Arranca en Madrid la 53ª Semana Nacional de Vida Consagrada del ITVR Bellella: "¿Puede la Iglesia presentarse como espacio de comunión cuando a veces aparece enfrentada?"
"Esta es nuestra misión: ser luz del mundo y levadura en la masa, y ayudar a pasar del desencanto a la esperanza, del egoísmo al amor, del miedo al coraje, de la hostilidad a la convivencia, de la lucha a la paz y del desinterés a la acogida y la hospitalidad", apuntó el cardenal Aquilino Bocos
Adolfo Lamata, cmf: "La comunión no se hace con prisas, también necesita su tiempo de cocción, porque la comunión, sobre todo, se recibe de aquel que la tiene y la vive plenamente, Dios Padre, Dios hijo y Espíritu Santo. Confío que estos días sean un verdadero tiempo de calidad y un espacio humano y creyente de encuentro, reflexión y diálogo"
"Creemos que la vida consagrada tiene un papel que desempeñar para dar testimonio del Señor de manera profética. Necesitamos caminar juntos con la rica diversidad de carismas que enriquecen a la Iglesia. El Instituto comprometido plenamente con la causa de la vida consagrada es un ejemplo en el que juntos podemos hacer mucho en la Iglesia”, señaló el superior general Vattamattam
"Creemos que la vida consagrada tiene un papel que desempeñar para dar testimonio del Señor de manera profética. Necesitamos caminar juntos con la rica diversidad de carismas que enriquecen a la Iglesia. El Instituto comprometido plenamente con la causa de la vida consagrada es un ejemplo en el que juntos podemos hacer mucho en la Iglesia”, señaló el superior general Vattamattam
"Estamos llamados a ser 'expertos en comunión' y ofrecer a este mundo tenso y dividido, en el que vivimos, un testimonio inequívoco de fraternidad. Es nuestra mejor contribución a la sinodalidad en la Iglesia y a la paz en todos los pueblos". Fueron las palabras introductoria del cardenal claretiano, Aquilino Bocos, en la sesión inaugural de la 53ª Semana Nacional de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR), bajo el lema “Comunión y fraternidad, dos tareas siempre pendientes”.
"La vida consagrada siente la urgencia de testimoniar la comunión, la fraternidad, la solidaridad y la paz. Sabe, como decía Bonhoeffer, que sólo se aporta desde la diferencia. Ser distintos no significa ser opuestos. Entre todos podemos construir un mundo más humano, más habitable, más solidario", señaló Bocos, a quien esta Semana Nacional debe tanto en su historia.
"Y esta es nuestra misión: ser luz del mundo y levadura en la masa, y ayudar a pasar del desencanto a la esperanza, del egoísmo al amor, del miedo al coraje, de la hostilidad a la convivencia, de la lucha a la paz y del desinterés a la acogida y la hospitalidad", subrayó el religioso ante una parte de los 2.000 inscritos que participan en la Semana y que, en su modalidad presencial, llegaron el amplio Espacio Maldonado, en Madrid.
"La comunión no se hace con prisas, también necesita su tiempo de cocción, porque la comunión, sobre todo, se recibe de aquel que la tiene y la vive plenamente, Dios Padre, Dios hijo y Espíritu Santo. Confío que estos días sean un verdadero tiempo de calidad y un espacio humano y creyente de encuentro, reflexión y diálogo", señaló, por su parte, Adolfo Lamata, Provincial Santiago CMF.
Lamata compartió las palabras que, para la ocasión, le había enviado el P. Mathew Vattamattam, superior general de los Misioneros Claretianos y presidente del Instituto Teológico de Vida Religiosa, quien señalaba en ese mensaje que “nuestros institutos se comprometen a ofrecer un apoyo cualificado a los consagrados y consagradas en nuestro tiempo que está marcado por cambios sin precedentes en la sociedad y en la Iglesia".
"Creemos que la vida consagrada tiene un papel que desempeñar para dar testimonio del Señor de manera profética. Necesitamos caminar juntos con la rica diversidad de carismas que enriquecen a la Iglesia. El Instituto comprometido plenamente con la causa de la vida consagrada es un ejemplo en el que juntos podemos hacer mucho en la Iglesia”, señaló el superior general Vattamattam.
"Agradezco sobre todo que hayamos llegado a esta 53ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que se suma a sus predecesoras en la pretensión de ser un eslabón cualificado de una larga cadena de encuentros significativos, de búsquedas y reflexiones conjuntas, de escuchas mutuas, de discernimientos compartidos, de inquietudes hechas balbuceo, palabra y celebración, de gestos llenos de la Vida con mayúscula que, en estos días de Pascua, sentimos con más intensidad", señaló por su parte, Antonio Bellella, el director del ITVR.
"En estas jornadas -prosiguiió el religioso claretiano- aspiramos a reconducir la fragilidad de la comunión y la fraternidad hacia la propuesta de Jesús de «ser todos uno» (Jn 17,21). Dicho objetivo no responde a la voluntad de maquillar de manera espiritualista las dificultades y divisiones que afrontamos, sino al convencimiento de que, a la hora de hablar de la comunión y la fraternidad, la vida consagrada está llamada ante todo a abordar cuatro tareas netamente espirituales, como volver una y otra vez a la raíz que la sostiene; seguir creyendo en la comunión y luchando por hacerla posible; resistir los males de la dispersión, el desencantamiento, la fragmentación y la falta de sentido, que muchos perciben entre nosotros; y preguntarse cómo puede mejorar la vivencia de la fraternidad ad intra y ad extra".
Junto con estas tareas ineludibles, el director de ITVR lanzó tres provocativas preguntas para ser reflexionadas en esta Semana, que se desarrolla del 3 al 6 de abril: "¿Puede nuestra Iglesia presentarse legítimamente como un espacio de comunión cuando en no pocas ocasiones aparece dividida y enfrentada? ¿Por qué nos atrevemos a hablar de fraternidad si no las practicamos en el grado y la manera que cabría esperar? ¿Tiene la Vida Consagrada aún algo que decir y aportar sobre el particular, cuando su aparente incapacidad de ser relevante en nuestra sociedad consume la energía que necesita para hacer propuestas atractivas?".
"No son las grietas de nuestras comunidades lo que debe preocuparnos, sino la falta de solidez a la hora de creer en la fuerza de la comunión y en el valor de la fraternidad. La comunión y la fraternidad, como la alegría, son contagiosas, se difunden por ósmosis y atracción, son creativas y audaces; son un recuerdo permanente de que la unidad prevalece sobre el conflicto", subrayó Bellella.
En la sesión inaugural también tomaron la palabra María José Tuñón, de la Comisión Espicopal para la Vida Consagrada, de la CEE; Francisco García, decano de la Facultad de Teología de la UPSA; Jesús Miguel Zamora, secretario general de CONFER; y se leyó un mensaje de sor Simona Brambilla, Secretaria del DIVCSVA.
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