo aludiendo a las fuertes palabras de Jesús, al final de este Evangelio:
“Me importa que vengas a mí. Esto es lo que me importa”
Jesús trata de convencerlos, pero no va...Y al final, así como el profeta termina con esta frase clara – ‘la fidelidad se ha ido’ – Jesús termina con otra frase que puede ayudarnos: ‘Quien no está conmigo, está contra mí’. ‘No, no, estoy con Jesús, pero a cierta distancia, no me acerco demasiado’: No, esto no existe. O estás con Jesús, o estás en contra de Jesús; o eres fiel o eres infiel; o tienes un corazón obediente o has perdido la fidelidad.
Cada uno de nosotros piense hoy, durante la Misa y luego durante el día: Piense un poco. ‘¿Cómo está mi fidelidad? Para rechazar al Señor, ¿busco algún pretexto, algo y desacredito al Señor?...’. No pierdas la esperanza. Y estas dos palabras – ‘la fidelidad ha desaparecido’ y ‘quien no está conmigo está contra mí’ – porque aún dejan espacio para la esperanza, también para nosotros.
Volver al Señor
El Papa Francisco concluyó su homilía recordando que estamos llamados a volver al Señor, tal como exhorta la Aclamación al Evangelio: “Vuelvan a mí con todo su corazón”, dice el Señor, “porque soy misericordioso y compasivo”. “Sí, tu corazón es tan duro como esta piedra”, “muchas veces me has desacreditado para no obedecerme”, “pero aún hay tiempo”:
Pero todavía hay tiempo: ‘Vuelvan a mí con todo el corazón’, dice el Señor, ‘porque yo soy misericordioso y compasivo: Yo olvido todo’. ‘Me importa que vengas a mí. Esto es lo que me importa’, dice el Señor. Y olvida todo lo demás. Este es el tiempo de la misericordia, es el tiempo de la compasión del Señor: Abramos nuestro corazón para que Él venga en nosotros.
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